Unas 8.000 personas recibieron en el Palacio de Deportes Martín Carpena a un David Bisbal que presentó, vestido totalmente de negro, su tour 'Volaré' que comenzó con los temas 'Tengo roto el corazón' y 'Podría estar peor', ambos de su nuevo álbum 'Me siento ... vivo'. Como un verdadero torbellino, el almeriense continuó su paso por Málaga con 'Lloraré las penas', que puso al público en pie que no paró de bailar y cantar sus canciones durante toda la noche. «¡Que viva Málaga, que viva Andalucía, que viva España!», ensalzó un Bisbal que lo dio todo. Desde el primer minuto el público no paró de saltar contagiado por la alegría y la energía del artista.
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Un torrente que posteriormente bajó el ritmo para continuar con algunas de sus más conocidas baladas como 'Esta ausencia' o 'Dígale', tras la que recordó las colaboraciones que ha realizado en los últimos seis años de su carrera musical, como con Aitana y Greeicy, y encontró la complicidad de la gente con 'Si tu la quieres' y con 'Perdón'. Fue cuando una nube de teléfonos móviles encendidos se movían de un lado a otro del recinto, en el que la madre del cantante siguió el concierto desde uno de los palcos.
Una hora después del inicio del espectáculo el almeriense se cambió de ropa y apareció vestido de cuero de color rojo para volver a la carga con 'Me enamoré de ti', 'Nuestro secreto' o 'Me siento vivo', cuando las personas vivieron sentadas momentos más intimistas con 'El ruido' o la emotividad de 'Mi princesa'.
Pero rápidamente hizo un giro y un cambio de ritmo, con la bandera de Andalucía colgada del cuello, y de la mano de 'Diez mil razones' volvió a poner al público en pie y con un «te quiero, Málaga» la gente se volcó por completo, además de ofrecer éxitos tan populares como 'Silencio', 'Corazón latino' o 'Bulería'.
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Los incondicionales del cantante quedaron rendidos al repertorio, al carisma y al alto nivel técnico con pantallas multimedia de última generación con efectos visuales.
Pero todo el mundo enloqueció cuando sonó 'Ave María' y concluyó el tema con un «Málaga mía», antes de abandonar el escenario y presentar a los componentes de su equipo y agradecer la asistencia y apoyo al público malagueño, que no paraba de pedir otra canción, ya que se quedaron con más ganas de Bisbal. Como respuesta, el almeriense, sin perder sus conocidas piruetas, interpretó 'Ajedrez', mientras sus fans 'volaban' con los brazos en alto y aplaudiendo al son de la música.
Y cuando todo parecía que había terminado, regresó con 'Esclavo de sus besos' en un show de más de dos horas en directo que emocionó a todos, cuyo colofón contó con la versión instrumental de 'Ave María' por parte de los músicos solos sobre las tablas.
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