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Triana Ramos y Antonio Canales, en el Cervantes. Ñito Salas

La Bienal de Flamenco coge al toro por los cuernos

La petición directa de colaboración a la Junta y la recreación flamenca de la cornada a José Tomás abren cinco meses de arte jondo en la provincia

Jueves, 4 de abril 2019, 00:20

Con decisión y arrojo flamenco y torero. La Bienal de Arte Flamenco de Málaga, que organiza la Diputación de Málaga, coge al toro por los cuernos en su gala apertura con la petición directa de colaboración a la Junta de Andalucía y con la ... bravura de su espectáculo inaugural. Triana Ramos y Antonio Canales tradujeron a 'lo jondo' la cornada a José Tomás que casi le cuesta la vida en la plaza mexicana de Aguascalientes.

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En el ruedo del Cervantes, el talento joven y la experiencia se batieron en un duelo de pasos y requiebros en 'La imagen de una pasión: Diálogo con Navegante', el texto en el que el diestro relata ese reencuentro imposible con el animal donde ambos ajustan cuentas. Se escuchó su voz en off, los sonidos del coso, las noticias de su cogida... Pero ni rastro del torero. Si estuvo, hizo gala de su discreción extrema para burlar los focos. No faltaron, eso sí, compañeros como Salvador Vega, Joselito y Saúl Jiménez Fortes.

Con coreografía de Rubén Olmo, nuevo director del Ballet Nacional, Ramos y Canales torearon con el flamenco. Con elegantes y estilizadas poses de matadora ella, que también tuvo ocasión de sacar su garra flamenca. Revolviéndose, marcando con fuerza el paso y empitonando con su brazos él. Transitaron por la ilusión ante la faena, el encuentro hombre-toro y el dolor de la recuperación en un espectáculo en el que primaba la expresión y la interpretación. Muy aplaudidos fueron el toque de Riqueni a la guitarra y los cantes de El Extremeño, Juan José Amador y Segundo Flacón. El público les despidió a todos en pie. Triana Ramos tomó así la alternativa.

Fosforito recibió el homenaje del mundo flamenco. Ñito Salas

Le precedió el «agradecimiento, el estremecimiento y la emoción» de Fosforito al recibir el reconocimiento del mundo flamenco en Málaga, una tierra a la que a este cordobés le unen muchas raíces desde que conoció a su «Maribel del Perchel». Fosforito incidió en la importancia de la emoción más allá de los registros, los cromatismos y las tesituras de la voz. «El verdadero cante jondo duele. No es cantar flamenco correctamente, sino mirarse dentro y dejar que hablan las entrañas», leyó esta leyenda viva del cante, de 86 años, tras ser presentado por Gonzalo Rojo. La Voz del Flamenco, este año en la garganta de Pablo Franco, también enfatizó ese «dolor gozoso» del cante que deja su impronta en todas las artes. En la pintura de Picasso y Eugenio Chicano, en los versos de Lorca y Manuel Alcántara, en la música de Albéniz y Falla.

Fue el punto de partida de cinco meses de «arte jondo por todos los rincones» de la provincia. De una Bienal que «con humildad y austeridad» saca adelante «un proyecto ambicioso», defendió el presidente de la Diputación, Francisco Salado. Fue un discurso de apertura reivindicativo, en el que Salado puso el acento en el olvido de la Junta con la Bienal de Málaga. «Nunca hemos recibido su apoyo. Hemos visto cómo han ayudado a otras bienales y festivales fuera de Andalucía y de España y se ha ignorado a la de Málaga. Confío en que las cosas cambien con el nuevo Gobierno», manifestó. Agradeció, en cambio, el compromiso del Ayuntamiento de Málaga (ratificado por el alcalde Francisco de la Torre) y de Unicaja Banco. Y fue reivindicativo también en la defensa del «flamenco flamenco». «Aquí no caben propuestas que lo desnaturalizan», mantuvo. Hasta tres veces se escuchó la expresión sobre el escenario, así que para que conste: «¡Viva el flamenco!».

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