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Nació en Perú y vivió casi toda su vida en Madrid, pero Betty Missiego parece benalmadense de toda la vida. Lleva diez años siendo una de las ciudadanas ilustres de un municipio que le ha dedicado incluso una rotonda. Tal es el amor mutuo, que ... ha montado un partido independiente para las próximas elecciones en las que no descarta ir cerrando la lista, como las grandes. Ahora que el fandom de Eurovisión es mayor que nunca, resulta inevitable hablar del certamen en general y de su edición en particular, en la quedó segunda porque España le dio los puntos a Israel en el último momento, haciendo que ganaran estos.
-Lleva diez años en Benalmádena. ¿Por qué se vino a vivir aquí?
-Yo conocía Benalmádena porque venía a cantar a Tívoli, y me gustó el clima. Cuando murió mi hijo hace diez años yo estaba deshecha y teníamos que salir de Madrid. Estábamos en casa de mi cuñado en Barbate y nos llamó Manolo Medina para invitarnos a su casa. Es un gran amigo mío, pero no pensaba yo quedarme a vivir aquí.
-Vamos, que vino para unos días y se quedó.
-Sí. Es que teníamos el mar debajo de la casa. Pensé en voz alta: «Me gustaría vivir aquí». Ni corto ni perezoso Manolo me buscó un apartamento.
-Y aquí está.
-Sí. Luego conocí a Ana Macías, una exconcejala del PP. Ahora tenemos juntas un partido nuevo: Somos Benalmádena.
-Qué me dice. ¿Va a ser la candidata?
No, no. Con 84 años no puedo, pero sí estoy en el partido. Ya tenemos hasta la sede y una magnífica candidata; Ana. Me gustaría que lo escribiera. Es una luchadora.
-¿Y no se plantea ir de alguna manera en esa lista?
-Sí. Voy a ir cerrando la candidatura. Yo siempre he sido apartidista, que no apolítica. Por eso lo del partido independiente.
-Este año le han puesto una rotonda en el pueblo.
-Ay, sí. Mira, corazón, yo creo que a la gente le gusta cómo canto. Pero yo creo que el cariño es mayor porque les caigo bien. Me di cuenta con todo lo de Eurovisión de este año.
-¿Le sigue parando la gente por la calle?
-Totalmente. Y tú no sabes, cuando se murió mi hijito todo el movimiento de cariño que hubo.
-Hay ciertos clichés de los artistas que usted no cumple, como el de montar un partido político. Pero también está eso de jubilarse, que hay muchos cantantes que parece que quieren morirse encima de un escenario.
-Sí, los artistas también nos jubilamos. Yo ahora a veces voy a algunos colegios a cantar en el Día de la Paz, y de eso no se ha enterado nadie. Es una alegría ver a los peques cómo juegan con mi túnica (yo siempre llevo túnica). Son momentos tan hermosos que yo tengo en mi vida ahora, cariño... He tenido éxito en mi vida como artista, ahora lo tengo como ser humano.
-Deduzco entonces que no echa de menos los escenarios.
-No, no, eso de los recitales grandes se acabó.
-¿No habría ninguna razón para volver una ultimísima vez?
-No, me retiré en el teatro y se acabó.
-¿Qué le parece este sentimiento eurovisivo que renace en España?
-Se ha recuperado el espíritu, aunque con otro estilo. Ahora son más los espectáculos grandes, solistas hay muy poquitos.
-En el 79 -confírmelo porque yo no había nacido- la expectación por el concurso era igual a la que ha habido este año, ¿no?
-Más todavía. Es que solo había un canal. Además íbamos ganando, tú no sabes la gente cómo se comportó después cuando pasó lo que pasó. Lola Flores me dijo después de lo de Eurovisión que había que prender fuego a Televisión Española (se ríe). En realidad he tenido mucha suerte. Soy de las pocas artistas que tengo marido, hijos, nietos y bisnietos. Y todavía tengo la voz, eh. Yo no me he retirado por eso.
-Por eso le decía. Que hay que reivindicar la jubilación. Hay un momento en el que querrá disfrutar de sus éxitos, del dinero, de la familia...
-El dinero ya se terminó, pero bueno...
-¿Antes se ganaba más dinero que ahora siendo cantante?
-Menos, e invertías más. Yo tenía un equipo de músicos de más de veinte personas. Era una de las que más cobraba entonces: 90.000 pesetas.
-Esto se lo pregunto ya como benalmadense. ¿Qué sensación tiene cuando ve Tívoli cerrado?
-Ay qué pena. No sé cómo el gobierno no ha luchado más. Era un emblema, han pasado artistas de todo el mundo. No tenías una entidad en el ámbito artístico si no habías trabajado en Tívoli.
-Ahora que en la televisión y en las revistas están tan faltos de personajes de verdad, ¿no le proponen entrevistas y reportajes?
-Todo, pero yo no lo quiero hacer. ¿Sabes lo que pasa? Que tienes que cobrar algo, no lo puedes hacer gratis porque es mi trabajo. Y luego se crean enemistades y no quiero. También han cambiado mucho los entrevistadores. Yo lo siento mucho, pero hay unos canales... un canal en concreto que no quiero decir -pero que todo el mundo sabe cuál es- que es una continua falta de respeto.
-Volvamos a Eurovisión.
-(Risas). Eres eurovisivo, eh.
-Un poco, lo admito. Con lo de este año se habrá roto ya esa leyenda de que los países vecinos se votan entre ellos.
-Absolutamente, qué te digo. Bueno, había una que sí ganó por enchufe.
-¿Quiere decir quién?
-(Pronuncia un nombre). No, no. Mejor no lo pongas, que no quiero líos. Tú como eurovisivo que eres te voy a chismear, pero cuando acabe la entrevista. Es que tú no sabes lo que hay ahí, cariño mío.
-¿Usted iba como favorita?
-Sí. De hecho el primer día que salí a ensayar la orquesta empezó a corear «dama de España, tarará, tarará».
-Muchos artistas dicen que Eurovisión es como un pozo del que no se sale. A usted no le pasó.
-No, a mí me vino bien. Yo era conocida, pero en los ambientes más selectos. En cambio con esta canción el pueblo entero de España supo quién era.
¿-Qué puertas le abrió Eurovisión?
-Al no ganar... pues tampoco tanto. Hay gente que lleva viviendo muchos años de una sola canción, como Encarnita Polo con 'Paco, Paco' (se ríe).
-¿Hay algún concierto que recuerde con especial cariño?
-El último Orgullo de Madrid en el que estuve. Dos millones de personas, de Alcalá a Cibeles. Eso fue apoteósico. Canté dos canciones, entre ellas 'Tú me preguntaste', que es una historia real que me pasó a mí. Un amigo que me vino a preguntar a mí qué hacía, que estaba enamorado de otro hombre. Yo te juro que le dije, «mira corazón, no te puedo aconsejar. Si estás enamorado sigue adelante, pero no sé qué decirte porque no soy lesbiana». Luego lo comenté con Fernando, mi marido, esa noche. Y él escribió la canción.
-Ahora que saca el tema, no me resisto a preguntarle por lo de María del Monte, pero también por esa declaración de Isabel Pantoja en el Orgullo de este año que no quedó muy clara.
-Yo no sé porque tienen que vivir así. Si eres lesbiana, pues dilo; no juegues con estas cosas. Yo es que como me he criado entre bailarines clásicos... pues no sé. Es que lo veo tan natural. Ser ambiguo puede dar a pensar que se oculta porque no está bien.
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