Ayllón posa para SUR. EVA SÁNCHEZ MELENDO

El malagueño Ayllón vuelve a los escenarios con 'Kintsukuroi'

El músico afincado en Madrid regresa tras ocho de parón con un nuevo disco con tintes electrónicos

claudia san martín

Málaga

Lunes, 9 de marzo 2020, 17:18

Su sensibilidad en la composición le delata: Curro Ayllón ama la música de una manera muy peculiar. Este malagueño suma 20 años con una guitarra colgada al cuello y recorriendo escenarios de pequeños locales por cualquier parte de España. Su historia es diferente a ... la habitual: Ayllón, apellido que toma como nombre artístico, inicia su andadura a principio de siglo en las teterías del Centro de Málaga. Era habitual encontrarse en estos lugares a algún músico local ofreciendo un concierto único. Allí él halló su sitio para ir cociendo a fuego lento lo que, hasta 2012, no se convertiría en su primer disco. 'Cosmogonías' es el resultado de experiencias dando tumbos por la escena de la canción de autor, con palabras concertadas que daban paso a poesía, de un principio en solitario que prometía y que se quedó truncado por las adversidades del destino. Cuando abre La Botica en el Centro, un pequeño local convertido en bar que ofrecía música en directo, Ayllón aúna fueras con más músicos de la escena malagueña para crear algo irrepetible: Su asociación, La Rebotica, reunía a artistas como El Kanka, Carmen Boza, María Peláe o Rafa Toro. Todos tenían en común dos cosas: Javi, el dueño e impulsor de este local que «fue como un padre» para ellos y su pasión por la música. «Aprendimos a subirnos a un escenario, a respetar al artista y a amar la música. Fue una etapa muy importante en mi vida, la que me animó a grabar un disco y presentarlo», explica.

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Cuando Javi fallece a final de 2012 y se cierran las puertas de este lugar sagrado para la canción y el artista, Curro deja aparcada la música durante unos años para dedicarse a su trabajo en un centro de personas con diversidad funcional. Algunos años después, la capital le llama y éste decide acudir para embarcarse en otra aventura profesional. La música aún como hobbie, seguía latiendo como antaño y la toma como terapia y evasión. «Después de morir Javi todo se quedó en luto musical, aunque me embarqué en Glaciar, banda de la que soy vocalista, me daba miedo enfrentarme yo solo a mis canciones, a pecho descubierto», reconoce el artista.

El tiempo, que es sabio consejero, hizo que este malagueño ya afincado en Madrid decidiera retomar su proyecto en solitario en forma de segundo disco con todo lo aprendido y, por supuesto, a modo de homenaje a su padrino musical de La Botica. Lo consigue grabar y terminar en 2018, pero no es hasta este 2020 cuando decide impulsarlo con el cariño y el esmero «que se merecía». 'Kintsukuroi' es otra genialidad de este músico, muy diferente a su anterior proyecto. El concepto que le da nombre a este segundo disco proviene del japonés y se trata de la filosofía de la reparación con oro: «Los japoneses piensan que algo que se ha roto y se ha reparado tiene mucho más valor que algo nuevo. Este disco es más oscuro, trata la pérdida y la exposición de las cicatrices», relata. En él toma protagonismo lo electrónico, una nueva faceta musical que Ayllón ha compartido con Pachi García, el productor de su disco.

Fue el pasado 1 de marzo en la Sala Búho Real de Madrid cuando este malagueño le dio voz por primera vez a esta etapa musical en un emotivo directo; Málaga también tendrá ocasión de conocer 'Kitsukuroi' el 27 de marzo en un 'showcase' íntimo en Fnac (en versión acústica) y en la tetería El Harén el 28 de marzo, donde Ayllón dio sus primeros pasos musicales.

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