Explosión electrónica de fantasía con elrow

Un negocio familiar que pasó desde una cafetería en 1870 a un cine, teatro, bares, ocio nocturno hasta desembocar en 2010, año en el que se celebró el primer row. Y ahora, en 2022, ya se ha consagrado como una de las fiestas electrónicas más importantes pasando por lugares como Amsterdam, Londres, Las Vegas o festivales como Tomorrowland. Pero el suelo malagueño todavía no había recibido los bailes de esta fiesta hasta este pasado sábado 20, día en el que se citaba con Torre del Mar para vivir «elrow más grande de los 135 que tenemos este año». Así lo afirmaba David Jordan, director de ingresos de este evento, desde la zona de producción.

Desde allí se podía ver eso que nunca se ve desde el otro lado de los escenarios. Todo el show poniéndose en marcha: actores cambiándose en vestuario, Djs que llegaban y salían, trabajadores controlando decoración y organización para que nada fallase en la cita. Para este row de Torre del Mar, han sido unos 300 actores los que han participado para animar a los fans de la electrónica que disfrutaron con toneladas de confeti, animales gigantes y escenarios llamativos que jugaban con el color y las luces. Como parte de ese equipo que se encarga de hacer esa fantasía realidad está el antequerano Raúl Soriano, que ya lleva años trabajando en esta fiesta y este año el tour ha aterrizado en su tierra: «Es especial, pero a mí es que me gusta elrow sea donde sea», apuntaba desde el lateral del escenario.

Y es que son tres los que ofrecieron música 'non stop': 'Singermorning', 'Chinese RowYear' y 'El triángulo de las Rowmudas' con la música de Cuartero, Paco Osuna, Andrés Campo, Viviana Casanova, Anfisa Letyago o Bastian Bux entre la larga lista del cartel. Muchos de los 'roweros' tenían claro al que querían ver, como les pasó a Inma Abad y Pablo Barquero: «Queremos ver a Andrés Campo y a Paco Osuna y Cuartero, aunque les hemos visto otros años en Weekend y Dreambeach, pero son buenos», comentaban desde el botellón, a las puertas del recinto.

De todas las edades y de todos los estilos eran los que rondaban los alrededores de Torre del Mar para bailar sin descanso en la fiesta. Y si este verano, que es el de la vuelta de los festivales, entre los complementos imprescindibles estaba la purpurina y los estilismos atrevidos, en elrow todo estaba elevado a su máximo exponente. Disfraces de dinosaurio, pelucas, purpurina, faldas de flecos y complementos extravagantes acompañaban a los grupos de amigos que llevaron el ritmo en la fiesta que, como gusta a muchos, acabó viendo el amanecer desde la playa de Torre del Mar. Y David Jordan lo dejaba caer: «Pensábamos que iba a ser para unas 14.000 personas y al final acabamos ampliando escenarios y espacio hasta 35.000. Yo creo que volvemos el año que viene seguro». Larga vida al row en Torre del Mar.