Carlos Álvarez, en el balcón de su casa de Málaga, en el que pasa el confinamiento. SALVADOR SALAS

Carlos Álvarez: «Mi vuelta al Metropolitan era especial, pero se paró el mundo»

El barítono, que tuvo que abandonar hace diez años una ópera en Nueva York por su afección en las cuerdas vocales, tenía previsto regresar ahora para saldar aquella deuda

Sábado, 2 de mayo 2020, 02:03

Tenía los billetes para viajar a Nueva York, pero como él mismo dice, «se paró el mundo». No era una cita más. Para el barítono Carlos Álvarez tenía un significado «especial» ya que suponía su vuelta al escenario del Metropolitan (MET) con dos ... óperas ('Simon Boccanegra' y 'La Boheme'), después de que en febrero de 2010 tuviera que renunciar a su actuación en Nueva York por su afección en las cuerdas vocales que le obligó a operarse. Un contratiempo que el artista no deja de ver en positivo. El azar ha querido que la pandemia le haya cogido en casa, en Málaga. De hecho, su última aparición sobre el escenario fue 'La favorita' en el Cervantes, una ópera que, como explica, ya acusó los problemas del Covid-19.

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–Le podría haber tocado en cualquier parte del mundo este confinamiento, pero fue en Málaga.

–Menos mal que me ha pillado aquí. Ha sido una coincidencia. El 18 de mayo tenía los billetes para los ensayos en Nueva York, pero el estado de alarma se decretó el 14. No obstante, dos días antes ya habían prohibido los vuelos desde Europa a EE UU...

–No iba a ser un regreso más, ya que su vuelta al MET llegaba tras renunciar hace una década por sus problemas en la voz.

–Fue en febrero de 2010, así que todo estaba previsto para que la vuelta al Metropolitan fuera especial. Desde el Met me hacían guiños desde hacía tiempo y me animaban, pero de pronto se paró el mundo. Ahora se habla mucho de imprevisión, pues claro, es que esto era imprevisible y muestra la fragilidad de toda una especie que somos nosotros. El que diga que él ya lo decía o lo tenía previsto, miente como un bellaco.

–En estos meses tenía también actuaciones en Viena, Turín y Florencia. ¿Tiene nueva fecha para volver al Metropolitan?

–No, tengo agenda hasta el 2024, así que lo que no se haga, creo que ya pasó. Existe la necesidad de una ligera esperanza en reprogramar espectáculos y entiendo que eso apacigua la ansiedad, pero siendo realista va a ser muy difícil porque lo que no podemos hacer es cancelar los compromisos futuros para hacer una reprogramación.

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–Su última actuación fue precisamente en Málaga con 'La favorita' a principios de marzo, aunque ya sufrieron el ataque del Covid-19 ya que la soprano Nancy Fabiola-Herrera fue sustituida sobre la marcha.

–Por fortuna, el Teatro Cervantes supo dar una solución profesional porque tenía otra mezzo que hizo la cobertura de Nancy en los ensayos. La fatalidad también fue a posteriori y Luis Pacetti, que es profesor de la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga, ha salido de la UCI esta semana por coronavirus. Esta 'Favorita' no se va a recordar mucho, aunque todos nos repusimos a la situación y se hizo con mucha profesionalidad.

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«Además de la mezzo, la fatalidad también fue a posteriori y Luis Pacetti ha salido de la UCI esta semana»

'la favorita' en el cervantes y el Covid-19

–¿El Cervantes ha dado un paso adelante en su temporada lírica?

–Hoy en día no existe un sitio pequeño para hacer ópera. Prácticamente, los condicionamientos externos son iguales, porque hay un público conocedor y las agendas permiten programar con anticipación. Es verdad que hacer ópera es caro, pero la amortización sociocultural y económica merece el esfuerzo de los teatros. El Cervantes ha entrado en la dinámica de hacer ópera y espectáculos líricos de calidad, lo que dependía más de la voluntad que de la capacidad económica.

«Sin alaracas»

–¿Cómo observa el panorama de la desescalada?

–Nuestro futuro es bastante negro, porque el trabajo en condiciones normales, es decir, con un teatro lleno, no va a volver hasta el año que viene. Además, nosotros somos los últimos de la lista de la desescalada y lo estamos pasando muy mal. Yo soy un privilegiado, tengo la espaldas cubiertas y me puedo permitir esta situación, aunque sin alaracas. Pero para la profesión va a ser un drama con un desenlace imprevisto.

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–Parece ya claro que la normalidad no llegará hasta la vacuna.

–La reprogramación va a ser lenta y gradual. ¿Cuando se van a abrir los espacios aéreos y los teatros van a poder contratar a gente del exterior? Lo lógico es que se empiece a tirar del ámbito local y nacional. Y si nos tienen aquí, que nos aprovechen.

–¿Lo de la distancia social va a ser un problema en las tablas?

–Mantener una medida de seguridad en una ópera con 100 personas en el escenario sería imposible. La adaptación va a tener que ser gradual y a ver si el ingenio nos permite salir adelante.

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–¿Cómo va a besar Otello a Desdémona?

–Sí, o matarla. Quizás habrá un tiempo en el que las cosas serán distintas.

«Ya no hay sitio pequeño. El Teatro Cervantes ha entrado en la dinámica de los espectáculos líricos de calidad»

ópera en málaga

–¿Cuándo lo veremos en un escenario?

–No tengo perspectiva de cuando pisaré un teatro. Nuestro trabajo en el escenario será parte del riesgo laboral y tendremos que asumirlo, pero la cuestión es cómo hacemos que la gente vuelva a ocupar una butaca. Debería haber directivas supranacionales, porque si no va a ser un caos. Al día siguiente del confinamiento se creó el Sindicato de Artistas Líricos, lo que nos ha permitido ser interlocutores con la Administración para ver lo que se puede hacer.

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–¿Tras las palabras del ministro de Cultura, el Gobierno está dejando de lado al sector?

–Se da por hecho que el mundo de la cultura siempre responde y estamos ahí. Creo que pensaron que no importa si tomamos medias antes o después, pero la situación es crítica para mucha gente que no puede ni pagar autónomo y otros que viven al día. Mucha gente.

–¿Qué solución ve?

–El problema es la legalidad. Nuestro trabajo no es que sea temporal, sino efímero porque estamos contratados para un día y a una hora en concreto y después se acabó. Eso no está bien contemplado en los contratos ni nuestra relación con la Seguridad Social para que después se pueda cubrir al trabajador. Y para echarle una mano a esta gente se necesita reglar esto mejor y acabar con esa economía sumergida del mundo la cultura.

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