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Nos citamos en el Museo Interactivo de la Música de Málaga (MIMMA) por la mañana temprano. Confiesa que la noche anterior no durmió demasiado. Como casi toda España celebró la cuarta Eurocopa del equipo con los amigos, y hoy tocaba madrugar para el reportaje. Pero ... entonces Marcos Castilla ajusta la banqueta frente al piano, coloca las manos sobre las teclas, cierra los ojos un instante para concentrarse… y sucede la magia. De cero a cien. El joven pianista interpreta 'Revolucionario' de Chopin, con esos compases rápidos y veloces nada más empezar que resultan hipnóticos para quien los escucha. Y es solo el ensayo, el calentamiento antes de abordar la 'Malagueña' de Ernesto Lecuona con una naturalidad pasmosa. Marcos Castilla hace parecer fácil y ligero lo complejo y denso. Tiene 17 años. Es nuestro 'Lamine Yamal' del piano, y como él juega en la primera división de lo suyo.
En tres semanas, Marcos Castilla pone rumbo a EE UU. El joven músico malagueño ha sido aceptado en el Bard College Conservatory of Music de Nueva York, uno de los centros más prestigiosos del mundo, donde cursará la carrera de piano durante los próximos cinco años. Solo el 15% de los que aspiran a entrar, lo consiguen. Allí aprenderá de profesores como Terrence Wilson, formado en la Juilliard School y con nominaciones al Grammy. «Es un máquina, tengo muchas ganas de trabajar con él».
Lo cierto es que también le admitieron en la Royal Academy of Music, el Guildhall School of Music y el Royal College of Music de Londres, en el Royal Conservatoire de Escocia y en el Berklee College of Music de Boston, pero –como sucede en el fútbol– en Nueva York subieron la apuesta por él. El Bard College le ha concedido una beca para los cinco años, que se suma a las que ha obtenido para el próximo curso de la Fundación Málaga (Becas Talento) y de la Fundación Teatral Antonio Banderas. Solo así puede costearse unos estudios que, entre matrícula y alojamiento, rondan los 100.000 dólares al año. Es consciente de la responsabilidad que esa confianza supone. «Y espero estar a la altura», indica con madurez.
Está ilusionado, con ganas de abrir este nuevo capítulo de su carrera, pero no puede evitar sentir algo de vértigo. «Soy una persona muy familiar, muy cariñosa. Me gusta estar con los míos cerca. El irme a seis horas de diferencia horaria, al otro lado del océano, a un continente distinto, con cultura diferente, es abrumador», admite Marcos, el mayor de tres hermanos, hijo de una profesora de inglés y un ingeniero industrial.
Marcos Castilla cierra así un ciclo en Málaga donde, sin tener aún ni la mayoría de edad, se ha ganado el aplauso de la crítica y del público. En 2022, el joven se alzó con el triunfo de la sexta edición de 'Tierra de Talento', el concurso de Canal Sur líder de audiencia en el 'prime time' de los sábados. «Una experiencia inolvidable. Para mí fue un punto de inflexión», relata. Aquello le dio tablas para enfrentarse con apenas 15 años a un público en directo, pero también le ofreció un gran escaparate. A partir de ahí recibió una beca de la Fundación Málaga y llamó la atención de Arturo Díez Boscovich, el director de la Larios Pop del Soho, la orquesta sinfónica impulsada por Antonio Banderas en el Teatro del Soho. Tanto es así que en 2023 debutaba como solista en ese escenario con el 'Concierto para piano nº21 en do mayor' de Mozart. Y volvería meses después con otro repertorio.
Es la recompensa al esfuerzo. «Son muchas horas, pero merece la pena», insiste, a pesar de los planes a los que ha renunciado y a la dedicación absoluta que muchas veces exige esta carrera de fondo. No solo él ha hecho sacrificios en una edad en la que empieza a descubrir el mundo como individuo, también su familia. «Son mi apoyo, sin ellos no podría haber hecho nada de esto», les reconoce. Marcos ha aprobado segundo de Bachillerato en el colegio El Romeral con «buenas notas», mientras terminaba este curso la formación profesional en el Conservatorio Martín Tenllado y perfeccionaba la técnica en la Academia Internacional Galamian, fundada en Málaga por los violinistas Jesús Reina y Anna Nilsen. «Les debo muchísimo a todos mis profesores; me han cambiado el punto de vista sobre la música».
Y esto es solo el principio. En un futuro, sueña con actuar en los grandes teatros del mundo, del Carnegie Hall de Nueva York al Royal Albert Hall de Londres. Y quizás algún día se anime a mostrar esas composiciones propias que ahora mismo graba en el móvil para no olvidarlas. «Me encanta crear e improvisar».
Pero no deja de ser un chaval de 17 años. Disfruta de la fiesta con los amigos, «siempre con cabeza», y le apasiona el deporte, sobre todo el fútbol. «Eso calma la mente». Cuando se le pregunta por Lamine Yamal con quien ahora comparte edad –aunque uno es de 2008 y otro de 2007–, no esconde su admiración por la estrella de la Eurocopa. «Tiene una madurez tanto mental como física extraordinaria. Es un tío que se esfuerza y se curra lo que le viene, tiene la cabeza en su sitio (...) Va a llegar a lo más alto seguro». Lo mismo se podría decir de él.
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