Cuando la masa de gente lanza las manos hacia arriba mientras baila parece que va a salir volando una familia entera de mariposas. Esto es ... Sophie, el primer festival que está logrando traer a lo más granado de la música electrónica a Málaga. La capital de la Costa del Sol, hasta hace nada, quedaba muy lejos de ese circuito. Si acaso, había que ir hasta Marbella y pagar entradas a precio de oro. De entre el popurrí de festivales que nutren al verano malagueño, Sophie está demostrando en su segundo año de vida que la cosa va en serio.
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Tan en serio, que lo de este sábado es una prueba de ello. Peggy Gou, una de las artistas del momento de la música electrónica, acostumbrada a sonorizar festivales como el Glastonbury, pasó por el polígono Guadalhorce. Alguno, cuando dieron las dos de la madrugada, hora en la que estaba anunciada su set, pidió un pellizco por eso de saber si no estaba soñando. No lo estaba. El espectáculo de la surcoreana, afincada en Berlín, empezó puntual. Antes ya había calentando la pista la canadiense Peach con una sesión 'vynil only'.
Pero Sophie, en su quinto capítulo, así es como han decidido llamar los días en los que hay sesiones, respondía al nombre de Peggy Gou. La mayoría de la nutrida asistencia vino por ella. Si los móviles en el aire para grabar son un termómetro de expectación, la surcoreana juega en otro nivel.
El mundo de Peggoy Gou es como una gran paleta de colores. Resultado, seguramente, de su propia existencia vital. Con 14 años se mudó de Corea del Sur a Londres. Ahí visita la London Fashion School. Un día quiere ser diseñadora, al otro estilista. Luego fotógrafa. Pero con ninguno de estos planes alcanza tanta felicidad como en los clubes de Londres. Empieza a romperse la cabeza y aprende a pinchar y a producir.
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Lo desplegado en Málaga fue una amplia degustación de ese estilo ecléctico que la coreana ha encontrada y que ella misma ha acuñado como 'k-house'. Un sonido afino al pop, que se nutre de dosis de house, tecno y electro. En ocasiones, refinado con alguna voz para dar el toque melódico. El remix que presentó de clásicos como 'Rhythm is a Dancer' fue el mejor ejemplo.
El espectáculo de Peggy Gou estuvo bien aderezado con unos visuales que daban el empaque que merecía la experiencia, muy en cliché asiático. Intercalaban estos diseños con primerísimos planos de ella pinchando. Verla en acción tiene algo de hipnótico. Cada gesto, cada movimiento para acompasar el sonido son la definición de aquello que se dice 'rollo'.
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En el aire flotaba la duda de cuándo iba a sonar el tema más conocido que tiene Peggy Gou. Eran las tres y media cuando empezó a intuirse el 'Can't get you out of my mind'. Es el titulo de la canción que tanto recuerda a la que Kyle Minogue lanzó en 2001 y que alcanzó fama mundial. La versión a lo Peggy Gou, el 'Peggy Gou's Midnight Remix', sonó con más agarre, incluso, que el supuesto original. 'Na-na-na, na-na, na-na-na, na-na-na'.
Los cuerpos se movían extasiados. Felicidad palpable y cada uno con su propia película en la cabeza. Las dos horas del set bramaron por el auditorio como un coche deportivo sacado del futuro. Para el que suscribe, por poner un pero, se echó de menos el 'Starry night'.
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¿Cómo sacarse ahora de la cabeza un estribillo más pegadizo que la humedad? Esa pregunta quedaba sin contestar. Quizá, en realidad, nadie lo quiso hacer. Que quede como recuerdo de una noche que sirvió también para encumbrar a Málaga en sede de la música electrónica.
El año pasado, cuando se estrenó en Torremolinos, Sophie estaba metido aún en zapatos de niño chico. Algunos ajustes después y con el cambio de ubicación, se puede decir que ha llegado la consolidación. «La idea era crear un evento de música electrónica en Málaga y darle continuidad para crear y desarrollar esta cultura en la ciudad. Que no sea solo cosa de un día. Por eso, este año tenemos nueve capítulos», explicó la organización a SUR.
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Además, garantiza que hay vocación de continuidad para el año que viene. «Peggy Gou», admiten, «es el plato fuerte de este año». Insisten, en todo caso, que el cierre del 23 de septiembre cuenta con una «sorpresa final». Sin querer revelar aún el nombre, se intuye una gran traca final. Hasta entonces, quedan varios capítulos más de Sophie. El próximo, el 12 de agosto, llega a Sophie el sello formado por los productores rumanos Rhadoo, Petre Inspirescu y Raresh, que está triunfando en toda Europa.
Interesante, por cierto, las diferentes posibilidades que ofrece Sophie, que cuenta con tres escenarios diferentes y una zona de backstage. Porque esta también es una de las características de este festival: dar la posibilidad de ver en directo a dj's que manejan cachés astronómicos a precios asequibles, al mismo tiempo que también se ofrecen alternativas más exclusivas, con la habitual parafernalia y su correspondiente servicio de botellas.
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Remató la faena después de Peggy Gou la alemana Ellen Allien, con un tecno más contundente y veloz, con una sesión en modo de cierre y de lo que es, en general, toda su trayectoria. Allien, paradigma de la música electrónica de Berlín, lleva media vida quemando zapatillas.
Con el sol amenazando ya con asomar por el horizonte, acabó la fiesta. Las dos horas de Allien sirvieron para hacer memoria de porque el tecno es también la música de baile por excelencia.
Dormir ahora era una tarea complicada.'Na-na-na, na-na, na-na-na, na-na-na'. Imposible sacar de la cabeza. Hasta la próxima porque, como se ha mencionado antes, hay eventos programados en el Sophie hasta el 23 de septiembre.
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