Cristina Pinto
Jueves, 25 de mayo 2023, 00:35
No fueron ni el WiZink Center lleno ni las cuatro noches en el Cervantes de su tierra. Lo que puso ayer 'colorao' a El Kanka fueron las más de 350 personas que dejaron el lleno total en la primera cita de Suena SUR, el nuevo ... ciclo organizado por este periódico y la Fundación Unicaja que combina entrevista y música en directo. Y el estreno no pudo ser mejor. A lo grande con un grande: El Kanka salía al escenario de la Sala Unicaja de Conciertos María Cristina de Málaga y el público enfurecía con un aplauso que duró más de un minuto. El cantautor malagueño se mostró abrumado por el abrazo con el que sus fans le arroparon. A su lado, el aplauso también de la periodista Regina Sotorrío, codirectora de Suena SUR junto a Alberto Gómez y encargada de guiar la primera parte de este encuentro con el artista. Complicidad y sonrisas en su conversación porque, como confesó El Kanka, «creo que Regina es la persona que más me ha entrevistado, ya es como mi prima de Málaga».
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La mayoría de ellos ya conocían la música del cantautor en directo, por eso este formato les parecía interesante. «A ver qué nos cuenta, seguro que es muy cercano», se escuchaba minutos antes de empezar a unas fans hablar en las primeras filas. Así fue: cercano, sincero y divertido. Aunque a él, como lo hace en 'Autorretrato' –una de las canciones de su último disco– no le gusta mucho eso de decirse a sí mismo cosas bonitas. «Cuando la escribí no me había dado cuenta de que me puteo tanto, pero es que siempre me ha parecido muy atractivo el antihéroe. En esa canción enseño a la persona que hay detrás del artista, aunque mi personaje no está muy distanciado de la persona», aseguró. Pero la sinceridad en ese tema es la que muestra su lado más vulnerable, «el que tiene miedos, que se levanta de mal humor y al que le huelen los pedos».
Y el que ha pasado por mucho para llegar hasta donde está ahora: ese mundo en el que se puede vivir de la música. Antes, una juventud con 25 años en la que el malagueño dormía «donde fuese» con El Manin para poder sacar rentabilidad a los bolos que hacían para «5, 10 o 30 personas». En esta cita de SUR, el cantautor confesó que no cambiaría nada de lo pasado «por haber dado el pelotazo» antes. Despacito, con buena letra y miles de batallitas que contar: «Lo de dormir en el coche no era un hecho aislado (risas). El Manin y yo hemos dormido en colchones hinchables de esos de los que por la mañana estabas en el suelo, en pisos de estudiantes en los que cuando nos despertábamos no conocíamos a nadie... Yo llegaba a la ciudad donde tocábamos diciendo: 'Bueno, a ver dónde dormimos esta noche'. Pero es que claro, si sacábamos 50 euros cada uno, ¿qué íbamos a hacer?», recordó.
Inevitable la pregunta que lanzó Regina Sotorrío: «¿Y en ningún momento te planteaste tirar la toalla?». El Kanka le respondió y terminó su reflexión haciendo toda una declaración de amor a su oficio: «En ese momento, con 25 años, tenía toda la vida por delante y cuando pasaban esas cosas pensaba que si no me salía bien me dedicaría a otra cosa. Pero lo tenía que intentar porque mola tanto esta profesión y tiene cosas tan bonitas... También hay otras muy feas, pero es que las buenas lo son tanto que admites comerte algunos mojones por el camino».
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Hasta que llegó el momento en el que se dio cuenta que cada vez que repetía concierto en una ciudad se sumaba más gente: «Aunque fuesen dos personas, pero siempre íbamos sumando», asumió con humor el cantautor. Admite que el proceso desde dentro «ha sido lento» y que de repente hubo un día en el que «volvía con dinero para casa». Como dijo Regina Sotorrío, lo de El Kanka «es un fenómeno digno de estudio». Pero él le quiso quitar importancia: «A día de hoy, hay proyectos parecidos, no sé si es tan sorprendente. Es verdad que no trabajo con multinacionales y casi que no salgo en la tele, pero intentamos estar al día en todas las redes sociales. Yo siento que el boca a boca es uno de mis fuertes».
Entre sus miedos confesados, que la música le ha salvado la vida varias veces y que no quisiera que la profesión acabase. Por eso el parón de nueve meses en 2022 era algo que necesitaba para poder continuar, tal y como expuso ayer. «Me he visto muchas veces, por desgracia, sin ganas de subirme al escenario. Y eso se me ha quitado en esta vuelta, ahora estoy con ganas y con cancioncillas nuevas con las que me siento más conectado porque, aunque vaya a cantar 'Canela en rama' toda la vida, siempre voy a necesitar la novedad», aclaró en la conversación con Sotorrío. Y es que la profesión, como la salud, hay que cuidarla porque «si la tratas mal se puede convertir en un quiste».
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Esas cancioncillas nuevas que le dan la vida en el escenario las cantó en la segunda parte de esta cita de Suena SUR. «Me han dicho que haga cuatro, pero voy a hacer seis», admitió el cantautor. Y fue tanta la entrega del malagueño, que se disfrutaron ocho canciones: 'Autorretrato', 'O algo', 'Del miércoles al martes', 'Andalucía', 'Por tu olor', 'Para quedarte', 'Volar' y 'No se dice suerte'. Palmas y cante constante en el público, que vivió este acústico con El Kanka hasta llegar la ovación total cuando el malagueño dejó el escenario.
Todos en pie con unos minutos de aplausos y él volvió para despedirse de nuevo. «¡Gracias!», repetía una y otra vez con la mano en el pecho. De nuevo abrumado. De nuevo El Kanka 'colorao'. En ese momento, seguro que ninguno de sus dos miedos estuvieron presentes. En este estreno de Suena SUR la música del cantautor salvó a muchos y no acabó con su profesión.
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