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Rebosa carisma y esencia, pureza y un sosiego descontrolado que nace de sus entrañas. Israel Fernández (Toledo, 1989) se ha convertido en una pieza clave en el panorama nacional del cante flamenco, y tanto es así que muchos de los grandes de la música ... le quieren a su lado en los escenarios desde hace algunos años. Más allá de Pepe de Lucía, Tomatito o Sara Baras, este joven cantaor tiene un show propio con el que deslumbrará este sábado en Alhautor, el ciclo musical de la Finca El Portón de Alhaurín de la Torre, para el que viene también a quemar el escenario Rosario la Tremendita y Cristian de Moret. El de Toledo atiende a SUR mientras se prepara para pisar con garbo esta noche en Starlite.
-¿Se imaginaba de pequeño ser uno de los cantaores más importantes del panorama?
-Ni me lo imaginaba ni era mi meta, yo creo que es el público o la afición quien pone a cada artista en su sitio. Eso nunca se puede pretender.
-Pero sin talento ni carisma uno no llega a lo más alto.
-Todo tiene un trabajo y sobre todo una devoción, que es lo que yo tengo por el cante. Al final creo que si vas haciendo las cosas con verdad, si siembras recoges algo.
-¿Cómo surge o cómo se da cuenta de ese talento vocal innato?
-Normalmente cuando uno es pequeño empieza a cantar, yo lo hice con unos seis o siete años y además canto como sin darme cuenta, de forma inocente. Fueron mis padres los que me animaban, los que me hacían cantar en las fiestas y después mi madre me llevó a un programa de televisión, 'Tu gran día', que lo presentaba Lolita y Juan y Medio, y a raíz de ahí aquí estamos.
-Además, parece que canta sin forzar, como si le saliera de forma natural.
-Bueno, lo hago así desde que nací. Es un don que Dios te da y tiene que tomarse su tiempo, mimarlo, respetarlo y tratarlo con cariño. Es como el amor, tiene que ser natural, si no no sirve.
-¿Qué hace para cuidar su voz habitualmente?
-Descansar, no trasnochar, no beber alcohol y dormir mucho.
-Aunque después de los conciertos le apetecerá seguir con la fiesta con sus amigos y su familia.
-Claro, es complicado porque hay que ser muy responsable, pero a veces también acabas un poco tarde de los conciertos, cenas algo y ves a un amigo; es muy difícil. Es parte de un trabajo y parte de una vida cotidiana. Por lo menos no trasnochar y si estás de fiesta no beber nada, estar como un cura.
-Por su profesión no puede tener una vida un poco más 'normalizada'.
-Claro, no puedo tener la vida de alguien que no se dedica al cante. Algún día sí que puedo pegarme una fiesta con los amigos o la familia porque no tenga trabajo o tenga unos cuantos días libres, dentro de un orden, claro.
-¿Hay un palo flamenco al que tenga especial cariño?
-Me gustan todos, pero los que más el cante por soleá o por fandangos.
-Su último disco se llama 'Amor', ¿con cuánto amor hay cantarle a la vida?
-Hay que cantarle a la vida con el amor que se tenga. Ya no sólo en la música, hacer algo sin amor es una pena. Es muy importante que todo lo que se haga sea con mucho corazón, con verdad y con mucho amor, ya sea trabajando, leyendo, haciendo una mesa o andando mismamente.
-¿Quién cree que le inculcó eso?
-Yo me he criado en una familia muy cariñosa y muy humilde, mis padres son personas muy nobles, excesivamente nobles. Nosotros somos de un pueblo de La Mancha, cerca de Madrid, un pueblo chiquitito donde hay muchos gitanos que se dedican a la compra y venta de su fruta o de ropa, y tienen una forma de ver la vida con mucho amor. Teniendo muy poco lo ven así, y yo lo he visto en mis padres, mis tíos, mis abuelos... Además, también me sale a mí.
-¿Qué sueños le quedan por cumplir todavía?
-Hay que cambiar las metas por los sueños, porque te mantienen vivo. Te mantienen con ganas e ilusión, las metas sólo mantienen una carrera que tiene fin. Sueños... ¡imagínate!
-¿Alguno de ellos?
-Acumular o reunir la mayor gente hacia el flamenco, aficionar a los jóvenes, que son el futuro de todo. Que en las casas y en los colegios se enseñara flamenco para que esto se considere aún más familiar. Los que nos hemos criado en el ambiente flamenco, los gitanos por ejemplo, siempre hemos escuchado cante por la mañana, por la tarde y por la noche. Me gustaría también que aquellos que estén fuera de la cultura lo vean... Eso sería bonito, aunque es sólo uno de ellos, el flamenco hace mejores personas.
-Si uno no se ha criado con el flamenco es complicado entender ese amor ciego.
-Te puede salir, aunque lo que se vive en la infancia es muy importante.
-Esta noche Starlite y mañana Alhautor... ¿Preparado?
-Hoy acompaño como invitado, que para mí es un privilegio, a Tomatito. Haremos su espectáculo 'Viviré'. Con lo mío ya veremos, yo improviso mucho, no me preocupa qué hacer durante los conciertos.
-¿Nunca prepara el 'setlist' previamente?
-No, sólo me preparo para estar bien físicamente y de alma, que esté contento, o no, pero que me encuentre bien de físico. Ahí ya me tiro a la piscina; también depende de la energía del público y del día, muchas veces uno piensa una cosa y luego sale otra, hay que ir improvisando sobre la marcha teniendo el depósito lleno, estando bien colocado y con la rueda de repuesto.
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