Pablo Alborán lanza este viernes 'Vértigo', un disco creado «sin expectativas» y con la «vulnerabilidad» de estos tiempos

Cuenta que en este disco hay cosas que en otras circunstancias nunca hubiera permitido que salieran. «Ideas locas» que le surgían en su estudio casero en Benalmádena y que grababa sin la intención de que algún día se publicaran. «Sin expectativas ni presión», pero con la «vulnerabilidad» de estar viviendo un momento de incertidumbres y miedos. Eso es 'Vértigo', el quinto álbum de estudio de Pablo Alborán que este viernes sale a la luz.

En una rueda de prensa en 'streaming' y tras el concierto de presentación de la noche anterior desde el helipuerto de Torre Picasso, el malagueño desveló las claves de un disco «muy fiel» a estos tiempos en el que se ha involucrado más que nunca por la situación de encierro impuesta por la pandemia. «Todo el proceso ha sido muy natural en este disco», cuenta.

Es, dice, un disco de «altos y bajos». Con canciones que hablan «hacia dentro» y otras que transmiten ganas de fiesta y diversión. Incluso incluye una bachata, 'De carne y hueso', entre los nuevos ritmos que explora en 'Vértigo'. Una palabra que para él no solo evoca el miedo a las alturas, también es esa sensación de «estar parados mientras todo se mueve alrededor». «Y esa es la vida». 'Vértigo' «habla de la vida, de ti y de mí, de todo lo que nos puede pasar cuando te enamoras». O sufres mal de amor. «Mis canciones son una buena terapia para quien le pase eso», apostilla.

«Acostumbrado a vivir en avión o en un coche», la pandemia le sorprendió en Málaga recién llegado de una gira por Latinoamérica. «El máximo miedo era ver si era capaz de soportar una vida sin estas idas y venidas. Me daba miedo pensar que si de pronto la música desaparece de mi vida no sé hasta qué punto voy a ser capaz de soportarlo», reconoce.

Por eso, asegura, ha aprendido la lección de «hacer el esfuerzo» de disfrutar del momento. «Porque hay muchos momentos que me he perdido por la necesidad de dar la talla», admite.