Paloma San Basilio ha agotado ya las entradas para su concierto de despedida en el Teatro Cervantes. SUR

Paloma San Basilio: «No podemos convertir la vida en un TikTok»

La artista cierra un ciclo como cantante con una gira de despedida que hará parada en Málaga: «Es mejor que tú decidas tus tiempos a que lo decidan los demás»

Lunes, 21 de octubre 2024, 00:10

Esta es una entrevista de despedida, pero en sus palabras no hay pena ni nostalgia. Al contrario. Paloma San Basilio deja la música porque quiere, porque siente que ya es el momento de cerrar un ciclo y porque le apetece hacer otras muchas cosas. A ... punto de cumplir los 74 años, tiene ganas de centrarse en la escritura, de volver a pintar y de hacer una obra de teatro puro y duro. Pero a su ritmo, con sus tiempos, sin dejarse llevar por la velocidad que impone la vida moderna en un TikTok. Antes de todo eso, cantará por última vez 'No llores por mí, Argentina', 'Luna de miel', 'Juntos' 'Cariño mío' y tantas otras de ciudad en ciudad para agradecer la fidelidad y el cariño de estos años. En Málaga lo hará el 15 de febrero en el Teatro Cervantes. Y ya no quedan entradas.

Publicidad

–Dice adiós a los escenarios dando las gracias. Se va feliz.

–Sí, me voy feliz. Sería de malagradecidos y de malnacidos el no estar contenta con esta trayectoria de 50 años maravillosos. Me voy llena y en una etapa muy bonita de mi vida, con proyectos muy apetecibles para el futuro. Los ciclos hay que cerrarlos en el momento preciso y la mejor manera de hacerlo era con una gira por todas las ciudades que pueda, para agradecer la fidelidad, el cariño y el respeto de estos 50 años.

–Elegir uno mismo el final de una etapa es un privilegio que pocos tienen.

–Sí, saber manejar tus tiempos es algo que se aprende. Uno no puede aferrarse a ninguna etapa porque eso no te permite volar, no te permite crecer. Es muy importante esa conciencia individual de cuál es tu sitio y de cuál es tu momento. Es mejor que tú decidas tus tiempos a que lo decidan los demás.

–Alguna vez ya hizo el amago de dejar la música, pero volvió.

–Sí, en 2013 hice un corte bastante drástico porque, entre otras cosas, quería pintar y escribir. Como cantante seguía haciendo trabajos, giras con orquestas sinfónicas, con los Chicos del Coro, pero ya estaba en otra etapa. Lo he ido diluyendo en medio de otras actividades y ahora ya es el momento perfecto de que no se vayan alternando, sino de dejar paso a las otras en plenitud.

Publicidad

–Con agradecimiento y sin pena, pero algo de nostalgia habrá.

–Lo que pasa es que llevo ya tantos recuerdos acumulados, tanto equipaje, tantos sitios, tantos conciertos, tantos discos, tanto de todo, que cuando quiero echar mano de ello, no tengo más que volver un poquito la vida atrás y disfrutar de cada momento. No hay que atarse al pasado, ni siquiera a un presente cercano al pasado. Evidentemente, voy a echar de menos el escenario, pero tengo algún proyecto para hacer teatro de interpretación, puro y duro, que es algo que siempre me ha gustado muchísimo y donde creo que puedo crecer y aprender. Entonces, sería una forma distinta de estar. Cuando tienes confianza en que todavía tienes mucho que desarrollar, no te da tanto miedo soltar amarras.

«Atrévete. Lo de 'más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer' se lo inventó un imbécil»

–Porque no se retira, simplemente hará otras cosas.

–Claro, lo que sí es cierto es que cierro mi etapa como cantante. Me voy a centrar en la escritura, mi tercer libro saldrá en abril, y quiero volver a pintar.

Publicidad

–¿Cómo puede hacer tantas cosas?

–Porque soy muy valiente, y tengo poco miedo (ríe). Y porque yo creo que hay que arriesgar, yo creo mucho en el hombre del Renacimiento, en ese ser humano que tiene distintas aristas y distintos perfiles que son complementarios. Es una forma de ser. La persona que es artista, que le gusta transformar la realidad, lo puede hacer en cualquier dimensión. Yo fomentaría mucho más el concepto de hombre renacentista que el del encasillamiento y el de que alguien tenga que hacer solamente una cosa.

–Es verdad que tendemos a compartimentar, y si te sales de lo tuyo, eres un intruso.

–Con el primer libro que saqué tuve que aguantar comentarios de '¿quién habrá escrito el libro?'. ¿Por qué? ¿Por qué desconfiamos tanto de la raza humana? ¿Por qué no pensamos que hemos hecho grandes cosas y que somos capaces de hacer muchas actividades complementarias, que en el fondo son formas de expresión.

Publicidad

–En alguna ocasión ha comentado que hemos perdido el tiempo de reposar las cosas. Y esa rapidez se acentúa todavía más en la música. Imagino que no se siente cómoda en esa vorágine.

–Yo creo que nada que merece la pena se hace en poco tiempo. Parir un hijo te cuesta nueve meses y muchos años de pensar si lo tienes o no lo tienes. Un árbol necesita tiempo, el vino… Hay demasiada velocidad, demasiada necesidad de recibir mucha información que luego no podemos metabolizar. Y no nos quedamos parados en ningún sitio. Y ahí es donde viene el disfrute auténtico, cuando te sientas, contemplas el paisaje y disfrutas de cada matiz que tiene el cielo. Todo eso se está perdiendo en este mundo en el que incluso el concepto televisivo es TikTok. Está muy bien TikTok, pero no podemos convertir la vida en un TikTok. Hay que dejarla sedimentar, disfrutar, crecer y todo eso se está perdiendo.

–Pero parece imposible volver atrás. No puedes bajarte de este ritmo de locos.

–Es muy buena la introspección, pararte y dialogar contigo mismo, hablar con la persona que tú eres y tratar de poner orden en tu vida, en tus cosas y en tus decisiones. Y decir, bueno, yo soy la que marco mis tiempos. Yo, por ejemplo, me voy a la playa y no me llevo el teléfono. No quiero estar siempre pegada a esa especie de apéndice que me ha salido en la mano. No importa lo que los demás piensen, no importa si a veces me quedo fuera del foco. No pasa nada, hay muchos focos.

Publicidad

«Nada que merece la pena se hace en poco tiempo. Hay demasiada velocidad»

–Hoy nos gustan demasiado los focos, todos somos protagonistas en las redes sociales.

–Es terrible. Al final es un nihilismo, un vacío, porque tú no puedes estar siempre teniendo que alimentar ese falso protagonismo. Tú eres protagonista de tu vida sin necesidad de contárselo a todo el mundo y de que los demás lo acepten o lo valoren. Estamos perdiendo el poder sobre nosotros mismos. La gente piensa que porque hagan muchas fotos, muchos selfies, porque sean influencers y muchos le sigan, tienen poder. No, eso te roba tu energía. Es todo lo contrario.

–Su caso es un revulsivo contra el edadismo. La evidencia de que hay muchas cosas por hacer más allá de los 60, que para muchos parece que la vida se acaba.

–Lo mío es una oda a la capacidad de tener años. A esos años contra los que no puedes luchar y a los que tienes que agradecer el privilegio de estar vivo. La otra alternativa es no estarlo. ¿Cómo no vas a poder hacer en cada edad algo? ¡Si somos como un río que fluye constantemente! Siempre hay algo nuevo que hacer, que descubrir, que arriesgar. Atrévete. Hay un refrán que odio, el de 'más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer'. Me parece que eso se lo inventó un imbécil, que seguramente nunca hizo nada en su vida.

Noticia Patrocinada

–Ha hecho musical y últimamente se escuchan muchas voces críticas por las precarias condiciones laborales de los artistas del sector. ¿Ha vivido esa situación? Porque el teatro musical es muy exigente, muy duro, y quizás poco valorado.

–Es que el teatro musical es muy caro. La gente lo tiene que saber. Yo he hecho mucho musical, pero lo que ganaba en un día cantando en un concierto era lo que ganaba en un mes en un musical. Y yo sabía que eso era así, porque si no no lo podías hacer. Es un género muy duro, muy exigente, donde la gente tiene que tener mucho nivel y que realmente no está compensado económicamente para el esfuerzo. Pero también es cierto que es muy vocacional, a quien le gusta hacer teatro musical, lo ama.

Publicidad

–En la música ha hecho de todo, ¿le ha sobrado algo?

–No. Nunca sobra. A veces haces cosas más acertadamente, otras veces menos, a veces te equivocas más, a veces menos. Pero es que hija mía, la aventura de vivir es eso. Es apostar, apostar, apostar, intentar, intentar. La verdad es que yo me he quedado a gusto. Se suponía que tenía que ser una cantante de balada detrás de un micrófono, según mi compañía de discos y yo me revelaba como gato panza arriba, y he ido haciendo todo lo que he podido hacer, todo lo que me ha llamado la atención y lo que me parecía interesante y atractivo. He hecho las cosas desde la convicción de 'quiero hacerlo, ¿por qué no?' No puedes hacer caso de la gente que desconfía de ti, tienes que ser tú el que apuestes.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad