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CRISTINA PINTO

Big Hozone, de grafitero a productor referente de hip hop y compositor

Jorge Masot, que trabajó con Kase. O, SFDK, Danza Invisible, Toteking, Nach o Haze, saca un disco con 12 temas instrumentales titulado 'Arquetipos'

Sábado, 4 de junio 2022, 00:01

Desde pequeño anda buscando el sonido de su vida, escudriñando etapas aderezadas con arte. Sus bosquejos con la pintura derivaron en grafiti, de su firma en paredes salió el nombre con el que saltó a la fama y de sus inquietudes brotó un trabajo que le ha llevado a sacar su primer disco, 'Arquetipos', que bordea el misticismo, se adentra en lo espiritual y recorre su existencia marcada por inseguridades y certezas. La inteligencia de Jorge Masot, Big Hozone como compositor y productor musical, le permite ser un conversador colosal hasta el punto de que el tiempo se detiene en su presencia, tal es la paleta de conocimientos que domina. Detesta las drogas, se arroga de modestia y combina con fruición sus mundos sonoros con el silencio arrollador de sus firmes creencias. Predica con el ejemplo en la combinación de tonalidades musicales a la hora de crear armonía a su alrededor. Pura pasión, esa que guía una vida que a sus 42 años ha encontrado por fin la perfección anhelada…

Malagueño de barrio humilde (Portada Alta-Carranque), estudió Teleco y abandonó; luego Electrónica, que terminó, hasta que como técnico de sonido hizo carrera. Conoció el hip hop por el baloncesto, hacer deporte le cura el alma cuando, herida, supura frustración y la música le transporta a esos mundos imaginarios que forman su universo. Su estudio de grabación es un lugar de encuentros y confidencias, de amistades y de egos reconcentrados, tal es el hit de sus producciones y el nivel de aquellos que recurren a su talento.

En la adolescencia se distinguió como único y grande, con la z grafitera como marca personal, de ahí Big Hozone, por lo que no es de extrañar su posterior bagaje profesional al repasar su trayectoria, que detalla con parsimonia, haciendo faenar la memoria: «He trabajado junto a Kase. O, SFDK, Foyone, Danza Invisible, Toteking, Nach, Hablando en Plata, Sho Hai, La Excepción, Haze, Shotta, Gordo Master, Triple XXX, Jefe de la M, Los Chikos del Maíz,… entre los más conocidos», lo más granado del panorama local, andaluz y nacional si hablamos de rap o de hip hop, géneros por aquella época, hace dos décadas, sinónimo de minoritario, 'underground', y un tiempo después 'hit' entre un público juvenil que tras reconocerle paraba a Jorge Masot por el centro para alabar su trabajo: había traspasado fronteras.

«Para el disco elegí los 12 signos del zodiaco, poniendo con cada música el reflejo de la energía que me sugieren»

Big Hozone nació, musicalmente hablando, antes que Jorge Masot, ya que la persona profundizó en sí misma, aprendió a quererse y a respetarse, una vez alcanzada la cima del éxito. «En España había pocos productores que hacían música y en Málaga menos aún, y todo el mundo me llamó para trabajar con ellos», rememora, y añade: «Todas las cosas bonitas e importantes que me han pasado en la vida no las he buscado, me las he encontrado; no quería ser productor de música, pues hacía música en mi habitación en un portátil; no tenía intención de montar un estudio y acabé teniendo uno, convirtiéndolo en mi profesión…» Torna la voz y el rictus de su cara voltea la dura realidad. «He estado sin trabajar en la composición mucho tiempo, solo trabajaba en el estudio canciones de otros, nada creativo mío de componer», y las razones las enumera con la mirada perdida: «No quería que mi economía dependiera de mi inspiración, no me sentía a gusto con mis ideas, por eso me dediqué a ser técnico de sonido a la par que productor».

Y continúa: «Le pasa a un montón de artistas al hollar la cumbre del éxito. Empecé a notar que ya no me divertía haciendo música, era un estrés, y eso tiene que ver con el ego, en cómo mantener el nivel. Trabajé con grupos de mucha repercusión como Haze, SFDK, Toteking... Era más la presión que el disfrute, porque si no me divierto componiendo ¡qué es lo que voy a ofrecer! Es como querer hacer música para satisfacer a un grupo y eso no puede ser, había perdido sentido. Mi autoexigencia tiene que ver con mis procesos personales, hacía música en pijama para grupos que escribían en pijama y cuando esos grupos tuvieron una repercusión y un nivel yo quería mantener mi nivel; entonces entramos en la era digital, es decir, ya era para un público mayoritario, de pasar a que te escuchen 200 personas a 80.000 hay una diferencia, aquí me estoy ganando la vida, y los grupos querían mantenerse en el mercado; ¿quien sostiene el mercado?, el público, muchos grupos empezaron a hacer la música que se les demandaba y entonces yo tenía que componer lo que el público demandaba y para eso no sirvo».

Problemas personales le hicieron parar de golpe para luego resurgir con la energía que caracteriza a un ser con mucha luz, la que transmite a través de su trabajo y como persona: «Mi sustento era ser montador de canciones de otro, tuve que aparcar mi parte creativa. Con el tiempo me di cuenta de que la creatividad nunca desapareció, pero en vez de volcarla en la música lo hice en mi persona, digamos más espiritual, de introspección, de psicología profunda. En vez de centrarme en hacer canciones me centré en mí, cosa que nunca había hecho».

«Todas las cosas bonitas e importantes que me han pasado en la vida no las he buscado, me las he encontrado«

Y llegamos al momento actual, cuando renace ese Big Hozone que marcó una época: «He vuelto a componer, pero también miré la música antigua que tenía hecha. Instrumentales de hace doce años las he mejorado, he metido algún arreglo que no había, un cambio de percusión, y me he dado cuenta de que la música que hacía no era mala, era música que no se demandaba en ese momento, que no le servía a ellos, por eso he hecho un disco instrumental, porque estas instrumentales me encantan, me parecen ricas y musicalmente sorprenden, pero sé que no lo va a rapear nadie. Es un disco para mí, hasta el concepto. Siempre he trabajado para los demás y ahora he trabajado para mí».

Según Big Hozone, 'Arquetipo' «es un disco de 12 instrumentales basado en el concepto de arquetipos de Platón que desarrolló Carl Jung inspirado en corrientes esotéricas como astrología y tarot, referido a los patrones de comportamiento transpersonales presentes en el ser humano a lo largo de la historia. Elegí los arquetipos de la astrología occidental, los 12 signos del zodiaco, poniendo con cada música el reflejo de la energía que me sugieren», esa que transmite con fuerza y en todo momento.

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