La peña La Biznaga se convierte en club de jazz

Oliver, impulsor de diferentes proyectos musicales, con varios trabajos publicados como líder, entre ellos 'Incerteza', y una treintena de discos en los que ha trabajado con los grandes del género jazzístico, explica que la idea de realizar estas sesiones abiertas en la peña partió de su padre, Enrique Oliver González. «Él es socio fundador y ha sido directivo de la peña y fue quien me propuso organizar las jams. El sitio es ideal, está en el centro, en el barrio de los músicos, al lado del Conservatorio Superior de El Ejido, y estas sesiones se han convertido en un punto de encuentro para esos estudiantes del Superior de Jazz, y los de Clásico también».

En cuanto a los conciertos, señala que cada semana un grupo distinto hace una actuación de unos 30-40 minutos, «y luego la partipación de otros músicos es libre. Así, durante estos meses se han mezclado artistas consolidados con estudiantes del Conservatorio; jazzeros con flamencos, bluseros y clásicos, la cantera más joven con la vieja guardia. Pienso que esa es la mayor virtud de la jam, la confluencia de esas mentes para hacer música juntas, lo cual es enriquecedor», añade Oliver, que compagina su actividad como músico con la docencia.

Juan María Villa, por su parte, considera que «cualquier elemento cultural que aporte algo a la comunidad artística que se desarrolla en la Biznaga Jam es siempre bien recibida, ya sea musical, con diferentes estilos como el jazz, flamenco, hip-hop, soul…, como interdisciplinar. Nos abrimos a cualquier propuesta interesante». El pianista, que ha formado parte de grupos malagueños como The Moon Jumpers, The South Collective, Enrique Oliver & The Young Lions, y que lidera su propio trío, advierte de que la Biznaga Jam surge porque en Málaga no existía desde que cerró el Onda Passadena una actividad de este tipo. «Algo incomprensible en una ciudad que alberga tal cantidad de músicos de jazz, por lo que decidimos crear un espacio en el que convivir, compartir, disfrutar y crear música, lo cual es enriquecedor tanto para nosotros, a nivel musical y personal, como para la oferta cultural de la ciudad», concluye Villa.

De esta manera, La Biznaga, que tiene su sede en la calle Padre Mondéjar, acogerá este martes 14 de junio el concierto de Aula 23 Jazz Ensemble, que reúne a Guillermo López, Antonio Sánchez, Pablo Guzmán, Juan Maria Villa, Alberto Madrid y Borja Bermúdez, compañeros del Conservatorio Superior de Málaga. El día 21 actuará el cuarteto Los Domínguez, con el saxofonista Enrique Oliver, el pianista Jose Carra, el contrabajista Juanma Domínguez y el batería Dani Domínguez. El 28, Antonio Beltrán y su grupo The Little Preacher's Quartet visitarán un ciclo que completarán Ser O Duo & Friends (5 de julio) y Adriana Calvo's Group, el 12 de julio para cerrar la temporada, que retomarán en septiembre.

Oliver recuerda asistir con su padre a la peña «desde que tengo uso de razón». Un día, hablando con Juan María Villa sobre cómo era la escena musical «cuando yo tenía su edad» hablaban de esas jam sessions «en las que echamos los dientes los músicos de mi generación», recuerda el saxofonista. «La mítica jam del Barbacoa Jazz o la no menos histórica del Onda Passadena, que hicieron que para los músicos de aquí el martes se convirtiera en el 'Día de la Jam', aunque ahora lo hacemos a una hora menos intempestiva, a las 20.30 horas, y en un ambiente menos underground». En este sentido, Villa añade que cuentan con público de todas las edades, «desde jóvenes chavales, entre los que me incluyo, a personas jubiladas, lo cual hace que se cree un ambiente fraternal y sano donde lo pasamos realmente bien».

Además, «hay parking gratuito para el público, los precios son increíbles y te puedes comer un campero con patatas mientras escuchas buena música», puntualiza Oliver, que aclara que antes la peña organizaba también recitales de poesía, concursos gastronómicos, torneos de parchís, clases de flamenco, chirigotas, la fiesta de la cruz de mayo… Pero desde la pandemia las actividades se redujeron al mínimo y ahora parece que vuelven a aflorar».

Los promotores de esta iniciativa coinciden en señalar que la Biznaga Jam «no es un proyecto con ánimo de lucro, ni mucho menos, ya que tan solo es una forma de difundir y disfrutar la afición por el jazz y por la música en general con unos precios asequibles para todos». Oliver concluye que «el jazz, la música y las artes en general deben ser asequibles para todos, por eso me gusta un modelo de ciudad en la que exista un tejido cultural vibrante, en continuo movimiento, que pasen cosas y que los malagueños podamos formar parte de ellas. Me encantan las propuestas de La Polivalente, La Invisible, los eventos que organiza Sergio G. Orbegozo, la peña Juan Breva, el Albeniz, La Cochera Cabaret, Lagunijazz y ahora, las jams de La Biznaga».