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Reconocido en el mundo del jazz como uno de los grandes pianistas del género, el malagueño Jose Carra está en constante reinvención. De hecho, su nuevo disco'Santuario' es un «salto al vacío» en el que se presenta como solista, según ... sus propias palabras. Tras haber colaborado con un sinfín de músicos, en los más diversos formatos, y después de haber protagonizado cuatro discos como líder con trabajos como 'Diario de vuelo', 'El camino' y 'Verso', en este disco que acaba de publicar se presenta por primera vez a piano solo. La pandemia del Covid-19 ha tenido la culpa de su debut en este formato, ya que cuando se decretó el encierro obligatorio tenía previsto preparar nuevos temas con su trío, del que forman parte el contrabajista Bori Albero y el batería Dani Domínguez.
El destino ha hecho que Jose Carra grabe esta vez en solitario, con una docena de temas compuestos durante el confinamiento y grabados en distintas localizaciones (incluso en su casa) que conforman un trabajo que no ha hecho que cese su actividad sobre los escenarios y que a partir de diciembre estará disponible en todas las plataformas digitales. En los últimos meses Carra ha participado en el Festival de Jazz de Málaga, ha actuado en el Cervantes con 'The Beatles Songbook', en Gibralfaro, en la sala The Hall (esta misma semana) y en distintos festivales por toda España, con diferentes compañeros de escenario, en formatos muy diversos y también en solitario. Las próximas citas, este fin de semana en Cádiz junto a Enrique Oliver y en Priego de Córdoba el 23 de diciembre, porque las actuaciones previstas para los días 3, 4 y 5 de ese mismo mes en Asturias se las acaban de cancelar. «Ahora es así cada día», reconoce Jose Carra, que afirma: «Yo intento que cada concierto sea una burbuja de oxígeno para el público, un paréntesis, y que también lo sea para mí». El pianista añade con humor que con la situación actual provocada por el coronavirus le «cuesta mucho pensar ahora en el futuro, de hecho me cuesta pensar en el presente e intento no pensar mucho en el pasado».
-¿Es cierto que la pandemia ha propiciado su debut en el formato de piano solo?
-Sí. En principio tenía en mente grabar el siguiente disco del trío. Veníamos de hacer más de 50 conciertos juntos y ya tenía bastantes cosas en la cabeza cuando estalló todo esto. En un principio pensé en seguir adelante con la idea, grabando cada uno en su casa, en un formato casi casero, pero no me gusta nada eso de grabar por partes y separados. Siempre hemos grabado juntos y creo que es algo que no se debe perder. La interacción y estar juntos es parte de nuestro sonido. Así que empecé a escribir canciones, a escribir textos en mi libreta y a pensar qué me querían decir estas canciones.
-¿Y cómo nacen estas canciones?
-Pues nacen, aunque suene evidente, desde el piano. Ya desde el principio me imaginaba diferentes sonidos, de diferentes pianos para cada canción. Los pianistas siempre andamos flirteando con diferentes pianos: donde estudias, donde grabas, donde das clases. En este confinamiento he pasado mucho tiempo con mi piano, hacía mucho tiempo que por la agenda no pasaba tanto tiempo seguido en casa. Quería que fuera un homenaje al piano, mi santuario donde rindo homenaje a mis héroes musicales y también donde expío mis pecados. (Risas)
-¿Todos los temas los ha compuesto durante el confinamiento?
-Hay un par de canciones que son antiguas, pero el resto son bastante recientes, del año pasado y del tiempo que duró el confinamiento. Hubo una canción que ya grabé en noviembre del año pasado gracias a la productora malagueña Somos Pelo de Punta, que me propuso hacer un vídeo. También he grabado en mi casa uno de los temas y el resto lo grabé en cuanto pudimos salir de casa.
-¿Y lo ha grabado en diferentes localizaciones?
-Sí. Uno de ellos en mi casa, con todo el jaleo de los vecinos a la hora de comer. A veces me cuesta tocar mis canciones en estudios de grabación porque estoy acostumbrado a escucharlas siempre con voces, tráfico y ruidos de la calle y quería que el que escuche 'Sacrificio' seinta lo mismo que yo. 'Lux Aeterna' lo grabé en una nave abandonada y el resto, en 'Royal Pianos', una tienda que es un sueño hecho realidad para cualquier pianista. A veces los estudios me parecen un poco fríos. Me gustan los silencios de los conciertos, cuando notas que hay cientos de personas respirando en silencio.
-Desde el título y la imagen de portada se adivina que su nuevo disco tiene un fuerte componente religioso...
-La religión siempre ha servido como inspiración para el arte en todas sus facetas. Uno siempre se fascina cuando entra en una catedral o cuando escucha el 'Requiem' de Mozart. Esa espiritualidad creo que tiene una fuerza que no es equiparable a ninguna otra cosa. Yo me he quedado con la parte más íntima de la espiritualidad, con ese recogimiento que tiene la religión muy alejado de la grandiosidad de las grandes obras de arte sacro. Como en todos mis discos, siempre trabajo con varias historias paralelas subyacentes. En el caso de 'Santuario' he usado diferentes partes del Requiem tradicional como estructura vertebral, incluso he usado los textos latinos para crear las melodías. Además, he reflexionado acerca de mi propia espiritualidad con las canciones. En la portada, que salió de un sueño muy loco que tuve y que ha sido diseñada por Ana Pérez, hay mucha simbología sobre el disco y sus canciones.
-¿Diría que es un disco oscuro e introspectivo?
-Creo que nació de un momento de introspección y quizás sí, de oscuridad. Pero como todos los discos que hago, siempre me ayudan a reflexionar y superar problemas. A mí me ha ayudado a encontrar un poco de paz en esos días que vivimos encerrados, espero que también dé un poco de paz y luz a todo el que lo escuche.
-Hay incluso una recomposición del 'Ave María'...
-¡Sí! Una de las cosas que he hecho en este disco también es recurrir a técnicas de composición de la música clásica como el coral. En el caso del 'Ave María', cuenta la leyenda que el compositor Charles Gounod improvisó una melodía sobre el preludio nº 1 en do mayor, BWV 846, del Libro I de 'El Clave Bien Temperado' de Bach. Su suegro transcribió esta improvisación e hizo un arreglo para violín, piano y armonio. En 1859 Jacques Léopold Heugel publicó una versión con el texto del 'Ave María' en latín sobre la improvisación de Gounod. En mi caso, basándome en la escritura del preludio original de Bach, improvisé unos acordes diferentes y luego improvisé una melodía sobre esta nueva sonoridad. Me encanta que en la historia de la música siempre se haya utilizado la música de otros compositores como pretexto para hacer una obra nueva. Es mi homenaje a uno de mis referentes absolutos: Bach.
-¿Diría que este trabajo supone un punto de inflexión con respecto a otros trabajos suyos anteriores como 'Diario de vuelo' o hay una continuidad y una evolución?
-El punto de inflexión nos lo ha puesto la vida en bandeja. Creo que es un buen momento para plantearse cosas, para corregir rumbos. Yo llevaba mucho tiempo queriendo hacer algo solo, pero no me atrevía. Este momento de distanciamiento social ha propiciado mi salto al vacío como solista. Me encanta tocar con el trío y con otros músicos pero al final todos tenemos la necesidad de encontrarnos con nuestra soledad en algún momento.
-¿Ha presentado ya algunos temas de este disco en los conciertos que ha hecho este verano y primavera o siguen inéditos en directo?
-Lo bueno del concierto al piano solo es que te la puedes jugar más. Aunque lleves un esquema mental hecho siempre puedes cambiar de opinión en el último momento y cambiar el orden, cambiar de canciones, añadir, quitar. En los conciertos siempre ando probando cosas, he tocado algunos del disco pero muchos permanecen secretos por ahora. Cuando empiece con las presentaciones oficiales del disco dedicaré cada vez más tiempo del concierto a la música de 'Santuario'.
-En realidad no ha dejado de dar conciertos durante los últimos meses, en el Festival de Jazz, con 'The Beatles Songbook', en el ciclo Noches en Gibralfaro y en distintos festivales por toda España. ¿Cómo han sido estos últimos meses?
-Creo que estamos todos un poco desubicados. Estamos intentando hacernos con esta nueva situación (de normalidad tiene poco) y, aunque a veces haya una tristeza invadiendo el ambiente, estamos adaptándonos en cada momento. Yo me siento muy afortunado de poder haber seguido tocando, es verdad que muchas cosas se han cancelado o pospuesto, pero también muchas se han salvado. Siempre estamos con el miedo de que sea el último concierto.
-¿Y qué proyectos tiene de cara al futuro en el ámbito musical?
-La evolución natural supongo que será poder hacer conciertos solo, poder grabar por fin el nuevo disco del trío. Aparte estoy con algunos arreglos y con clases que, aunque cada año tengo menos tiempo, me encantan porque puedo compartir tiempo con otros músicos de todas las edades y perfiles.
-¿Esa faceta de profesor le sirve para ir dando vida también a nuevos proyectos?
-Sí. Disfruto mucho. Aproveché el confinamiento para preparar material nuevo para mis clases. Las clases me encantan porque te mantienen con los pies en tierra firme. En realidad lo de ser 'profesor' lo veo un poco grande. Muchas veces me siento más como un motivador o como alguien que debe encontrar el punto en el que el alumno quiera dejar todo para dedicarse a la música. Cada alumno es diferente y para mí es una prueba también para encontrar el balance entre lo que cada uno quiere y lo que yo creo que puede beneficiarle. Muchas veces también hago más de psicólogo que de maestro.
-¿Cómo ve la situación en la que está el mundo de la música y los conciertos con esto de la pandemia?
-La pandemia ha servido para sacar a la luz muchos problemas que existían ya en el mundo de la música pero que, por acomodamiento, se daban por asumidos. Músicos que no son dados de alta cuando trabajan, poquísimas ayudas para el sector, demora en los pagos… Yo llevo haciendo conciertos desde agosto y aún no me han pagado ninguno, y en cada uno de estos conciertos yo he tenido que adelantar gastos de desplazamiento, alojamiento en algunos. Imagínate el despropósito. Hay una broma que hacemos a veces los músicos: «Estoy ahorrando para ir a tocar». Solo espero que esto sirva para que los músicos, las salas, sindicatos, etc. sigan luchando por sus derechos cuando todo pase. Pero no todo es malo.
-¿Está seguro?
-Con las últimas medidas, sobre todo la de cierre de actividades no esenciales a las 18.00 yo creía que ya iba a tener que volver a encerrarme a componer pero he vivido con mucha emoción un nuevo gesto de supervivencia por parte de administraciones, sectores culturales, promotores, etc. En cuestión de horas se adelantaron todos los conciertos a las 16.00, se informó al público que ha seguido llenando las salas de conciertos. Ese esfuerzo por seguir haciendo cultura y por seguir consumiendo cultura me ha emocionado profundamente.
-¿Cree que volveremos a la normalidad pronto?
-Espero que sí. Me muero por abrazar y besuquear a mucha gente.
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