Los focos de las cámaras le apuntan desde que nació, y eso se nota. Carlo Ponti posa en una sala de ensayos ya vacía con la misma naturalidad y actitud que si lo hiciera sobre una alfombra roja. En realidad, como él mismo ... defiende, su profesión no es tan diferente a la que ejercían sus padres, la legendaria Sofía Loren y el productor de cine italiano Carlo Ponti. Hay algo de actor y director de cine en quien coge una batuta frente a decenas de músicos.
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El director de orquesta hace gala de sus orígenes conduciendo a la Filarmónica de Málaga por un viaje musical 'De Cinecittà a Hollywood'. Lo hará hoy en el concierto extraordinario de verano que organiza el Colegio de Aparejadores (asistencia por invitación) y mañana en el Castillo de Gibralfaro, dentro del ciclo 'Julio Musical' (entradas agotadas). En el programa, partituras emblemáticas como 'La Misión' de Morricone, y otras que le tocan emocionalmente, como 'La ciociara' ('Dos mujeres') de Armando Trovaioli, la película que le valió el Oscar a su madre. Por el camino sonarán 'El Padrino' y 'La Dolce Vita' de Nino Rota, 'Cinema Paradiso' de Ennio Morricone o 'La vida es bella' de Nicola Piovani.
–El programa de este concierto parece la banda sonora de su vida.
–Es un gran honor para mí estar aquí con esta orquesta, que es maravillosa. Y sí, aparte de 'La forza del destino' de Verdi, las otras son partituras de cine, entre ellas la de la película con la que mi madre ganó un Oscar, 'La ciociara' ('Dos mujeres'). Son partituras que están muy cerca de mi vida, de mi emocionalidad.
–El cine es inevitablemente parte de su infancia. ¿Participaba de la profesión de sus padres, les acompañaba, o le mantenían al margen?
–Sí, iba muchas veces a los set de rodaje de mi madre. Mucha de la vida que tienen estos filmes se la han dado estos compositores fantásticos, Ennio Morricone, Trovaioli o Nino Rota.Sin ellos el filme no sería el mismo. Como Rota con Fellini o John Williams con Spielberg. La música forma una parte integrada de la obra del filme. Pero son bandas sonoras que se pueden separar muy bien de la película y presentarlas en la sala de conciertos. Son piezas tanto o más difíciles de tocar que el repertorio normal, no porque sea de cine es fácil. Es una música muy fascinante que me encanta presentar al público.
–Incluso atrae a un público que no suele ir a un concierto de música clásica.
–De hecho, es una música muy buena para introducir al público a un concierto con orquesta porque está escrita para la gran orquesta, con muchos instrumentos, y permite ver la capacidad expresiva de estas agrupaciones, la capacidad de emular diferentes sonidos y texturas. Es muy bello.
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–Los conciertos de música de cine se han revalorizado en los últimos años. Para usted, ¿tiene el mismo valor que el gran repertorio?
–Sí, siempre ha tenido el mismo valor. Es una música muy importante para mí.Son partituras muy cercanas a mi vida y eso me da una razón de más para hacerlas.
–Tiene un punto de nostalgia...
–Sí. Con 'La ciociara', por ejemplo. Tiene una música muy bella que yo he oído muchas veces porque vi el filme de mi madre. Es una cosa muy emocionante.
–Lo fácil en su caso hubiera sido ser actor, pero decidió ser director de orquesta, ¿por qué?
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–En mi opinión, el director de orquesta es como un actor. Está muy cercano a la profesión del actor y del director de cine, incluso de la de productor. Tengo mi orquesta en California y con ella yo soy actor porque debo comunicar las emociones de la música a la orquesta y al público, director porque le doy un concepto interpretativo a las obras y productor porque en muchas ocasiones debo conseguir los fondos. Todo en uno. Así que estoy muy cerca de la profesión de mis padres.
–¿Nunca se planteó seguir ese camino, siempre tuvo claro que lo suyo era la música?
–Ser actor es una vocación que debes sentir cuando eres muy muy joven. Yo nunca la tuve. Prefiero actuar con la orquesta para el público.
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–¿Ha compuesto usted para cine o se lo plantea?
–No, porque yo soy un intérprete, no un creador.
–¿Llamarse Carlo Ponti abre puertas o siente que lo ha tenido más difícil?
–Como todo, tiene sus ventajas y sus desventajas. Estoy enormemente orgulloso de pertenecer al legado cultural que representan mis padres. Es una cosa única poder dirigir piezas de filmes que han hecho ellos, estar en medio de todo esto es bellísimo. Todos les respetan. Sentir que todos aman a tus padres es muy bello.
–Recibe el cariño que el público tiene a su madre.
–Sí. A veces te encuentras con alguien que dice '¡Ah! Es el hijo, a ver qué hace'. Pero si uno tiene claro lo que quiere hacer interpretativamente, todo funciona sin problema.
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–Le examinan más.
–Sí, pero eso está bien porque me fuerza a ser excelente, a tener un nivel de excelencia que no sucedería si no tuviera este nombre. De lo contrario, la gente sería más tolerante. Pero es muy bueno para mí porque me obliga a ser mejor.
–Y su profesión es muy competitiva. En una orquesta hay muchos músicos pero solo un director.
–Y yo soy el único director que empezó en esta profesión con padres legendarios en el cine. El único, no hay otro. Y eso me coloca en una posición única. Muchos directores tienen padres que son también directores o músicos clásicos, pero solo hay uno que es hijo de una gran leyenda.
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–¿Cuál fue su referente para ser director de orquesta?
–Quien me influenció fue mi padre. Él quería ser director de orquesta, pero no era muy musical. Yo era pianista y él me animó a continuar mi carrera como director. Cuando era pianista, en el momento del concierto tenía tanta adrenalina que funcionaba en mi contra. En cambio cuando haces un concierto como director, la adrenalina te da energía para transmitir a la orquesta y al público. En ese caso no toco yo, yo inspiro a tocar. Ahora solo toco el piano para leer las partituras.
–Conoce la fama desde que nació, ¿cómo la gestiona?
–Cuando uno nace en esto no se da ni cuenta, porque no tienes objetividad. No puedo creer que mi madre es una leyenda tan grande, porque no soy objetivo.
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–Claro, para usted es su madre, no una leyenda.
–Pero mi madre es siempre una diva, también en casa, absolutamente (risas). Tengo una madre muy dramática. Ella es así, es una actriz, es algo que no se puede desconectar.
–Ya no quedan actrices así, con ese glamour.
–Yo siempre digo la broma de que soy el hijo de una Papesa, no de un Papa si no de una mujer Papa. Es un icono cultural. El trabajo que ella ha dejado para la posteridad lo verán todos, no morirá nunca. Es por eso que ella es una leyenda, su trabajo es único e increíble .
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–Se nota que, además de quererla, la admira profundamente.
–Todo el mundo la admira, todas las generaciones, no conozco a una persona que no lo haga.
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