Delaossa: «Me colé en el Weekend cuando no tenía dinero»

–¿Viene mucho a Málaga?

–Menos de lo que me gustaría, pero sí frecuentemente.

–Ahora está lejos pero es por trabajar y estar en ese momento al que quería llegar hace años.

–Totalmente. Al final lo hago con toda la alegría, dicen que si trabajas en lo que te gusta no trabajas, así que...

–En la última canción que ha lanzado, 'Piso Franco', vuelve a hablar con la sinceridad que le caracteriza sobre la esencia de sus raíces en El Palo. En ella vuelve a desnudar su alma más malaguita.

–Tiene una esencia más andaluza, de la tierra. Aunque también más oscura porque habla de esos inicios de lucha cuando faltaban las cosas por la economía y teníamos rabia; pasábamos la noche escuchando flamenco. También fue la época reciente al fallecimiento de mi madre, estábamos enfadados.

–¿Existió ese piso?

–Era mi casa. Allí montábamos partidas de póker y luego acabábamos saliendo al centro, cualquier día se ponía turbio rápidamente (risas). Estuvo muy bien esa época, fue divertida, aunque quizá no saludable.

–En la letra lo dice: «Respeté las reglas (...) estuve en alguna que me arrepiento».

–Sí, la juventud va de eso, de arrepentirse.

–¿De qué se arrepiente?

–Bueno, realmente de nada supergrave. Sí me arrepiento de haberme excedido de alguna que otra forma, de haberme peleado, de esa rabia que tenía dentro... Antes era bastante más conflictivo, ahora soy muy pacífico. Pero no voy a negar que muchas veces me he peleado con gente y he hecho cosas ilegales.

–¿Qué ha pasado para que ya no haya tanta rabia?

–He encontrado mi estabilidad laboral y económica con la música, que es lo que me gusta y llevo buscando toda la vida. Una vez que tienes tu sustento para vivir, ¿para qué vas a estar peleando o haciendo cosas ilegales? Si ganas dinero legal con algo que te gusta... ¿Qué hay más puro que eso?

–¿Ya no hace cosas ilegales?

–No, no...

–No suena muy convencido.

–Si las hiciera no las diría (risas), es broma.

–¿Sigue teniendo el mismo grupo de amigos en Málaga?

–Por suerte sí, hace poco estuve en el festival con Easy y justo fue mi cumpleaños. Esa fue una buena prueba de que sigo teniendo la misma gente a mi lado, fue emotivo.

–Imagino que un reencuentro de los chulos.

–Muy, muy guay. Y con un gran 'after'.

–¿Qué es lo que más le gusta de volver a su barrio, El Palo?

–Me gusta dar un paseo por allí, sentir que las cosas cambian pero que no se pierde la esencia, que mi gente sigue ahí y es leal, que se conserva la esencia paleña. Ese aroma de la tierra...

–¿Cuándo se dio cuenta que la música iba a ser su forma de vivir? ¿Sintió vértigo?

–He tenido la suerte de haber crecido muy escalonadamente en mi carrera. Desde los primeros temas en 2016 hasta el primer álbum 'Un perro andaluz'. Me fui acostumbrando poco a poco a subir, hay carreras que explotan de la noche a la mañana, la mía no. Yo nunca he sentido vértigo.

–¿Se ha planteado alguna vez qué hubiese sido de usted si no se hubiese dedicado a la música?

–No, porque no tenía otra cosa en mente. Siempre he estado sin ver otra realidad que esa, aposté todo al mismo color.

–¿En algún momento ha sentido que tenía que bajar de la nube? ¿Ha tenido que decir 'Dani, para un poco'?

–Hay veces que te tienes que dar una torta en la cara, sí. Pero normalmente siempre he mantenido el contacto con la tierra, o eso creo. Sobre todo volver al barrio es lo que me hace recordar de dónde vengo y de dónde soy.

–¿Se plantea en algún momento volver a vivir a Málaga?

–Me lo planteo, quizás no para toda la vida. Pero en estos momentos tengo esa llamada de volver a Málaga, ahora no es el momento, pero en cinco años o así...

–Lo tiene calculado.

–Sí, sí... (risas). Ahora toca apretar y ya veremos en cuatro, cinco o seis años volver por ahí para estar un poco más 'tranqui'.

–¿Una parada necesaria?

–Más que una parada es buscar un poco mi paz, aunque sabiendo cómo soy sé que no pararé. Pero igual llega un momento en el que la música no sea algo tan competitivo ni que haya que estar siempre estrenando canciones y discos; que sea más para disfrutarla y hacerla cuando quiera sin buscar en la lista de éxitos de Spotify. El mundo de la música da mucha ansiedad.

–¿La ha sufrido?

–Sí, yo creo que todos los que vivimos la música como trabajo vivimos un poco de ansiedad porque tienes que estar al loro de corrientes nuevas, intentar no quedarte atrás y tener siempre algo fresco y actual.

–Dice que quiere ser profeta en su tierra, en Andalucía.

–Me gustaría serlo. Siempre que voy por Andalucía, en especial en Málaga, siento que hay un 'Movimiento Delaossa' y me reciben como alguien que les ha marcado.

–En su última actuación en la sala Paris 15 el año pasado dijo que había sido «el mejor concierto de su vida» ante 3.000 personas. No sé si fue por la emoción del momento...

–Lo es. El concierto más grande que haya dado en Málaga siempre va a ser el mejor concierto de mi vida. Quiero hacer el próximo el año que viene con más gente y que vuelva a ser el mejor de mi vida. Habrá que ver dónde vamos, pero no quiero dar muchos detalles más... Confío en que la siguiente volvamos a llenar.

–Y mañana su primer concierto en el Weekend, ¿había ido ya como espectador?

–La frase de 'La Placita' que dice «ya no nos colamos en el 'festi'» va por el Weekend, nos hemos colado allí cuando no teníamos dinero para entradas.

–Ahora vuelve como artista.

–Es divertido, va a ser mi primera vez, no sé por qué han tardado tanto en contratarme... –bromea–.

–A lo mejor era una especie de castigo porque se enteraron de que se coló...

–Será eso, que me estaban perdonando (risas).