El músico y compositor malagueño Jose Gallardo, en una imagen reciente. Idamor Fernández

Jose Gallardo: «Tras el expolio de la piratería, la música vive un momento de atrofia severa»

El músico malagueño, que acaba de ganar el Premio Ateneo-Universidad de Málaga en la modalidad de Poesía, lidera la nueva banda Used Cars, cuyo primer proyecto es poner instrumentación y versionar los temas del disco 'Nebraska' de Bruce Springsteen

Domingo, 24 de abril 2022

Es una de las mentes más inquietas y lúcidas de la música malagueña. Jose Gallardo ha impulsado diferentes proyectos artísticos, entre ellos el grupo Messina Park, al frente del cual estuvo tres lustros y con el que produjo cinco discos de estudio. En 2013 lanzó ... su primer álbum en solitario, 'Esperanza', que después tuvo su continuación con 'Obra maestra', 'Primogénitos y pródigos' y 'Grandes fracasos'. Una trilogía muy peculiar a la que suma ahora el reto de adaptar los temas del disco 'Nebraska' de Bruce Springsteen con su nueva banda: Used Cars. El músico acaba de recibir también el Premio Ateneo-Universidad de Málaga en la modalidad de Poesía por su composición 'Antes todo esto era campo'. Un reconocimiento recibido ex aequo junto a José Luis Gotor Trillo, en este caso por su obra 'Un jazz para el camino'. Gallardo asegura: «Yo siempre he escrito canciones. Y la música siempre va antes que los textos, al menos en mi caso». Sin embargo, reconoce que corren «malos tiempos para los cantautores».

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-¿Cómo ha recibido este reconocimiento por parte de la veterana institución malagueña?

-Pues con una mezcla de halago y sorpresa. Que una institución de tanto peso cultural como es el Ateneo de Málaga reconozca tu trabajo tiene unas implicaciones muy interesantes en mi caso. Quiero decir que están premiando no a un poeta en sentido estricto, sino a un escritor de canciones. De alguna forma, viene a legitimar el formato del cantautor como expresión artística de primer orden. Salvando las distancias, me retrotrae al premio Nobel que Bob Dylan recibió en 2016 y que yo sentí como un poco mío. Con estos galardones, el verdadero premiado es el género en sí.

-¿Cómo es esa composición premiada?

-Bueno, allá por septiembre, Idamor Fernández, bajista de mi banda, vio la convocatoria y me sugirió que me presentara. Mi primera impresión fue pensar 'nah, no es lo mío'. Pero por no escucharlo más, envié un poemario, basado en los textos de mis canciones. Y me olvidé del asunto hasta que en marzo me llamaron para decirme que era finalista. El texto premiado, 'Antes todo esto era campo', resume perfectamente mis inquietudes como escritor: La crítica social, las historias de perdedores y sobre todo el uso de la canción como vehículo para contar historias.

-¿De cuándo viene su interés por la poesía?

-Mi madre era poeta. Y en casa se leía mucho. Supongo que cuando tienes una sensibilidad concreta, es la forma artística la que te encuentra y no al revés. 'Platero y yo' de Juan Ramón Jiménez fue la primera obra poética que dejó huella en aquel niño impresionable. Me gustaba la idea de cómo la rima te permitía encadenar unas frases con otras, como imanes. Como una coreografía donde las palabras bailan con su propia y secreta música interior. Lo cual a su vez me llevó precisamente a desarrollar un interés por la música.

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-¿Tienes más trabajos poéticos escritos?

-De hecho, no tengo ninguno. Yo siempre he escrito canciones. Y la música siempre va antes que los textos, al menos en mi caso. Pero si aceptamos textos musicados, por así decirlo, como expresión poética, digamos que sí, que tengo unos cuantos. Tantos como discos he publicado.

-Los textos son esenciales en sus canciones...

-Suele decirse que en el rock and roll está todo dicho. Cuando empezaba me pregunté qué podría hacer para diferenciarme del resto. La respuesta la encontré en los textos, pero no solo en la calidad y profundidad de lo escrito, sino en conseguir una voz propia. Musicalmente igual no soy muy original, pero mis letras no se parecen a las de nadie.

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-¿Cómo ha evolucionado como músico desde que empezó con Messina Park y luego en solitario a partir del disco 'Esperanza' y luego con 'Obra maestra'...?

-Dejé Messina Park en 2011 porque el grupo había agotado su vida útil. Para entonces yo ya había desarrollado una personalidad y una voz propia como artista y compositor que no tenía cabida ya dentro de un formato de grupo. Era el momento de dar un paso al frente, de anunciar 'Hey soy Jose Gallardo (sin tilde) y estas son mis canciones'. De manera que me encerré en el estudio de Mariano González Birqui a grabar por primera vez un disco con mi nombre. Sin buscarlo, el disco reflejaba una transición entre el estilo de Messina Park y el que luego iba a definir el resto de mi carrera, del pop y el rock con voluntad de autor al eclecticismo salvaje. El disco tuvo una gran acogida, con miles de escuchas, el Teatro Echegaray lleno en la presentación... Un verdadero punto de inflexión.

-¿Cómo surgió el proyecto de Used Cars?

-Acabé un poco harto de tocar mis propias canciones y buscaba algo diferente que me mantuviera interesado. Mi mujer me regaló un tocadiscos y desempolvé mis antiguos vinilos. Curiosamente, 'Nebraska' de Bruce Springsteen estaba el primero de todos. Hablamos de un disco grabado en la casa del propio Bruce, acompañándose únicamente de la guitarra y la armónica, repleto de historias de la América de la clase trabajadora que suenan como salidas de una casa embrujada. Pensé que sería buena idea coger esas canciones desnudas y vestirlas, por así decirlo, con arreglos propios. A la banda le pareció interesante y hemos estado construyendo esa instrumentación que, en esencia, a día de hoy está terminada. La idea es llevar al escenario un proyecto ambicioso, con una banda extensa que incluya no sólo el formato base de una banda de rock, sino también incorporando instrumentos de corte folk, como el banjo, el violín o el dobro o las voces gospel. Supongo que es el punto medio entre lo creativo y lo ajeno.

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Detalles de las portadas de los discos de Jose Gallardo que componen su particular trilogía musical. Sur

-Sus trabajos más recientes, 'Obra maestra', 'Primogénitos y pródigos' y 'Grandes fracasos' parecen formar una trilogía. ¿Fue algo intencionado?

-Más que intencionado, yo diría que inevitable. Tras acabar 'Esperanza' sentí ese bloqueo de escritor, en el que no es que no seas capaz de escribir nada, sino que no encuentras aquello sobre lo que escribir. Decidí que era el momento de olvidarme de mi voz de rock and roll y me sumergí en estilos fagocitados por el rock que hasta entonces andaban en la periferia de mi trabajo. Empecé a escribir de todo, foxtrot, swing, blues, gospel, mambo, vodevil, tex-mex... Me sentí liberado de los convencionalismos del rock y entré en una fase maníaca compositora que dio como resultado esa trilogía de discos. Luego vino 'Obra maestra', y cuando lancé el último, 'Grandes fracasos', pensé: «He terminado».

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-No habrá sido nada fácil llevar a cabo las versiones de los temas de Springsteen. Guitarra, voces, adaptación… ¿qué otros aspectos lleva a cabo en esta obra?

-Lo verdaderamente difícil ha sido no caer en la repetición. Como digo, son temas muy austeros que siguen una línea sencilla folk rock que, para un oyente casual, pueden resultar demasiado iguales. Hemos estudiado las canciones buscando el enfoque correcto para cada una de ellas en función de los personajes, las historias y los sentimientos que transmiten. Hay distintas formas de locura entre esas canciones y debes conectar con ellas para que resulte auténtico. Es un terreno peligroso.

-¿Por qué cree que están tan de moda en la actualidad las bandas de tributo? ¿Tiene más salidas esto que componer y cantar sus propias canciones?

-Evidentemente. Pero antes de nada, quiero dejar claro que me da mucha alegría ver a mis amigos dedicándose a lo suyo, la música, de manera profesional. Visto así, benditas sean las bandas tributo. El problema está en que, tras el expolio artístico que causó la piratería y la consecuente destrucción de la industria musical, vivimos un momento de atrofia severa. La radio sólo emite canciones de hace veinte, treinta años, entras en Youtube y todo el mundo está haciendo versiones a capella del 'Hallelujah' de Leonard Cohen... No hay ya iniciativa empresarial con dos dedos de frente que quiera apostar por material nuevo porque la demanda dice: «No, ya tenemos bastante con todo lo que ya hay, gracias». Incluso siento que al llevar a los escenarios un proyecto de versiones me estoy convirtiendo en parte del problema. Pero este es el Zeitgeist que nos ha tocado, supongo.

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-¿Hay fecha para el estreno de este proyecto? ¿Conciertos?

-Aún no hay nada previsto. Hemos empezado a trabajar con una promotora hace apenas unas semanas, cuando estuvimos seguros de que el proyecto estaba ya listo. No tenemos prisa, lo importante son las canciones en este momento.

-¿Otros proyectos de cara al futuro?

-Muchas veces tengo la sensación de que no hago nada pero en realidad es que no paro: He escrito canciones para distintas obras sociales, compuesto música para podcats, colaborado con otros artistas, y por supuesto he seguido componiendo y grabando mis canciones. El proyecto más ambicioso en el que ando metido desde hace dos años es producir el primer trabajo en solitario de Rafa Hernández, ex guitarrista de Desperados y La Frontera. Hemos co-escrito los temas del disco que probablemente vean la luz después del verano. Pinta bien.

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-¿Para cuándo el próximo disco de Jose Gallardo?

-Lo veo lejano. Son malos tiempos para los cantautores. Quiero decir que tengo un par de discos terminados porque, como alguien escribió una vez en Wikipedia, un músico es alguien que escribe canciones sin saber por qué y sin que nadie se lo haya pedido. Pero no me siento obligado a publicarlos. Simplemente, están esperando su momento.

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