Conchita: «Aunque me dedicara a otra cosa buscaría ratos para hacer canciones»

– ¿Cuál ha sido su 'Viaje' hasta llegar a este momento?

– He aprendido muchas cosas, he crecido y madurado, ya no soy una niña y si hago un balance, en la música, he pasado por todo tipo de etapas. Me ha ido bien, muy bien y fatal, he remontado... Creo que todo eso te hace tener una perspectiva de lo que es la música y ahora estoy en un momento súper bonito, disfrutando, pero desde otro sitio, con otra madurez. Después de la pandemia y esta locura que nos ha pasado estoy disfrutando de lo que me pasa mucho más que antes.

–Esos momentos a los que se refiere como 'fatales'... ¿Cómo se superan?

– Nunca pensé «hasta aquí llego en la música». Es que no sé hacer otra cosa, no tengo un plan B, y en los peores momentos me puse a componer para otros autores y ahí recuperé mi autoestima cuando empezaron a cogerme las canciones. Me ayudó mucho, y cuando recuperas la autoestima todo sale más fácil, si te pierdes y no te lo crees todo cuesta más. Yo lo pasé muy mal en un momento y tuve que recolocar las cosas. Mi éxito fue muy de golpe con el primer disco y no me dio tiempo a asimilar lo que estaba pasando.

–¿Echa de menos a la Conchita de esos comienzos?

– No, todos echamos de menos cosas del pasado, pero no, la verdad es que me lo tomaba todo muy a la tremenda al principio. Echo de menos algunas cosas, claro, como cerrar la puerta, irme y no tener que dar explicaciones a nadie, pero eso es otra historia, son responsabilidades que uno tiene. Echo de menos algunas cosas, pero a otras no querría volver.

–En este último disco hay un tema que se llama 'Fuengirola'... ¿Hay algo que le una a la ciudad?

– Claro, pasé todos mis veranos desde que nací hasta los 'veintimuchos' en Fuengirola. Yo viví fuera y viajé mucho hasta que tuve 14 años, cuando me mudé a Madrid, y mi único vínculo que tenía con España era Fuengirola. Para mí eso era como mi bote salvavidas, tenía una pandilla increíble y sólo tengo recuerdos bonitos, para mí Fuengirola es tocar casa, donde sólo me han pasado cosas bonitas.

–Y al mar, ¿alguna conexión o amor especial?

– Cuando llegaba el verano y ponía la toalla en la playa decía «bueno, ya está», y como vivo en Madrid y no tengo mar significa para mí vacaciones. Es un rato de tranquilidad y de no hacer nada; hace unos años tuve un momento complicado y me imaginaba en la orilla del mar, convenciéndome a mí misma de que iba a salir todo bien y que pronto estaría en la playa y me bañaría y bucearía. Era mi meta y pensé que era bonito llamar así al disco.

–¿Qué metas quiere lograr ahora?

– Ahora mismo me pongo metas sencillas, estoy empezando a tocar con muchas ganas, he empezado un proyecto que aún no puedo contar, pero he ido haciendo canciones para el siguiente disco. A ver qué nos trae, hasta ahora contenta y agradecida; la canción de 'El viaje' me ha traído un montón de cosas bonitas y estoy contenta.

–¿Está ya con el otro disco en el horno?

– Sí, dentro de un año y medio o así sacaremos otro. Hay que hacerlo, hay que componer, aunque voy sin prisas y tranquila. No sé hacerlo de otra manera, aunque me dedicara a otra cosa buscaría ratos para hacer canciones, para mí es como una forma de desahogo.

–¿Qué es lo que más feliz le ha hecho en esos casi 15 años que lleva en la música?

– Ahora es cuando más estoy disfrutando, tomándome la forma más calmada. Creo que este está siendo mi mejor momento, que ya sé con quién trabajar y el equipo del que me puedo rodear... Estoy más tranquila, porque cuando empiezas no sabes nada y tienes que confiar en que te cojan de la mano y te lleven al sitio correcto, y muchas veces no es el caso.