Boombastic explota en Fuengirola al ritmo de Quevedo y Bizarrap

Marenostrum es el refugio ideal para el verano. Menos mal que la brisa marina refresca un poco, porque dentro el ambiente está que arde. El Bombastic despegó cuando entraron Funzo y Baby Loud en escena. El público deseaba escuchar en directo esas letras que su cuenta de Spotify había reproducido cientos de veces. Y así fue, cuando le tocó el turno a los raperos empezó lo fuerte. El público gritó, saltó y disfrutó de toda la tarde-noche.

El cambio se notó cuando salió Quevedo, eso ya era otra cosa. El recinto se llenó hasta la bandera. Las 15.000 personas que adquirieron sus entradas se demoraron en llegar. Pero cuando el canario llegó, ya no cabía un alma más. Sin duda espíritu de gran concierto.

Los asistentes eran bastante jóvenes. Sobre todo los que se situaban más cercanos al escenario. Esperaban con ansia la subida de sus cantantes favoritos. Se podían ver todo tipo de pancartas con diferentes mensajes. El más popular era Bizarrap pero la verdad es que el cariño de los fans estaba bastante repartido. Los nervios se apoderaron de dos chicos que habían hecho cola al sol durante todo el día para poder estar cerca de sus ídolos. Toda su espera dio sus frutos, consiguieron que Pole la viese. Objetivo cumplido, el toledano cogió la pancarta y se la llevó a su casa como obsequio del día.

Fuengirola tenía reservada una gran fiesta dominical y no defraudó en absoluto. Pero por la noche el tiempo se volvió loco. Se levantó un fuerte viento que agitó el escenario y que por momentos hizo temer por la integridad de elementos del escenario. Pero ahí la organización estuvo muy rápida para evitar accidentes como el ocurrido en el festival Medusa en Valencia. Aplazaron el inicio del concierto de Duki hasta que no se pudo asegurar los anclajes del equipo de sonido. La seguridad ante todo.

Es verano, por la noche y has salido. Igual se escuchan cien veces pero 'Quédate...' de Quevedo siempre destaca por encima de las demás. Se pausan las conversaciones y todo el mundo se une a corear el himno de este año. Cualquiera que salga puede acabar hartándose de oírla. Aquí es diferente, 15.000 personas unidas coreando la letra y sin que nadie falle una sola palabra.

Bizarrap cerró la noche por todo lo alto. Derrochó carisma incluso sin salir de la mesa de mezclas. Su actuación fue estática casi por completo. Pero no le hace falta nada más. Bizarrap solo necesita su mesa para hacer retumbar Fuengirola.