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«La idea de hacer algo en solitario siempre ha estado sobrevolando mi cabeza como una bandada de cuervos», asegura entre risas Francisco J. Galacho, cantante y guitarrista del grupo malagueño The Blackberry Clouds, que a finales de abril publicará en vinilo y en las ... principales plataformas digitales su primer disco. Bajo el enigmático nombre artístico de Pale Preacher el músico lanza una colección de canciones escritas durante la pandemia en las que explota su pasión por la música tradicional americana. 'Sadness Makes Me Less Unkind' es el nombre de un trabajo que publicará Clifford Records y que sigue la línea musical marcada por los últimos discos de la veterana banda. Un proyecto producido por el propio Galacho y Máximo Ruiz, que incluye temas como 'Dungeon', 'Sorrow Thanks', 'Are You Gone', ' Daddy Walked in Darkness', 'Train is a Running', 'Preacher On the Bench of Blows', 'Aaaaaah Jesus is no longer' y 'Ballad of Will Hurt'. «Era algo que tarde o temprano tenía que hacer: grabar canciones teniendo en cuenta solo mis afectos y fobias, sin nada externo que las condicionase. Y, bueno, dados los tiempos que corren, mejor no procrastinar», afirma Pale Preacher.
–¿La pandemia y el 'parón' de los Blackberry Clouds le ha impulsado a grabar sus propios temas?
–La situación ha favorecido bastante la obra. Esta realidad tan extraña que estamos viviendo todos es propicia para cosas diferentes y nuevas. Sobre los Clouds… bueno, nunca hemos tenido parón creativo, pero sí 'suspensión de actividad' por las razones que todos conocemos.
–Ha seguido el camino marcado en la última etapa de los Clouds, ¿qué hay de nuevo en este disco?
–Creo que el disco es más rico en matices en tanto no se ha hecho con un formato de banda sólida y bien engrasada soportando las canciones. Esto ha permitido que podamos explorar otros territorios más difusos que el formato banda no propiciaba.
– Música de raíces americanas, country, folk... ¿son esas sus principales influencias?
–Siempre han sido mis influencias: lo sórdido, lo feroz, lo triste, lo airado, lo bello y lo terrible… todas esas historias que siempre han estado en la música tradicional americana.
–En este disco cuenta con colaboraciones de Francis, Frank y Juan de los Blackberry...
–Los Clouds han sido un soporte muy importante en esta obra. Ellos han sido un empuje definitivo para que me decidiera a hacerlo, y contar con su ayuda ha sido una de las mejores cosas que le podría haber pasado a estas canciones.
–¿Con qué otras colaboraciones ha contado en este trabajo?
–En esta ocasión ha tomado más protagonismo Máximo RB de Holler's Analog Studios, en tanto que hemos estado codo con codo arreglando y produciendo las canciones. Máximo nos graba a los Clouds desde 'Dry Wind' y nos/me entiende a la perfección. Ha hecho un trabajo magnífico. Luz Prado colabora con un violín maravilloso en una de las canciones. Y quizá la incorporación más notable en cuanto a interpretación sea la de Victoria Villa, de la banda Evildog, la voz más hermosa que haya escuchado nunca en una canción hecha en este país.
–¿El grupo va a seguir trabajando en nuevos proyectos?
–Los Clouds seguiremos. Hay muchas cosas que hacer aún. Pale Preacher evolucionará como quiera; no es una banda, así que puede evolucionar de cualquier manera extraña e inexplicable.
–¿Cuánto tiempo ha invertido en la realización de estas canciones?
–Las canciones se escribieron durante la primavera-verano de la pandemia. Muy poco tiempo para el que normalmente empleo en construir un puñado de temas para un disco. Supongo que estos días insólitos propiciaron que así fuera. Hacia octubre del año pasado estaba el disco definido y listo para entrar al estudio.
–¿De dónde han salido las letras de esos temas?
–Todas hablan de la tristeza en general: sobre sentirse solo, furioso (y a la vez deprimido), abandonado y aislado de lo que ocurre alrededor. Nada especial que no haya experimentado nadie en algún momento de su vida: contemplar el abismo es algo cotidiano.
–'La tristeza me hace menos cruel' Esa sería la traducción del título del disco, ¿son temas tristes?
–Cada una a su modo, pero sí, en el fondo todas dejan un poso amargo. El título hace referencia a sensaciones propias. Cuando estoy triste y abatido mi nivel habitual de misantropía se relaja; eso no quiere decir que aumente mi afecto por el género humano, pero si disminuye mi desprecio por gran cantidad de ellos. Podría haberse titulado 'Melanchoholic Misanthropy' (Risas).
–Compositor y multiinstrumentista, ¿cuántos instrumentos toca en este trabajo?
–No los he contado, jajajajaj. Intento ser autosuficiente en ese aspecto hasta donde mis pocas habilidades me dejan. No me considero buen guitarrista, ni buen pianista, ni siquiera buen cantante. Tengo muchas limitaciones y escasa destreza, pero quizá eso sea lo que mejor le viene a mis canciones. Frank, bajista de los Clouds, siempre me dice que no estudie jamás ningún tipo de teoría musical, que lo echaría todo a perder…
–¿Ha sido compleja la grabación?
–En absoluto, ha habido buen entendimiento entre colaboradores, Máximo y yo. Hemos empleado poco tiempo de grabación, ha ido todo bastante rodado.
–¿Las restricciones por la pandemia han sido un obstáculo?
–Sí, quizá han sido el único impedimento que nos obligaba a posponer cosas o a tomar otras decisiones que en situación normal no tomaríamos. Aunque, pensándolo mejor, creo que la pandemia también ha aportado mucho a este disco. Podemos considerarla una colaboración más.
–'Dungeon' es el primer adelanto de este disco, que ya está en las plataformas digitales, ¿cómo definiría este tema?
–Es una canción que te mece hacia una oscuridad placentera.
–También hay temas acústicos, atmosféricos, gospel, mucha experimentación... ¿diría que es un disco muy variado y ecléctico?
–No hemos tenido en cuenta ningún tipo de límite estilístico. Todo lo que ha surgido en el periodo compositivo se ha reflejado en el disco, sin tener en cuenta qué tipos de músicas o sonidos evocaban.
–¿Cree que sigue habiendo campo para la experimentación en el rock contemporáneo?
–Si hay inquietud, hay posibilidad.
–¿Tiene previsto seguir trabajando este perfil en solitario?
–No lo he pensado. Quizá sí, quizá no. Dejemos que Pale Preacher decida cómo quiere seguir adelante. Él dispondrá (jajaja)
–¿Por qué ese nombre?
–En la iconografía religiosa formada por mi educación y mi afición a ese aspecto tan oscuro de la historia, la figura del predicador siempre ha representado para mí una imagen apocalíptica, una fuente de salvación envenenada que lleva aparejada castigo y venganza, una mancha difusa entre el Bien y Mal. Todo empezó como un guiño de una amiga a la que aprecio mucho que acabó consolidándose como nombre artístico por todos esos significados. El calificativo 'Pale' es un homenaje a Pale Rider: ese predicador representa bien lo que quiero decir.
–¿Habrá presentación en concierto cuando las circunstancias lo permitan?
–Es una cuestión que aún estamos valorando. Reproducir el disco en directo dadas las limitaciones que hay va a ser difícil, por lo que habrá que estudiar otro formato en caso de que decidamos hacerlo.
–¿Cree que volveremos pronto a la 'normalidad' de antes?
–En absoluto. Vamos hacia la destrucción definitiva. Esto solo es un peldaño más en la bajada. Disfrutemos lo que podamos porque no espero que nada mejore.
–¿Cómo ve el panorama de la música en Málaga en la actualidad?
–Siempre ha habido buenas bandas en Málaga. Ahora no veo nada que indique lo contrario, solo que este compás de espera pandémico arroja una panorámica desoladora que no se corresponde con la realidad creativa. Hay multitud de grupos haciendo canciones, grabando y mostrándolas cuando las circunstancias lo permiten.
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