Málaga erige a Manuel del Campo como patrimonio musical de la ciudad

La unanimidad no es símbolo de los nuevos tiempos, ni en la sociedad ni en la política, por eso cuando se hace patente sin ambages, sin fisuras, llama poderosamente la atención a los que la componen, la ven y la disfrutan. El pequeño milagro del consenso se produjo esta tarde en el salón de plenos del Ayuntamiento de Málaga, y el que suscitaba tanto apoyo y merecimiento no era otro que Manuel del Campo del Campo, que recibía la medalla de la Ciudad y el título de Hijo Predilecto por su labor como intérprete, profesor, investigador, compositor, director, programador y crítico musical, como reseñaba el secretario del expediente de instrucción, Antonio García de Castro, que hizo un exhaustivo repaso por todas las instituciones y personalidades que se habían sumado a condecorarlo con la máxima distinción de la ciudad.

En las primeras filas, entre sus amigos, familia y autoridades aguardaba feliz pero discreto, Francisco Lucena, el exedil popular que propició con su tesón el inicio de esta aventura en junio de 2018, y que esta tarde se ha hecho realidad con un jovial Manuel del Campo, emocionado y lleno de vitalidad a sus casi 92 años, recibiendo el galardón, momento que ha aprovechado para hacer una íntima exaltación de su malagueñismo y de amor por la ciudad que le vio nacer, «un martes 20 de mayo de 1930 en Málaga, donde continuaré hasta que Dios quiera». Con una envidiable y prolífica memoria ha ido narrando los pasajes de su vida asociados a la ciudad y los ofrecimientos que le hacían desde Madrid para llevar una cátedra de música, que él, decía, siempre rechazaba, porque una cosa era salir de vez en cuando y otra irse de su amada ciudad. «Y era cuando entraba por la camino de Colmenar cuando se me iluminaba la cara porque venía a mi Málaga, un espíritu malagueño con el que he vivido mis casi 92 años», reseñaba con una sonrisa en su cara.

«De Málaga no me he querido ir nunca, de mi Málaga me gusta hasta el terral», que decía entre risas de una sillería de invitados, copada para la ocasión, y emocionada con el perfectamente hilvanado discurso de una persona nonagenaria, con más memoria y retentiva que muchos de los que le oían, como comentaban al terminar. A sus méritos musicales, muchos y dilatados en el tiempo, no hubo de dedicarle tiempo Del Campo, ya que sus predecesores a la hora de tomar la palabra dieron buena cuenta de todo lo que le ha dado tiempo de hacer en una intensa vida, que parecían siquiera tres.

Empezaba la portavoz de Unidas Podemos, Paqui Macías, explicando que «no siempre conseguimos todos tocar la mismas notas» con estos galardones, al tiempo que le agradecía su legado cultural y musical de un valor incalculable y el amor por la música que ha transmitido a todos sus alumnos. El portavoz socialista, Dani Pérez, hizo un repaso por su trayectoria musical y recordó su premio Ciudad de Málaga en 1989 y la medalla del Ateneo en 2012, y enlazó su carrera con la estirpe musical malagueña que inició Eduardo Ocón Rivas. Humanista, polifacético, no tiene teléfono y le gusta escribir a mano, detalles que entrelazaba con su espontaneidad, que le alzan «como un malagueño popular y muy querido».

Dio en la tecla la portavoz popular, Elisa Pérez de Siles, al erigirlo como patrimonio musical de la ciudad tras sus múltiples méritos profesionales y personales como catedrático de conservatorio, miembro activo de la Academia de Bellas Artes del San Telmo, otrora vicerrector de la Universidad de Málaga, secretario del Ateneo o fundador de la Orquesta Filarmónica de Málaga. «Todo un legado de sabiduría, que ya apuntaba maneras desde joven». No pudo intervenir en el acto, pese a ser la portavoz de Ciudadanos y concejala de Cultura así como instructora del expediente, Noelia Losada, por seguir aquejada de Covid-19, dando positivo a día de hoy, como la disculpaba el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.

Por último, De la Torre recordó, como otros intervinientes, el legado de Manuel del Campo, que esta en las librerías, el volumen, 'Historia viva de la música en Málaga, de Paula Coronas, editado por la Fundación Málaga, que dijo esencial para conocer su vida larga y fecunda insertada en la historia cultural y musical de la ciudad. Uno de los guiños del regidor pasó por decir que Del Campo había dado conciertos en todos los espacios y que sería deseable que algún día lo diera en el auditorio musical de Málaga (un proyecto inicialmente en el puerto que nunca termina de cuajar). Sorprendido, al igual que los presentes por la relación de méritos de los que había dado cuenta García de Castro, subrayó que «nunca había conocido un expediente tan completo y tan lleno de elogios». Le hizo llegar que el título de Hijo Predilecto le hace justicia por una vida entera dedicada a la cultura y a la música en Málaga, al tiempo que le deseó que viviera muchos años más y siguiera recogiendo el cariño de todos los malagueños. «Manuel del Campo es de los que hacen historia viva de la música en Málaga», decía antes de entregarle la distinción entre aplausos de la sillería.

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