cristina pinto
Jueves, 25 de febrero 2021, 20:06
Segunda tarde de jazz en el centro de Málaga. Después de que el miércoles, en su gran mayoría, los músicos fuesen de la capital, ayer fue el turno de dar el salto a lo internacional en el Centro Cultural María Victoria Atencia. Si bien ... el saxofonista norteamericano Rick Margitza fue la sorpresa del concierto de 'Tenoricity', este jueves fue el turno de hacer actuación completa. Y lo hizo acompañado de otros de los grandes por su forma de entender el jazz, el pianista italiano Dado Moroni; al contrabajo con Reinier Elizarde 'Negrón' y a la batería con Ramón Prats, que también repetía en las tablas por segundo día consecutivo.
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Era la primera vez que estos cuatro músicos unían sus instrumentos para hacer jazz. Y la vuelta al escenario desde hace un tiempo para algunos de ellos, como confirmó el estadounidense Margitza: «Es el primer concierto después de cinco meses», aseguraba hablando en inglés. El idioma que hizo que saliese algún que otro momento de risas entre el público cuando presentó a Prats o a 'Negrón', nombres con los que dudó con humor en las pronunciaciones.
En lo que al jazz se refiere, desde las cuatro de la tarde no dejaron de sonar notas en el escenario del MVA, con un público -llegando a los ochenta espectadores- entregado con la expresividad de los músicos. La desarrollada carrera de cada uno de ellos fue una de las claves. Al saxo, Margitza ha llevado su jazz por los cinco continentes y ha tocado con grandes nombres como Miles Davis o McCoy Tyner. Los aplausos no cesaban en la tarde del jueves malagueña después de cada intervención suya.
Lo de Dado Moroni con el piano tampoco dejó indiferente a nadie, que más de una vez casi se deja atrás la banqueta donde estaba sentado por la energía que le ponía a los temas. Un jazz más profundo le dejó al italiano unos segundos en un solo que protagonizó uno de los momentos más dulces de la tarde. El cubano 'Negrón', aunque colocado atrás en el escenario, hizo que más de una vez todas las miradas fuesen a su contrabajo. El músico no dejaba de acariciar las cuerdas de su instrumento para darle el toque especial al espectáculo.
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Varios momentos tuvieron su toque de magia. Dado Moroni dejaba sus teclas y partituras, se giraba y observaba con admiración a sus compañeros, en una de las ocasiones al saxofonista americano y, en otra, al catalán Ramón Prats. Este último, en los minutos finales del concierto, tuvo un apoteósico momento con su batería, que provocó que la pareja que estaba sentada en la primera fila de la parte izquierda de la sala bromease porque sus pies no paraban de llevar coordinadamente el ritmo de la melodía.
Este espectáculo acabó a lo grande y los comentarios de los allí presentes -en su mayoría, un público muy joven- lo confirmaban: «Yo ya no me acordaba lo que era esto en directo», comentaba esa chica rubia a su acompañante cuando dejaban la sala. Puede que fuesen algunos de los alumnos de la 17.º edición del Seminario de Jazz y música moderna que se celebra hasta este domingo en Alhaurín de la Torre. Con estas 'masterclass', combos y conciertos, por suerte, todavía queda jazz para rato.
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