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Uno de los últimos shows antes de despedir la gira 'Nuclear' fue aquí, en Málaga, aunque nadie se imaginaría que tres meses después la vida de carretera, escenario y hotel se acabaría de forma momentánea. Más de un año tardó Leiva en volver a pisar ... su lugar de culto, su pequeño hueco frente al inmenso público, y cuando lo hiciera tenía que ser con buenas nuevas; un disco, al menos, que recordara la pasión que implica una profesión con tantos altibajos. Tras la euforia, la calma, una sensación de la que el exvocalista de Pereza es consciente y que plasma en muchas de sus letras.
Anoche, el festival 'Cosquín Rock' ya había rodado durante toda la tarde en la explanada del Castillo Sohail de Marenostrum Fuengirola, una hazaña agradecida teniendo en cuenta que el madrileño saldría a escena con escasa puntualidad. Aurora and The Betrayers, Los Zigarros y los argentinos Ciro y los Persas movieron ya a un público muy variado, aunque marcado por el gusto exquisito del rock de autor. La hora del Leiva de escenario llegó con una intensa luz roja parpadeante en las grandes pantallas: la estética de 'Nuclear', sucedida por rayas del mismo color y una huella impresa en color negro, la del artista. La banda salió en fila india, tomando sus instrumentos para comenzar una noche llena de hits y temas recuerdos, muchos de ellos banda sonora; como para Beatriz Yrezabal, una toledana «seguidora desde pequeña» que cogió su coche junto a su pareja y amigos sólo para presenciar este espectáculo. Y así lo vivió, subida a una pequeña tarima de grabación, en ese momento vacía, para dar su energía al concierto de su 2021.
Al tercer tema ya llegó 'Animales', un recuerdo y guiño a su etapa en Pereza que conquistó a los suyos: brazos en alto y muchos saltos, porque en la pista y en el césped estaban más que permitidos. Como en la jornada anterior con Robe Iniesta, 'Cosquín Rock' y Marenostrum prepararon test de antígenos para todos aquellos que no guardarían la distancia en la explanada, así que la seguridad de disfrutar de un concierto como antaño estaba servida. Para la banda, también una sensación de nostalgia e incredulidad intermitente que resultaría un oasis más que una realidad. En total, nueve en el escenario se repartían el peso de crear un aura inolvidable... Alerta spoiler: lo consiguieron.
Además, hicieron patente la emoción en sus latidos al plantarse ante un público de nuevo en pie, saltando y cantando con ellos, más aún en un «festival con tanta tradición» al que Leiva ya asistió en alguna que otra de sus ediciones en Córdoba, Argentina. Con la media noche encima y el concierto ya rodado, la banda muy engrasada y el público enamorado se dejó llevar por 'Godzilla', con muchas de sus estrofas interpretadas por Patricia Lázaro, corista de la banda, y Juancho, guitarrista y vocalista de Sidecars, fiel escudero de su hermano Leiva. Todo más especial aún con el saxofón, la trompeta y el hammond para las más de 2.600 personas que decidieron pasar la noche con una banda de categoría: «Para nosotros es un recreo increíble estar aquí con gente de pie», confirmaba el protagonista aunando los aplausos fervorosos.
Este concierto ratificó que no había mejor despedida para Marenostrum Fuengirola en una de sus ediciones más especiales: tesón y esfuerzo para adaptarse, poniéndole cariño a cada acción y actuación que se sucediese en su espacio. Así que, la de Leiva, que cerraba una temporada, se tomó con tantas ganas que quedó flotando en el aire.
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