Hoy, miércoles 4 de diciembre, 19.00 horas

Jero Romero, próximo invitado en Suena SUR: «He vuelto para enseñarle a mi hijo que lo que te apasiona hay que vivirlo a tope»

El músico se reencuentra con Málaga casi una década después con una charla y un acústico el 4 de diciembre en la Sala Fundación Unicaja María Cristina con entrada libre

Viernes, 29 de noviembre 2024

Jero Romero deja pasar unos segundos antes de cada respuesta. Habla despacio, con calma, hace tiempo que las prisas no forman parte de su vida. Siete años tardó en sacar su último disco, 'Miracoloso', siete años en los que tomó «distancia» de la música para recuperar la ilusión. Porque tocar sin ganas, reconoce, «es una tortura». Pero ahora todo es diferente, ahora vive con «placer» cada fase del proceso. El próximo miércoles 4 de diciembre, el músico –de culto, para muchos– vuelve a Málaga casi una década después de su última actuación en la ciudad. Lo hará en un formato íntimo y cercano, con una charla y un pequeño acústico en Suena SUR, el evento que organizan SUR y Fundación Unicaja en la Sala Fundación Unicaja María Cristina (calle Marqués de Valdecañas, 2). A las 19.00 horas, con entrada libre hasta completar aforo.

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–Ha pasado mucho tiempo desde su última vez en Málaga.

–Sí, he estado siete años completamente fuera de la música, hasta que saqué el disco hace dos años y empecé a tocar. Es mucho tiempo, sí, pero yo lo veo como algo normal. Quiero decir, estuve mucho tiempo en la música antes de eso. Llega un momento en el que te aburres, te cansas de lo que haces, como que no te encuentras cómodo en el contexto en el que estás por un montón de factores. Nunca sé bien cuáles son causas y cuáles son consecuencias, pero se empieza todo a degenerar de alguna manera. Componer, salir de gira, ensayar y tocar sin ganas es una tortura. Por salud y por honestidad era mejor dedicarme a otra cosa hasta recobrar las ganas.

–¿Y qué ha hecho para recuperarlas?

–Primero tomar mucha distancia para volver a ello de una manera muy pura, sin ningún tipo de contaminación, sin ningún tipo de autoexigencia, sin ningún tipo de expectativa también. En este tiempo he compuesto canciones, muy despacio, porque he tenido muchos años (ríe). Pero tampoco te creas que mucho tiempo, porque me estuve dedicando a otras cosas y tenía a mi hijo, que era muy pequeño por aquel entonces. Las canciones son las que al final te empujan, porque las arreglas, haces maquetas, las empiezas a pasar a tu gente, empiezas a recibir el feedback… Y luego he tenido una persona al lado, mi actual pareja, que me ha animado mucho a hacer algo con ellas.

–¿Y por qué 'Miracoloso'? ¿Es un milagro que haya vuelto?

–No, es más tonto que eso. A veces cuando me atasco en una canción me pongo a jugar con las letras. Había una que en el disco se titula 'Tú no vienes' que me recordaba mucho a las canciones italianas de los 60. Estaba haciendo melodías y dije, pues voy a pasar la letra a italiano con chat GPT por jugar, para ver cómo se cantaría en italiano. Y entonces hay una parte de la letra que dice «es milagroso, me acabo de olvidar de ti». Me gustaba cómo sonaba y cogí esa palabra, sin un mensaje. Pero debería haber sido más listo en cuanto a márketing y venderlo como un milagro (ríe).

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–Tengo la sensación de que el márketing y lo comercial no va con Jero Romero.

–La verdad es que no... Siempre he estado bastante solo haciendo las cosas a mi ritmo, nunca me siento muy cómodo, no sale de mí eso del márketing.

«No sale de mí eso del márketing, nunca me siento muy cómodo»

–Por ejemplo, cuando los músicos paran hacen un comunicado o anuncian una gira de despedida. Usted, simplemente, dejó de aparecer.

–Pues sí. Es que pienso que... ¿para qué? Es un aburrimiento contar esas cosas. Por suerte, la vida me lleva a la contraria, pero en mi día a día pienso que a nadie le importa lo que vaya a hacer o decir. Sé que no es del todo cierto, porque por suerte tengo gente que me quiere mucho y fans que me son muy fieles. Después de siete años anuncié que sacaba el disco y fue increíble la respuesta. En estos tiempos parece que si no estás todos los días, no estás. Y yo llevaba muchos años fuera, pero por suerte había gente que sí se acordaba.

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–Y en esta nueva etapa, ¿ha logrado sentirse totalmente a gusto con lo que hace?

–Sí, completamente. Si no, no lo haría. Espero que eso no me vuelva a pasar. Estoy feliz y contentísimo con el disco, que me lo produje yo casi por entero. Voy tomando decisiones muy poquito a poco, pero todas muy seguro y feliz de todos los pasos que doy.

–Me da la sensación de que usted sería feliz solo componiendo.

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–Totalmente. A veces es difícil de explicar porque se supone que cuando hablas de un músico va todo el pack junto: un tipo que compone, hace promoción, graba, toca y es la misma profesión. Pero yo vivo eso un poco de manera contradictoria. Mi pasión es encerrarme en mi cuarto y escribir. Si pudiese vivir de ello solo, me encantaría. Todo lo demás, al final es un poco accidental. Tocar me gusta muchísimo, una vez que empieza un concierto me quedaría allí ocho horas, pero todo lo que rodea hasta ese momento de llegar a tocar a veces lo vivo bien y a veces lo vivo un poco peor. Ahora estoy muy tranquilo y viajar, ensayar y tocar es un placer, pero no lo he vivido siempre así, la verdad.

–No le gusta la exposición, pero en sus canciones está su vida.

–Claro, pero cuando estás en tu cuarto haciéndolas, no piensas en eso. Yo creo que casi todos los que hacemos algo creativo vivimos en esa contradicción: la necesidad de esconderte para hacer esa obra, y a la vez de enseñarla para sentirte parte de algo y sentirte comprendido. Es un misterio insondable.

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«Por salud he decidido poner la carne en el asador sobre la música, pero no toda»

–¿La paternidad fue clave en la decisión de tomar distancia?

–Sí, y también lo ha sido para volver. Con mi hijo quería ser un tío contento todo el rato y en aquel entonces, que él era más pequeño, era más difícil de conciliar. Y si no estás bien, todo parece más grave de lo que es. Pero para volver también ha sido una motivación. Él ya es mayor y de alguna manera pensaba que podía ser una buena enseñanza dedicarte a aquello a lo que tienes pasión, independientemente de que te dé para comer o no. Enseñarle a tu hijo con el ejemplo que aquello que te apasiona hay que vivirlo a tope.

–En este tiempo se ha dedicado al diseño digital y al sector editorial. Es un cambio muy grande.

–Fue un cambio muy grande. Esto va a sonar mal, pero yo necesitaba ser una ameba, ponerme delante de un ordenador y que alguien me dijera lo que tenía que hacer y hacerlo. En la música todo es al contrario, estás tomando micro decisiones constantemente y el cuerpo me pedía lo contrario.

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–¿Volverá a hacerlo?

–Vivir de la música es muy difícil, es casi utópico. Lo que nos llega de la tele o de las redes es que cualquiera puede vivir de ello, pero el mundo real no es así. Meter a 50 personas en una sala es muy complicado y ganar 1.500 euros al mes es muy difícil. Por salud he decidido poner la carne en el asador sobre la música, pero no toda, porque si no te creas una presión muy grande. Yo soy autónomo, sigo cogiendo proyectos de freelance, de cosas que no tienen nada que ver con la música, y a la música le doy todo pero siempre con la vista puesta en otro sitio.

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