Un disco de platino en La Palmilla

Cuentan con una trayectoria de seis o siete años en la música. Y su manera de hacer encaja con el modo en que funciona ahora la industria: la colaboración entre artistas para multiplicar escuchas con la agregación de los seguidores de cada uno de ellos. En 'Japoni' aportan siete músicos. Uno de ellos es nada menos que Omar Montes, de quien son amigos y que los llamó para interesarse por 'Japoni' –obra de la que sobre todo Samuel G es artífice– porque empezaba a pegar fuerte en las redes sociales.

El Ruso, Samueliyo y Samuel G no son un grupo musical al uso, son vecinos, amigos, familia, y también los primeros que se buscan entre sí cuando tienen alguna creación y así colaborar. Aunque sus redes con el gremio son amplísimas: llegan hasta Rosalía y su Motomami. Además, y ésta es otra de las claves de su éxito, van midiendo qué es lo que más gusta de entre lo que hacen para orientarse en la dirección de lo que más conecta con el público.

No hay que obviar que la obra que les ha granjeado sus discos de oro y platino por el volumen de escuchas, 'Japoni', también tiene su controversia si se le somete a un examen con perspectiva de género. Tienen preparada una explicación porque saben que la letra puede provocar críticas en una era en que por fin ha germinado la conciencia igualitaria. ¿Consideráis que las mujeres son o tienen que ser de vuestra propiedad, como un objeto, o que tenéis que conquistarlas comprándoles cosas? Eso plantea SUR. Samueliyo, de 18 años, casado hace pocas semanas, responde: «Esto es arte. No estamos diciéndole nada a ningún tipo de mujer. Es algo que nos ha ocurrido en algún momento y lo estamos contando». Samuel G, casado y con tres hijos, añade: «Eso se lo cantamos a la mujer para que baile con nosotros con arte –y se arranca a cantar el estribillo 'contando las horas en que tú vas a ser pa' mí...'–. Son cosas que le puedes decir a una mujer para conquistarla: tú vas a ser para mí, para disfrutar, para viajar, conocer mundo. Y mutuamente. Si ella me quiere, que me compre cosas también. Yo le dejo que me compre». Salen airosos con su argumentación, aunque en ella persisten trazas tradicionalistas y sexistas.

Con todo, Samuel G desliza que tiene un sueño material que cumplir, el de comprarse una cadena de diamantes. Lo tenía de niño. Después se le pasó y ahora le ha renacido con su éxito artístico. Aunque más allá de estas frivolidades medio en broma medio en serio, ambos son conscientes de lo que sus discos de oro y platino representan para La Palmilla: «Este disco de platino te hace ver que realmente puedes. Porque yo esta canción la he hecho en mi casa. La mayoría de este tema la he compuesto yo. Me da fuerza para seguir luchando. Y también a los niños del barrio. Le da fuerza a quien quiera intentarlo», dice Samuel G.

Saben lo importantes que son los referentes para los niños y los jóvenes del distrito. Samuel G quería ser músico desde pequeño. Pero sólo hace poco su familia ha llegado a entender su vocación. Y en su adolescencia no tenía a quien tratar de emular dentro del mundo de la música urbana en España; no había nadie: «Cuando tenía quince o dieciseis años, no me daba cuenta, ha sido ahora cuando he caído en eso, en que no tenía en quien fijarme». En cambio, Samueliyo, casi una generación más joven, lo tuvo más fácil, más apoyo familiar y más espejos en los que mirarse. «Los niños se van a sentir con más fuerza ahora que nos ven a nosotros con un disco de oro», reiteran. Aunque ya decían que no se conformaban con el oro –no lo colgaron en la pared a la espera del de platino que lograban entre el encuentro con SUR y la publicación de estas líneas–.

Aseguran que aunque sus medios económicos les vayan a hacer posible irse a otro barrio, no abandonarán La Palmilla. «100% viviremos aquí. Yo creo que me voy a quedar toda la vida aquí», afirma Samueliyo. «Hombre, una casita por ahí, en el campo, en la playa, nos la compraríamos. Pero lo más normal es que me quede aquí», añade Samuel G. ¿Es fácil hacer música en La Palmilla? «Para mí, sí. Desde mi casa realmente es desde donde he hecho canciones que han tenido una gran proyección».

Su compromiso con el barrio, además, se mide en que no sólo siguen trabajando en los estudios que tienen en sus propias casas, también en que, cuando sus necesidades crezcan a la par que su fama y requieran más empleados, los buscarán entre su gente de La Palmilla, entre quienes los arropan durante la entrevista con SUR en una plaza como tantas de un barrio popular como muchos.