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CRISTINA PINTO
Martes, 26 de julio 2022, 00:14
El foco rojo del inicio del concierto indicaba lo que estaría por venir. Puro fuego. Pura pasión. Christina Aguilera por primera vez en Starlite. Llegaba de su concierto en el festival de Cap Roig y aterrizaba ayer en el escenario marbellí cuando el reloj casi ... marcaban las diez y cuarto de la noche con el recinto casi lleno de fans, entre los que se veía un público notablemente extranjero. Aunque había también fans malagueños, como Sara Márquez, que paseaba por los diferentes espacios de Starlite ilusionada por lo que estaba por venir. «Es que me encanta ella, no puedo creer que vaya a escuchar su vozarrón en directo», confesaba emocionada a SUR esta joven.
Después del rojo inicial aparecía la cantante estadounidense en el escenario. Una intro futurista que definía el look con el que salió la misma Christina Aguilera: un body ajustado del color del metal y unas botas negras altas, hasta la mitad del muslo. Y las gafas XXL totalmente negras terminaban de darle el toque eléctrico con el que empezarían a saltar chispas en Marbella. «Are you ready to get dirty?», anunciaba la pantalla justo antes de que empezase el show. «¿Están listos para ensuciarse?», decía la pregunta. Y tanto que el público se ensuciaba, empapado del calor que hacía en la Cantera de Nagüeles –como en toda la provincia– y empapados de la música de esta «diva», como así la definían los amigos que estaba en una de las últimas filas de la zona de platea de Starlite. Mientras ella grababa con su vestido de lentejuelas, el amigo le bailaba y se lo comentaba: «Es que es una verdadera diva».
Parte de la letra de 'Dirrty', tema con el que arrancó el concierto, definía parte de la noche: «Ya era hora de que viniera a empezar la fiesta / No hay duda, es hora de algo de acción / Voy a hacer un poco de ruido», dice la letra traducida al castellano. La electricidad de Christina Aguilera se volvía fluorescente con el tema 'Bionic', un show supersónico en el que los bailarines se acompañaban de una barra verde que iluminaba sus cuerpos. Un equipo de bailarines explosivos durante casi todo el concierto para también provocar la chispa en Starlite.
Entre sus salidas y entradas al escenario se cambiaba las gafas, que nunca dejaron de tener ese estilo futurista que marcó el concierto. Con los míticos temas de su carrera como 'Genie in a bottle' o 'What a girl wants' hizo la mejor introducción a una parte que se presentaba como la más movidita del concierto. Con un cambio de vestuario, esta vez un body con mucho brilli brilli, Christina Aguilera se preparaba para su repertorio más latino con las canciones de su último disco, 'La tormenta'.
Pues hubo tormenta de baile sobre el escenario, la pista y la grada de Starlite. La decoración se transformaba en una iglesia con las vidrieras para cantar 'Santo', tema en el que canta con el artista de reguetón Ozuna. Después de esa canción, Christina Aguilera cogía el micrófono para hablar y presentar la siguiente que venía. «Somos mujeres fuertes, ¡vamos todas las chicas!», invitaba la cantante antes de poner al público en pie con 'Pa' mis muchachas'. Fuego, pasión y mucha voz. Vozarrón, como decía Sara antes del concierto.
Con 'Ain't no other man' demostró eso y más. Su voz se paseaba por la canción como quiso, pura garra en Starlite para alegrar los oídos de sus fans y poner el vello de punta en más de una ocasión. Locura musical con Christina Aguilera, que hacía un parón en el concierto mientras ponía una de las llamadas canciones del verano, como 'Tití me preguntó', de Bad Bunny. O el del año pasado, 'Pepas', de Farruko. Los fans estaban encendidos en Starlite, el espectáculo de Christina Aguilera les había transmitido la chispa. Pura electricidad.
Y de la electricidad llegaba rápido a la calma con la parte más tranquila de la noche de lunes en Marbella. La sensibilidad de la balada y el significado de 'Say something' hacía que bajasen las pulsaciones tras el momento latino de la noche. Dulzura y elegancia en la voz de la estadounidense para derrochar arte en el escenario. De la magia de la balada a la magia del burlesque. Con otro vestuario, esta vez negro con detalles de encaje, Christina Aguilera salía al escenario guiada por los grandes abanicos de plumas rojas. Sillas, baile y el cabaret ya estaba montado con 'Lady marmalade' y su famosa frase: 'Voulez vous coucher avec moi ce soir?'.
Y volvía la magia. Más aún todavía que con 'Say something'. Ella misma lo anunciaba: «Es una canción especial». Lo fue, con 'Beautiful' se hizo el silencio en la Cantera de Nagüeles. Merecía la pena prestar la máxima atención a la forma que tiene la artista de interpretar ese tema, que lo lleva por donde quiere y como quiere. Ya estaba acercándose el final. Con 'Let be there', bandera LGTBI en la pantalla y en manos de la artista, la electricidad del concierto llegaba a su fin. Se apagaron las luces. Dejaron de saltar chispas mientras el público pedía otra canción, pero no la hubo. Poco más de una hora de Christina Aguilera que supo a poco en Starlite.
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