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No es solo un festival que lleva su nombre. Es el homenaje de toda la ciudad a uno de sus hijos predilectos que puso tierra de por medio para romper fronteras y triunfar en todo el mundo. Por ello, el guitarrista Pepe Romero (Málaga, 1944) tiró de memoria y de presente para confesar que se siente orgulloso de las calles que formaron parte de su infancia, pero también de la «ciudad abierta y espectacular» que ahora lo recibe. Y ha confesado que pese a llevar muchos kilómetros y horas de vuelo con su guitarra, su denominación de origen siempre le ha acompañado: «Llevó 70 años rodando por el mundo pero con los pies anclados en Málaga, en mi tierra».
El propio Pepe Romero se ha interrogado a sí mismo al preguntarse «qué significa Málaga para mí» y ha respondido de forma gráfica lo que tanto él, como su padre, el maestro Celedonio, como sus hermanos, sentían allá donde iban. «Donde estaba mi familia era Málaga, si estábamos en Pekín, el teatro en el actuábamos se convertía en Málaga, si íbamos al Carnagie Hall, durante el concierto aquella sala ya no era Nueva York sino Málaga, y esa ha sido la vida de un músico, de un trovador que es un caballero andante que debe estar medio loco», ha asegurado el maestro de la guitarra que ha añadido que, antes de abandonar la ciudad a los 14 años, ya llevaba impreso en las cuerdas que «la música es el alivio del sufrimiento, llevando como bandera nuestra Málaga y soñando que la música y nuestras raíces puedan aliviar».
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El intérprete también ha recordado a su madre, que le enseñó a «amar» la literatura y al Quijote en el que se ve reflejado. Aunque no fue lo único que descubrió en sus primeros años. «Málaga llenó mi niñez de ilusión, me enseñó lo que es el arte, la música, la poesía y la pintura, que es otra de mis grandes aficiones», ha descubierto el legendario guitarrista, que ha añadido que heredó los pinceles del artista José Nogales, padrino de boda de sus progenitores y «leyenda de la pintura», y que también recibió el legado de su segundo nombre -se llama José Luis- «de otro gran pintor de Málaga, Luis Molledo, que fue íntimo amigo de mi padre».
Pepe Romero
Guitarrista
José Luis Romero ha dejado claro que llevaba de serie su sensibilidad antes de salir al mundo. «En mi casa de Málaga siempre había poetas, recitadores y arte», ha afirmado el afamado guitarrista afincado en Estados Unidos, que ha añadido que la misión de «los músicos para glorificar la tierra que nos vio nacer es viajar por el mundo». Un cometido en al que además se siente un «afortunado» porque ha tenido la oportunidad de compartir su éxito con su padre y sus hermanos, a los que siempre ha tenido presente, incluso en sus actuaciones en solitario.
El guitarrista no tiene una imagen fija de Málaga, sino que se celebra la metamorfosis de la ciudad como destino cultural, al que ahora quiere contribuir con el certamen que lleva su nombre: Pepe Romero Guitar Festival. «Cuando vuelvo a Málaga me paseo entre el presente y el pasado, veo en mi interior lo que era y veo lo que es, y no puedo nada más que aplaudir con fervor y agradecimiento», ha expresado Pepe Romero, que ha personalizado ese reconocimiento en el alcalde, Francisco de la Torre. Una transformación que, a su juicio, no se ha desprendido de las señas de identidad: «Uno no se da cuenta del misterio que tiene esta tierra hasta que se va y luego vuelve». Un misterio que a buen seguro le acompañará el próximo 22 de septiembre en su esperada actuación en la plaza de toros.
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