Nacho Sarria: «Como vecino del Centro, sufro a los guiris todas las noches»

–¿Cómo de conocido te sientes aquí?

–Si lo mido por la cantidad de gente que convoco en un concierto, siempre que toco en La Cochera [Cabaret] está llena, pero todavía no he pasado a La Trinchera. Tenemos que seguir currando y que la gente nos conozca, en Málaga y fuera.

–¿Crees que vivir en Madrid o Barcelona te acercaría más al circuito de la industria musical?

–No, no estoy de acuerdo con eso. Me fui a Madrid antes de la pandemia pero duré allí dos meses. Me angustia, el ajetreo, los precios… Para mí irse a Madrid es viable si tienes dinero, si no, irte a arrancar un proyecto musical es un suicidio.

–¿Y desde aquí puedes conseguir lo mismo?

–La música se puede hacer desde cualquier lado, donde estés feliz. El único 'handicap' que tenemos los músicos es que hacemos mucha carretera. Vivimos en un sitio privilegiado, con la mala suerte ahora mismo de que nuestra Málaga se está yendo. Es muy triste que ya no podamos vivir aquí, que sea tan complicado alquilar.

–¿Vas a ir a la manifestación por la vivienda? ['19J. Málaga para vivir...' La entrevista se realizó unos días antes de las protestas]

–Sí.

–¿Por qué elegiste el barrio de La Trinidad para vivir?

–Vivo de alquiler con Sixto Martín, músico del grupo 'La Trinidad'. En la pandemia volví a casa de mis padres, sin trabajo. Cuando pude volver a tocar y trabajar quería recuperar mi independencia y nos mudamos aquí porque tuvimos la suerte de encontrar nuestro piso.

–¿Y se vive a gusto en el barrio?

–Quitando el precio de los alquileres, los guiris masificados, y demás cuestiones…

–¿Hablamos de los turistas?

–Sí claro, yo nunca hablo de política, pero como vecino del Centro sufro a los guiris todas las noches y ahora en verano más.

–¿Por el ruido?

–Vivimos en un primero y en verano tienes que abrir las ventanas, porque te cueces. Muchos gritos, muchas borracheras, un turismo que en gran parte ha venido 'a pegárselo aquí', y los que vivimos en el Centro convivimos con ello a diario. Creo que lo del sábado [Manifestación 'Málaga para vivir y no para sobrevivir'] es importante seas de la ideología que seas. Es una cuestión de conservar el derecho a vivir en tu ciudad.

–¿A dónde volvías siempre cuando vivías fuera y venías de visita a Málaga?

–Al baño de la casa de mis padres (risas). He pasado muchas noches ahí tocando la guitarra porque era el único sitio donde no molestaba. Para comer, me gusta mucho la 'Venta El Molino', en Costa Lagos, un sitio espectacular de pescado frito y cuscús y comida marroquí.

–¿Recomiendas algún bar de menú en la provincia?

–Me gustan mucho. 'La Viga', aquí cerca de mi casa. 'Casa Bravo', aunque todo el mundo lo llama 'el cutre', está al lado de Canal Sur. Ahí está el mejor gazpachuelo que me he comido en mi vida, y de menú, pero es el definitivo.

–¿Cómo es tu día a día como músico?

–Está guay, pero también es un estrés. Si estuviera en otro punto y vendiera muchísimos discos, sería fantástico. Pero aparte de con mi proyecto toco versiones en hoteles con la guitarra. Ese es mi trabajo de todo el año y mi economía depende de eso y de trabajar en el estudio de un amigo como músico de sesión. Cuando tengo un nivel de ocio y curro equilibrado estoy genial, pero si tengo mucho tiempo libre es angustioso, te come porque hay que pagar el alquiler.

–¿Madrugas?

–Este verano que lo tengo guay de curro [con Sarria], me siento afortunado de no tener que madrugar. Me levanto a las 9 o 9:30, depende de la mañana.

–¿Hoy qué has hecho?

–Esta mañana he sacado a mi perro, he ido a cortarme el pelo con La Dani, el peluquero que necesitábamos muchos. Hacía falta en Málaga alguien que entendiese este tipo de corte. He hecho la comida, he respondido emails, me he echado media hora y he quedado contigo.

–¿Siempre pensaste que serías músico?

–Sí, no he pensado nunca en dedicarme a otra cosa. Me preguntaban los profesores que qué quería ser de mayor y decía: 'yo soy músico ya...'

–¿Hay alguna mujer en vuestro equipo?

–Los cinco músicos en el escenario somos hombres: Alfonso López (bajo), Alejandro Hidalgo (guitarra eléctrica), Eduardo Díaz-Miguel (teclas), Roberto García (batería) y yo, pero tenemos a Sol Norte que se encarga del vestuario, de la dirección de arte de los videoclips, de vender el merchandising... Ella es la única mujer en carretera y creo que debería haber presencia femenina en todos los grupos. A nosotros nos aporta muchísimo. A mí es como si me leyera la mente.

–He leído que llevas pantalones de campana de mujer, porque no los encuentras para hombre...

–Sí, lo veo una tontería, entiendo que las hechuras son distintas pero para mi gusto la ropa de tío es mucho más aburrida que la de tía. Suelo comprar de segunda mano, pero cuando entro a una tienda convencional no encuentro nada que me mole, me aburre. En cambio, en la sección femenina de esas mismas tiendas sí hay pantalones que están chulos, me gusta más el corte de las camisetas de mujer también.

–¿En otoño seguís con la buena racha de este verano?

–Abrimos para Sidecars en el Wizink [Center, de Madrid]. Ha sido un detalle muy bonito por su parte. Les gustó el disco y han apostado por la banda. Con los bolos que están saliendo ahora espero que el año que viene el proyecto se conozca más. Nos están dando la oportunidad de tocar en sitios donde nos va a ver mucha gente.