Marcos Castilla, un talento con los pies en la tierra

La partitura que tocará el sábado 15 y el domingo 16 de julio se la sabe ya «de memoria». Desde enero ensaya el que será el primer gran concierto de su carrera: Marcos Castilla actuará con la orquesta impulsada por Antonio Banderas en su teatro, la Larios Pop del Soho que dirige Arturo Díez Boscovich (sábado a las 20.00 horas y domingo a las 12.00 horas; desde 20 euros, con un 50% de descuento para estudiantes en taquilla). Interpretará el 'Concierto para piano n.º 21 en do mayor' de Mozart, un clásico del repertorio que gusta «a todo el mundo, no solo a los entendidos». Es una especie de prueba de fuego, el momento de demostrar en el escenario que lo que consiguió hace un año no fue una anécdota.

El joven se alzó con el triunfo de la sexta edición de 'Tierra de Talento', el concurso de Canal Sur líder de audiencia en el 'prime time' de los sábados. Fue un antes y un después en su vida: «Tuvo un impacto brutal». De entrada, le dio tablas y templanza en el directo. «Antes me temblaba la pierna. Ya menos, pero creo que estar un poco nervioso es esencial, significa que esto no me da igual», argumenta. Y, además, le dio la visibilidad que necesitaba para mostrar su habilidad a las teclas. A partir de ahí recibió una beca de la Fundación Málaga para este curso 2022-2023 y ahí fue donde le descubrió Díez Boscovich, «un maestro a seguir». Este sábado volverá al plató para participar en la final de la séptima edición de este 'talent show' andaluz centrado en las artes musicales y escénicas. «Y hay mucho nivel», anticipa el pianista.

Es la recompensa al esfuerzo. Desde que unos Reyes Magos le regalaron un xilófono de juguete –que aún conserva en su habitación–, la música forma parte de su vida. A los 5 años recibió sus primeras clases y ahora acaba de terminar quinto en el Conservatorio Profesional Martín Tenllado, con el profesor Alejandro Díaz Cobos. Además, perfecciona la técnica con el maestro Misha Dacic en la Academia Internacional Galamian fundada en Málaga por los violinistas Jesús Reina y Anna Nilsen. Y hace unos días recogió la notas de primero de Bachillerato en el colegio El Romeral. «Han ido bastante bien, pero siempre pueden ir mejor», puntualiza el joven.

Reconoce que se ha perdido muchas tardes de juego y quedadas con los amigos por sentarse a estudiar frente al piano en el sótano de su casa. «Pero ellos nunca me dejan de lados. Mis amigos son de los buenos», asegura con una sonrisa, justo antes de afirmar que toda esta dedicación «merece la pena».

Marcos Castilla es el mayor de tres hermanos, hijo de una profesora de inglés y un ingeniero industrial que desde pequeño le inculcaron el amor por la música de todo tipo, desde los éxitos de los 80 hasta las grandes obras maestra. Hoy son sus mayores fans. «A los jóvenes no es que les cueste la música clásica, es que no la han tenido cerca nunca y entonces no saben apreciarla», justifica el pianista malagueño.

Una pasión por el repertorio universal que no impide que entre sus gustos musicales lo mismo haya un tango que una de las canciones urbanas del momento, pasando por un estándar de jazz. «Y además al piano queda todo muy chulo, desde un reguetón hasta una bulería», señala. Porque esa es una de sus diversiones, adaptar temas conocidos de cualquier género al piano. También componer melodías propias, incluso improvisarlas. «Hay que ser todoterreno. Para los pianistas es importante saber tocar de todo», apunta.

Y para eso hay que seguir formándose. El curso que viene finalizará el conservatorio profesional y el bachillerato, y su aspiración es continuar los estudios musicales fuera de Málaga. Incluso fuera de España. «En Estados Unidos o Inglaterra. Soñar es gratis», dice Marcos Castilla. Tiene en mente varias academias internacionales, pero el proceso para llegar a ellas no es fácil. De hecho, asegura que en cuanto a mediados de julio pasen los dos conciertos del Teatro del Soho CaixaBank, empezará a preparar las pruebas de acceso para estos centros. Con un pequeño paréntesis, un curso de verano en el Royal Conservatoire of Scotland. Siempre con la música a todas partes.