La confianza en la Filarmónica de Málaga y la lírica resiste a la pandemia

La bajada ha sido más pronunciada en el caso de la Filarmónica: hoy son 776 abonados, un 15% menos que la última temporada de normalidad en la adquisición de los abonos, la 2019-2020. Tras cinco años consecutivos de subidas, la OFM se acercaba al récord que marcó Aldo Ceccato (en el curso 2007, con 1.013 suscriptores) y llegaba a las 920 personas en el último año de Manuel Hernández Silva en el atril. Eso fue en septiembre de 2019. La irrupción del coronavirus en marzo de 2020 dejó en suspenso los abonos por primera vez en la historia de la orquesta. La incertidumbre sobre la evolución del virus que obligaba a reducir progresivamente los aforos e incluso a cerrar los teatros impidió recuperar el programa de fidelización hasta este septiembre de 2021.

Hay que tener en cuenta que la OFM se apoya en un público especialmente sensible. El 70% de los abonados en 2019 eran mayores de 65 años: 644 jubilados frente a 46 jóvenes (también con un descuento especial). Un porcentaje que se mantiene invariable dos años después: 556 mayores frente a 34 menores de 26 años. «Y no todo el mundo está dispuesto a fidelizarse de aquí a un futuro sin saber cómo va a evolucionar la crisis sanitaria. La realidad es que esto aún no está resuelto», analiza Ramírez. Quince son los conciertos que en estos momentos incluye la temporada en el Cervantes.

Eso no impide que los programas se llenen con entradas sueltas, especialmente en la sesión de los viernes. La prueba está en que las butacas están ya completas para escuchar el 'Rückert lieder' de Mahler y el 'Requiem for the living' de Forrest en el recital de Navidad del próximo 17 de diciembre en el Cervantes que dirige el director titular José María Moreno (solo quedan 13 entradas disponibles). Para el día anterior, jueves 16, apenas quedan algo más de 140 asientos libres.

Además, como recuerda Ramírez, la Filarmónica es más que la temporada de abono en el Cervantes. La Filarmónica frente al Mar en el Auditorio Edgar Neville de la Diputación, con las grandes obras del repertorio clásico, atrae a un público joven que se inicia en la clásica. Y los recitales de música de cámara en el Auditorio del Museo Picasso (MPM) cuelgan con frecuencia el 'no hay billetes'. Pero incluso desde la orquesta optan en estos tiempos por la prudencia: para el concierto de enero en el MPM se ha contado con la distancia social por si la curva de la pandemia sigue ascendente tras las fiestas.

El gerente de la OFM está «completamente seguro» de que la pérdida de abonados es una situación coyuntural. «Se va a recuperar, pero necesitamos que pase esta pandemia. El año que viene, si todo va bien, volveremos a los 900», afirma. Son muchas las expectativas puestas en el curso 2022-2023: para entonces, si los plazos se cumplen, la orquesta se habrá trasladado ya a su nueva sala de ensayos de El Ejido, con el doble de capacidad que la actual. Y eso, están convencidos, marcará la diferencia.

El público también ha renovado su confianza en la XXXIII Temporada Lírica del Cervantes. En este caso, la inestabilidad de la pandemia solo se ha cobrado un 8,9% de los abonos a las tres óperas en cartel ('Tosca', 'Rigoletto' y 'Il Trovatore'), en todos los casos con la orquesta malagueña en el foso. De los 1.253 que se adquirieron en 2019, 1.141 continúan dos años después. Es además un espectador más joven comparado con el de la OFM: en este caso, los jubilados rondan el 50%.