Cierra Velvet Club, el símbolo musical de la Málaga alternativa

Primero fue en la calle Juan de Padilla -el antiguo Sonic-, después en Comedias y por último, desde 2018, en Convalecientes. En este tiempo, el Velvet ha cambiado de tamaño y dirección, ha vivido el paso de un local pequeño a una sala de conciertos de aforo medio, y vuelta al formato reducido, pero siempre con la misma filosofía: ser refugio de la música en vivo en el centro de Málaga y servir de escaparate a infinidad de grupos que no llegan a otros escenarios. Pero la ciudad ha cambiado y el público también. «Me da pena no haber sido capaz de encontrar la fórmula que haga que la gente venga en masa en esta situación de la ciudad», reflexiona Juan Diego Altamirano.

Velvet ha sido el punto de encuentro habitual de la Málaga alternativa, de esa que huye de las discotecas convencionales a ritmo de reguetón y quiere descubrir a grupos nuevos o veteranos, siempre alejados de los circuitos oficiales. Pero esa clientela cumple años y, cómo Juan Diego, roza los cincuenta. «Salen menos y cuando lo hacen, no les apetece tanto venir ya al centro. Y los pocos que sí vienen, prefieren una terraza a meterse entre cuatro paredes (...) El tipo de ocio ha cambiado mucho», analiza.

Ampliar

En el actual Velvet se encontraba con muchas limitaciones para crecer, «en horario y en tamaño». «Da para lo que da, y los alquileres son muy caros. Para satisfacerlos tienen que ser negocios que trabajen a diario y muy bien. No te puedes dar el lujo de fallar un día. A mí me obligaba a estar los tres días de apertura hasta la bandera. Durante años lo he podido hacer, pero últimamente no», resume.

Desde sus inicios, Velvet ha sido un refugio para las bandas independientes de pequeño formato, grupos de rock (en todas su variantes), indie y funk que podían presentar en este lugar su repertorio propio y original en el centro de la ciudad. Con su cierre, la escena se queda huérfana de esta oferta continuada y prolongada, con eventos cada fin de semana. Hasta 150 al año ha estado organizando Juan Diego. «Y no es viable», reconoce.

«Sin Velvet Club Málaga, la música en directo en salas para poco aforo en Málaga está tocada de muerte», vaticina un usuario en las redes. «Gracias por todo siempre Juan Diego, por darle vida a la cultura underground en Málaga y abrirnos siempre las puertas», comentaba otro. Solo ZZ Pub sobrevive con una programación estable, pero con mayoría de grupos de versiones, en el centro de Málaga. Las otras opciones están ya en los alrededores, como La Sala Marte en La Malagueta y Antojo en el Soho (también con más peso de las versiones).

Pero aún queda un «last dance». Velvet se despide con la propuesta de un «último baile» en diciembre, con seis eventos y clásicos de su cartelera como The Oddballs (14 de diciembre). «Prometemos dar un concierto épico ese día, que es lo que merece esta despedida, luego ya habrá tiempo para llorar y analizar cómo va a afectar este cierre al desarrollo de los conciertos en Málaga, pero ese día os queremos a ver todos los que os habéis pegado un baile, un pogo, unas risas, os habéis enamorado y os han dejado y habéis vivido tantas cosas entre esas cuatro paredes, celebrando y homenajeando a esta santa casa como se merece», anticipan The Oddballs en sus redes.