La luz se apaga y el himno se enciende: «¡Lo, lo, lo!», canta el público, desde la pista hasta la última fila de la grada más alta, pidiendo batalla. Brincan, aplauden, encienden las linternas del teléfono y esperan a que los dos maestros del canalleo ... les den permiso para desatarse. Estopa sirvió ayer en bandeja una noche genuinamente granuja en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena, que se llenó de 7.000 fans de los hermanos Muñoz. Hoy domingo hay una segunda cita, en el mismo recinto (22.00 horas).
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«¡Buenas noches Málaga!, bienvenidos a este concierto que supone para nosotros veinte años de canciones. Vamos a mezclar lo nuevo con lo viejo, disfruten ustedes», saludaron a los suyos tras haber interpretado 'Tu calorro' y 'Vino tinto'. un arranque a la altura del mito. Y tras la primera conversación con el público llegó 'Fuego', el single del nuevo disco que justifica esta gira y las dos paradas en Málaga. Esta canción se mudó a las listas de éxitos desde el día de su lanzamiento (algo habitual en el dúo barcelonés), y ahí sigue, reflejo de su buen estado de forma pese a los años (más bien las décadas). Los malagueños respondieron coreando todos los estribillos del nuevo componente de la colección de clásicos que atesora Estopa, dejando claro que estaban dispuestos a embarcarse en cualquier propuesta de la noche, sin importar la fecha de publicación de las canciones.
Durante el segundo estribillo de 'Vacaciones', los asistentes terminaron de sellar el idilio con el dúo, entonando a una sola voz el mítico «qué mal repartido está el mundo desde el primer mes de enero porque este juego dura un segundo y gana quien marca primero». «Intentamos ir tocando las canciones intercaladas de distintas cosechas; y hay algunas más fructíferas, otras más sentimentales», explicaron para dar paso a 'Pastillas para dormir' y 'Atrapado', el primer corte del último trabajo de estudio. «A uno le hace ilusión seguir cumpliendo canciones y seguir cumpliendo discos, aunque alguno dirá que las nuevas son un coñazo», dijo David, el mayor de los hermanos.
En el aspecto técnico, la banda de Estopa es la perfecta fusión que fundamenta el concepto. Por un lado un 'power trío' para el apartado rockero: batería, bajo (a veces también latino) y una más que solvente guitarra eléctrica. Por otro lado, un percusionista, un té lista y dos guitarras españolas para todo lo demás (el flamenquito, la cumbia, la salsa o lo que haga falta).
«Vamos a hacer un viaje al pasado», advirtió José, el menor de los Muñoz, antes de que llegase 'La raja de tu falda', el gran éxito que situó a dos chavales de Cornellá de Llobregat (y a su Ford Escort) en la primera línea musical en la joven España del cambio de milenio. Anoche quedó patente que Estopa es un concepto más allá de cualquier género o tendencia, y que dos hombres sencillos han conseguido mantenerse durante veinte años sonando en la radio del coche de varias generaciones sin necesidad de afeitarse la perilla ni quitarse los pendientes.
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La noche siguió entre clásicos y nuevas propuestas, todas igual de agradecidas por parte del respetable. Desde 'El Blade' hasta 'El del medio de los chichos'. «Nos vamos a meter otra vez en la máquina del tiempo», advirtieron de nuevo antes de arrancarse por 'Me falta el aliento'. Málaga berreó y se puso manos a la obra, porque la primera (y más famosa) parte de la canción fue solo suya:«Me siento como un esperma esperando en un tubo de ensayo».
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