Fuengirola vivió ayer una de esas noches de la Costa del Sol con aroma a quedarse en el recuerdo. Málaga se ha convertido en estos años en todo un símbolo de la música. Una escena musical envidiable liderada por festivales como el Starlite y el propio Marenostrum; eventos que ya son escoltados por un sinfín de opciones para todos los gustos durante los tres meses de verano. Por eso, que una de las estrellas más grandes del firmamento musical eligiera esta costa para su único concierto en Europa no era fruto de la casualidad.
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Esa era, justamente, la sensación que se vivía en las faldas del Castillo Sohail desde primera hora de la tarde. El calor sofocante cayó derrotado frente a las ganas de estar lo más cerca posible de Jennifer López. Centenares de grupos de amigos se reunían en torno a las pocas sombras que alojaban las larguísimas colas para cantar y bailar las canciones de la neoyorquina. No era solo una manera de pasar el rato hasta el momento de que se abrieran las puertas. Más bien formaba parte de la liturgia de los grandes recitales. Y entre ellos, voces expertas que ya habían disfrutado de homólogas de JLo como Lady Gaga o Madonna combinadas con primerizos en esto de aguantar estoicamente para estar unos pocos metros más adelante que otros que llegaron sobre la hora.
Pero no todo es asistir. El Paseo Marítimo del Castillo se convirtió en una inesperada pasarela de moda urbana. La rejilla que no faltaba; colores fluorescentes; y sobre todo mucho brilli-brilli. Una suerte de uniforme perfectamente medido; un homenaje a la reina latina de los suburbios.
Para ellos –sus fans– era para quienes JLo tenía preparado el show. Pero solo para los que habían pagado una entrada. Apenas unos minutos antes de que saltara al escenario, la oficina de la artista anunció la prohibición para entrar el recinto de la prensa, que estaba debidamente acreditada. Especialmente difícil lo tuvieron los fotógrafos con una reacción de la cantante que no fue digno del espectáculo presentado en Fuengirola.
Quienes sin duda no tuvieron problemas para acceder fue la representación de 'celebrities' nacionales que se pasaron por el Castillo Sohail para disfrutar del concierto en directo desde los palcos vips. Entre ellos pudieron verse caras de diferentes ámbitos: El alcalde de Sevilla, Juan Espadas; su homólogo en Málaga, Francisco de la Torre; fueron dos de los políticos más relevantes. Además, las artistas Pastora Soler, Diana Navarro y Lamari de Chambao estuvieron presentes desde el principio hasta el fin; junto a otras caras conocidas como Cayetano Rivera y Eva González; Carmen Lomana; y los actores Pepón Nieto y Esther Arroyo, entre otros.
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