Perrillos: «Tenemos alma de merendero, el mar cerquita... ¡por Tutatis!»

Así, Salva Marina (teclados, guitarras, voz) sigue adelante con Tabletom, The Gangberries y con su banda Frutería Toñi, «que es seguramente al proyecto que actualmente entrego más energía, y que a pesar de no haber podido mover nuestro último LP, que salió en enero de 2020, en vez de lamentarnos, no hemos parado de seguir componiendo pensando en el próximo, para no aburrirnos. Con Tabletom igual, seguimos inventando y haciendo temas, es inevitable, es lo que nos gusta», señala.

Ramón González (bajo) es miembro de Betamax, que acaban de estrenar su cuarto disco, 'El mundo sigue girando', y que ofrecerán también un concierto en el MaF, el 30 de mayo. Miguel Olmedo (guitarra), compagina su actividad en Los Perrillos con grupos como Los Caracoles y Smiling Bulldogs y Artesonao, su estudio de grabación. Por su parte, Juanma Amador (batería) sigue trabajando con Nebulosa y con Los Caracoles. El año de pandemia ha sido muy productivo para ellos, tal y como detalla Salva Marina.

–¿Cómo han llevado el último año?

–Pues para serte sincero, llevábamos casi un año de parón. Desde julio de 2020 que hicimos el último bolo. Hemos tenido tiempo para descansar aprovechando las circunstancias y restricciones por la pandemia, pero ya estábamos fritos por retomarlo. El aterrizaje está siendo suave, poco a poco recuperamos la regularidad, pero nunca hemos dejado de ensayar o crear, a veces hasta 'on line'.

–Los cuatro forman parte de otros grupos, ¿qué les impulsó a montar una banda de versiones?

–En su momento, allá por el 2003, la única intención era pasarlo bien tocando canciones que nos gustaban más o menos a todos. Veníamos de proyectos propios donde alguno acabó un poco harto de egos mal gestionados o demasiadas expectativas y cosas así. La idea era disfrutar de tocar con gente sencilla. En realidad todo fue una borrachera en el 'difunto' bar El Puff (c/ Madre de Dios), donde solíamos coincidir, y un día nos calentamos y empezamos con el grupo. Allí además surgió el nombre: Pepe el camarero se despedía de nosotros diciendo: «Hasta luego perros negros, que seáis muy malos», de ahí derivó a Perrillos a la Mar, Perrillos Shicos, De Perrillos al Río... y al final simplemente Perrillos.

–¿No se han planteado hacer temas propios?

–En alguna ocasión lo intentamos, pero no parecíamos tener ganas de hacer lo mismo exactamente, aunque de eso hace 15 años. A lo mejor en algún momento vuelve a surgir, quizá simplemente nos sentimos cómodos así y no nos ha apetecido complicarnos la vida.

–¿Cómo es el repertorio del grupo en los conciertos?

–Pocuramos pasarlo bien y sobre todo que la gente lo pase bien, intentamos no recrearnos demasiado en nuestras flipadas sino ser contundentes; montar temas nos mantiene vivos y como la excusa en este caso del MaF es el cine, hemos preparado algunas cosas nuevas, temas que la mayoría del público va a conocer, pero no por ello dejarán de sorprenderles... Cantamos sobre todo en inglés, aunque luego hacemos mezclas híbridas; me da hasta por cantar letras de flamenco o de verdiales sobre temas de Bob Marley o B52. Somos tela de libres y los temas cambian según el día, nos conocemos bien y nos podemos permitir eso.

–¿Qué proyectos tienen de cara al futuro con Perrillos?

–Es difícil hacer planes en este momento; pero nuestro proyecto es siempre el mismo, tocar lo mejor posible y con magia, no avinagrarse, ni aburrirse, ni aburrir. Hacer las cosas mecánicamente no es el objetivo. Tocar 'playeramente' también forma parte de nuestra esencia, tenemos alma de merendero, el mar cerquita... ¡por Tutatis!.

–¿Creen que volveremos pronto a la normalidad?

–No tengo ni idea, pero sospecho que no, que hasta poder llenar una sala cerrada que alquilemos o algo así va a pasar tiempo... es difícil conseguir un equilibro entre la necesidad de ocio o juerga de y la seguridad de la gente, esperemos que las vacunas ayuden a despejar la duda existencial.

–¿Cómo ven el panorama actual de la música malagueña?

–Siempre ha ido bien, ha habido de todo tipo de cosas; siempre hemos sido cuna de artistas de todo pelaje, además hemos sido pioneros desde la época de los conjuntos en los 60, cuando hacían falta músicos para los hoteles y los chiringuitos de la Costa, y eso ha quedado en la esencia de esta ciudad. Los guiris, con todo mi respeto, son la base de nuestra economía, y a pesar de las contradicciones de las autoridades, que nunca han apoyado demasiado la música aquí, ni de aquí, siguen saliendo bandas nuevas desde que yo me dedico a esto hace ya casi 30 años.

–¿Hace falta más apoyo institucional a la Música?

–A los pocos garitos que se arriesgan (se la juegan) a hacer conciertos regularmente no les da tiempo a dar bolos a tantas bandas en Málaga. ¡Qué enorme contradicción no dar salida y fomentar esto como merece en una ciudad que está claramente entregada al turismo! Yo sigo teniendo la extraña sensación de que va a entrar la poli a parar el concierto o un vecino a denunciar al bar que lo hace. Y seguimos sin poner solución a esto, esto que es Cultura, sin duda alguna, al igual que la Semana Santa o la Feria. En otras ciudades del mundo, al negocio que propone una programación cultural regular se le ayuda y desde luego no se le niegan las licencias desde hace 20 años como aquí... Nunca lo he entendido. ¡Cuánto buen músico hemos perdido por culpa de esto, gente artista que se ha tenido que dedicar a otras cosas, una pena!.