Diana Navarro engrandece el Auditorio para celebrar la 'no feria' en Málaga

Lo que está claro es que a los boquerones no nos quita las ganas de nuestra festividad de mediados de agosto ni una pandemia mundial. Los primeros que asistieron lo demostraron con creces, ocupando la mitad de las sillas dispuestas por la explanada, haciendo ruido con las palmas preparadas, aunque en realidad el entorno era en esencia familiar. Guirado, con una amplia trayectoria como cantautora, apareció puntual guiada por un foco de luz blanquecino, llena de lentejuelas y acompañada de batería, guitarra y piano: «Es muy necesario cantar al público, a vosotros», reconocía con emoción poniendo el corazón en muchos de esos temas de su trayectoria.

Un cambio de escenario para preparar el show de Navarro convirtió la escena en un espacio de paz y remanso, la zona de confort de la malagueña que saldría con un asombroso vestido blanco con corte de Cenicienta y escote de corazón. Aunque su vestuario no fue lo más pasmoso de la noche: su ejecución es habitualmente impecable y parece ni inmutarse al cantar con un amplísimo registro conmovedor e inaudito. El primero de los aplausos sonoros llegó con 'Campanera', una de las canciones de Joselito que ella hace suya con una personalidad abrumadora: «Me gusta estar en mi tierra y traer un repaso de lo que soy. Me habéis visto crecer y ya no soy una niña, aunque siempre vengo con toda la ilusión del mundo para cantar en feria. Gracias por no dejar a los malagueños sin su feria», relató con sinceridad y emoción en la mirada para enfrentarse a un concierto de lo más íntimo y cercano, como en el salón de casa, pero a lo grande.

Y aunque la cantante de copla y pop ya no sea aquella chiquilla que comenzó a mediados de los noventa a atreverse a alzar una prodigiosa voz, sigue gritando que 'Los niños, no', con un tema de inmensa sensibilidad de su disco Resiliencia (2016), dedicado a los más pequeños; con él quiere expresar que en rupturas, separaciones o discusiones ellos no pueden estar en el núcleo ni ser utilizados para ganar o perder en batallas absurdas, algo que dejó patente también en el escenario, llevándose la ovación de aquellos que asistieron a contemplar su encanto musical.

Con ella en las tablas, dos pianistas acompañaban aquellos temas que forman parte de una prolífica carrera y con los que estuvo emocionando durante todo el espectáculo; con una sorpresa, además, muy grata que anunciaba en sus redes sociales: algunos de los chicos y chicas de 'Gospel It', uno de los coros malagueños más mediáticos, la acompañarían en temas como 'El Perdón', disponiéndose tras ella a modo de ejército del cante, imparable y lleno de grandeza vocal.

Para presentar un cambio de vestuario, el coro amenizó la espera dejando paso a una Diana Navarro con banda de Semana Santa: escoltada por trompetas y tambores, con '24 rosas' recordó a otra semana grande para la ciudad. Lo acompañó con una saeta emotiva, llena de giros y una sorpresa que dejó al público boquiabierto: tras ella, una imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de la Trinidad Coronada, a quien siempre canta el Sábado de Pasión en las inmediaciones del Hospital Civil.

Con 'Sola', su tema estrella, sólo expresó palabras de agradecimiento y emotividad para aquellos que siguen de su mano desde que lanzó el tema hace ya 16 años. Al cierre de esta crónica a Diana aún le quedaba fuelle y sentimiento para seguir engrandeciendo Málaga y llenando el Auditorio de su voz incansable y eterna.