Ojeando Festival se reinventa para no desaparecer entre la gran oferta musical de la Costa

Ojeando celebra ahora su decimoquinta edición con un cambio de rumbo. El festival se reinventa para no desaparecer de la agenda veraniega y permanecer como un evento singular que involucra a todo un pueblo, desde la plaza principal al patio del colegio. A falta de ultimar el cartel y completar el procedimiento administrativo, Ojeando se abre a «nuevos horizontes» -avisan fuentes municipales- y da cabida a otros géneros que se salen de lo que se solía entender por indie (con toda la amplitud del término). Apuestan por rejuvenecer su propuesta, con grupos en plena proyección entre el público joven que tengan tirón y 'revivan' el festival. «Pero no perderá su esencia», insisten.

El giro coincide, además, con un cambio de siglas en la alcaldía: en las últimas elecciones del pasado mayo, Por Mi Pueblo arrebató el Consistorio al PSOE. Los ajustes por el traspaso de poder han retrasado el cierre de la programación y han obligado a mover las fechas de la decimoquinta edición al 12 y 13 de julio, dos semanas más tarde de lo habitual en Ojeando.

Lo que sí se cae definitivamente de la agenda de esta edición es el Ojeando Nuevos Talentos, el concurso que desde hace doce ediciones buscaba descubrir a los jóvenes más prometedores de la música. Además de una aportación económica, la banda ganadora se llevaba el premio más codiciado: la visibilidad que da subirse al escenario de Ojén. Dicen que la falta de tiempo por el cambio en el Gobierno local ha motivado la decisión, pero no hay seguridad de que el año que viene regrese la convocatoria.