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Siempre están dispuestos a hacer pasar un buen rato a aquellos que deciden apostar por Mujeres. Pero que no les confunda su carta de presentación: Yago, Arnau y Pol son los integrantes de este grupo con nombre en femenino que conquista a la primera escucha ... desde hace más de una década. La energía que transmiten sus temas irá en paralelo a las buenas vibras que se respirarán en la penúltima jornada del festival Canela Party, aunque previamente Arnau, quien marca el ritmo de la banda, responde a una batería de preguntas.
-¿Aún hay gente que piensa que Mujeres es un grupo compuesto íntegramente por chicas?
-Extrañamente, en este mundo de redes sociales, sí. No el público, pero sí cuando llegamos a la sala o a un festival, quienes trabajan esperan que el nombre describa el grupo.
-¿Por qué Mujeres? ¿Alguna historia curiosa detrás?
-Los nombres de los grupos, generalmente, no tienen una idea pensada detrás, si te soy sincero. Normalmente te haces una lista de un montón de nombres y nosotros nos quedamos con este. Estaba libre, llamaba la atención por la sonoridad y al ser corto, y nos gustó. Se lo comentamos a las amigas y a los amigos y les pareció guay la idea. Luego ya te tienes que quedar con el nombre que eliges (risas).
-Ahora se llevan nombres cortos para las bandas, ¿les parece muy atrevido Derby Motoreta Burrito Cachimba?
-A ver (risas), para mis grupos me gustan los nombres concisos, pero para el tipo de propuesta que llevan ellos es gracioso, queda bien, es acostumbrarse. Para nosotros quedaba guay Mujeres.
-Uno de vuestros últimos, 'Al final abrazos', ¿quiere dejar atrás la oscuridad de la pandemia?
-Creo que todo el EP que grabamos era una forma de escapar de la pandemia, aunque lo empezamos a preparar antes. Queríamos escapar y desatarnos, liberarnos del día a día: trabajos de mierda, pisos con precios por encima de lo que nos podíamos permitir... Queríamos hacer un disco para disfrutar, y esa canción es especial para nosotros porque es un sonido distinto a lo que hacíamos normalmente. Además, también por hacer amistad mediante colaboraciones con otros grupos, y nunca lo habíamos hecho y teníamos mucha ilusión. Al final nos encontramos con voces muy potentes, distintas a las nuestras, y nos sorprendió de una forma muy positiva.
-¿Qué añaden como grupo a la actualidad musical?
-Por un lado, no tener más pretensión que la de hace pasar un buen rato. No tenemos mucho mensaje, aunque trabajamos las letras queremos que la gente se desinhiba. Lo que nos hace diferentes es que la gente dice que somos iguales que en las redes, que somos como ellos. Por otro lado, nosotros nos formamos viendo a otros grupos y no pensamos que seamos diferentes o superiores al público, simplemente somos un grupo que se lo pasa bien. Es la idea del rock and roll: saltar y disfrutar.
-¿Quién es su referente musicalmente hablando?
-Tenemos gustos variados, pero creo que cuando llevas muchos discos tu referente es tu anterior disco. Pero, por ejemplo Kokoschka, que nos ha gustado muchísimo. Los grupos de pop luminoso, punk y garage son los que más nos gustan.
-Ahora que Bizarrap y Rosalía se llevan toda la atención, ¿qué lugar creen que ocupa el indie o el pop rock progresivo en la actualidad?
-Nosotros llevamos unos 15 años con el grupo y hemos pasado por varios momentos. Hace años nos decían que se acabarían la guitarras en las canciones, y aunque bajaron su intensidad, ahora han vuelto porque hay un montón de grupos de guitarras, sobre todo en Madrid y en los festivales están. Es más, cuando vamos a tocar vemos muchísimos grupos de guitarras y creo que estamos en un momento muy bueno en este sentido, aunque quizás no lo parezca desde fuera porque hay nombres que eclipsan por las redes sociales. Hay cientos de bandas no tan conocidas que están tocando de sala en sala, pero en la radio es más fácil que te pongan Rosalía, Sin embargo, hoy que estamos en el Canela Party podríamos poner una canción de alguno de los grupos en la radio y seguramente gustaría a mucha más gente de la que parece.
-¿El Canela es un festival burbuja?
-Yo lo vi desde su nacimiento, porque yo vivía en Málaga cuando se empezó a hacer, y aunque se celebra una vez al año creo que es por las posibilidades de la ciudad. No quiero entrar en alcaldes o políticas, pero en general todas las ciudades van hacia un modelo de cierre de salas. Cada vez se está poniendo más difícil poder tocar en una sala, porque les hacen la vida imposible o porque a los vecinos no les gusta. Debería haber más ayudas para la insonorización, cesión de locales municipales... Si un grupo en Málaga tiene problemas para ensayar o tocar y no pueden hacerlo porque en la ciudad no hay sitios, se te quitan las ganas. Este festival va a por todas un fin de semana, y se la juegan.
-¿Ustedes pueden vivir de la música actualmente?
-Estamos en el límite, a puntito porque este año se nos ha dado muy bien, pero Barcelona es una ciudad muy cara. Además, la clave es ir tocando sin pensar en estas cosas, si no te frustras rápido.
-¿Merece la pena ese trajín? El de la vida de la músico.
-Es difícil, sobre todo cuando eres padre o tienes pareja. A veces la familia no lo entiende, pero nos ha valido la pena todo el esfuerzo, aunque hay que gestionar muchas cosas y comerse broncas injustificadas, discutir con la familia... Hay que intentarlo, esta es la única cosa que nos apasiona de verdad y cuando llevas haciéndolo desde los 16 años, si lo cortas, sería muy duro porque es la única forma de salir de tu día a día y compartir con tus amigos. Nosotros hemos sacrificado muchas oportunidades laborales por el grupo, ¿prefiero llegar el domingo reventado a casa y poner una lavadora? ¿o trabajar de lunes a viernes y estar tranquilo el fin de semana? No sé si hemos elegido lo fácil, pero nos lo pasamos bien.
-En relación con esto, ¿qué le parece el anuncio de la retirada de los escenarios de Rigoberta Bandini?
-No sé hasta qué punto, si te quieres tomar un descanso de un año y dos, es necesario anunciarlo. Nosotros llevamos muchos años sin pensarlo y no sé qué ocurre con estos grupos que de repente lo petan y están quemados. A nosotros se nos hace un poco raro, pero ellos pasan de cero a mil en dos meses y eso es lo que te quita las ganas. Cuando es progresivo no te das ni cuenta, pero cuando tienes que gestionar tantas cosas con tanta gente al final dices: yo sólo quería tener un grupo, no quería estar con todo este trajín. Pero seguro que dentro de unos meses ya tiene ganas de tocar.
-Alcanzó un éxito muy repentino, ¿el éxito está sobrevalorado?
-Sí, y actualmente es peor porque ahora montas un grupo y tienes en Twitter a cuatro pedorros que te ponen de vuelta y media, estás mucho más expuesto y cualquier cosa que hagas te van a meter cera sin ningún pudor. Igual Rigoberta quiere apartarse, mirarlo desde fuera y disfrutar de lo recogido estos meses.
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