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Era de esperar el incendio de música en la Paris15 en la noche de ayer sábado 27 de enero, que estaba marcada en el calendario para casi 3.000 personas. Era de esperar, sí, pero fue incluso más de lo previsto. Arde Bogotá prendió fuego ... a la sala malagueña con sus canciones y con la ayuda de un público que se dejó la piel en la pista. La banda de rock cartagenera, que ha batido récords en la Paris15 como el segundo grupo en agotar más rápido las entradas (bastaron poco más de dos horas), cerró este fin de semana su gira de salas en la capital con 'sold out' antes de viajar a Latinoamérica y luego empezar con la temporada de festivales. Hace año y medio la banda estuvo en la Paris15 ante 600 personas, anoche lo hacía rozando las 3.000; ese es el puro reflejo de lo que ha pasado este 2023 con la banda, una revolución de fans y reconocimientos como el Premio Ondas a Fenómeno Musical del Año y dos nominaciones en los Latin Grammy a Mejor Álbum de Rock por 'Cowboys de la A3' y Mejor Canción de Rock por 'Los Perros'. Además de millones de oyentes en las plataformas musicales y una tropa de fans que le acompañan en cada concierto para viajar a ese exoplaneta en 571-/9A.
El viaje arrancó con cosquilleo en el estómago para sus fans: 'Los Perros' abrieron el concierto en la Paris15 para volverlos locos. Euforia, saltos, manos arriba y esto no era ningún atraco. Tan sólo un concierto de música que acababa de empezar, pero que ya se veía venir que iba a pegar fuerte. El cantante de la banda, Antonio García, con una camisa de satén celeste que antes de la mitad del concierto ya estaba empapada de sudor. Un detalle nada raro, ya que no paró más de 10 segundos durante el show. El bajo de Pepe Esteban era uno de los mejores amigos de esas notas tan características de Arde Bogotá, al igual que la batería de Jota Mercader, la guitarra de Dani Sánchez y la de Pedro Quesada, que en esta gira se ha unido al grupo para acompañar a los cuatro músicos cartageneros. Este último tuvo algunos problemas de sonido con sus 'In-Ears' al inicio del show, pero pronto lo arreglaron los técnicos, que salieron en varias ocasiones para solucionarlo.
«¡Madre mía del amor hermoso! ¿Quién hay ahí? ¡Vamos a pasar calor, vamos a pasarlo bien! Amigos y amigas estáis delante del último concierto que haremos de 'Cowboys de la A3' en España, ¡así que vamos a celebrarlo, que hemos venido desde Cartagena a montar una fiesta!», animaba el cantante ante un público que no paraba de gritar y grabar. Luego, el incendio de música seguía con 'Qué vida tan dura', 'El beso' y sorprendía con unos segundos a capela de 'La Tarara' desde la grave e inconfundible voz de Antonio García.
Uno de los momentos más mágicos de la noche se vivió con 'La salvación', la canción que cura y que confirma que siempre hay una salida para el dolor. «Nuestro pequeño tesoro», apuntó el vocalista antes de interpretarla. En ese momento los saltos con los brazos en alto se cambiaron por miles de fans dándose la mano y meciéndose de un lado a otro de la pista de la Paris15. La siguiente parada antes de llegar al 'Exoplaneta' tenía un grito al unísono desde el público que, a pesar de ser de todas las edades, se sentían al completo «hijos de la puta intensidad» con la canción que da nombre al disco y la gira.
El eco del «Ohhhh, ohhhh, ohhh, ohh, oh» resonaba en toda la Paris15 y vibraba entre el público dejándose llevar por la banda para llegar al clímax de 'Virtud y Castigo', otro de los himnos del grupo. También hubo espacio para el acústico con la guitarra de Dani Sánchez y la voz de Antonio García en 'Copilotos', tema con el que pusieron un poco de tranquilidad antes de que terminase el concierto de casi dos horas.
Salieron, volvieron y llegaba la traca final. Los últimos minutos del viaje. Ahí estaba el destino: 'Exoplaneta'. «Nuestra canción de la esperanza», señaló el cantante. Pero esa no iba a ser la última del trayecto en la Paris15, que antes de bajarse a su destino siguió bailando y sudando con 'Antiaéreo', su primer sencillo con Sony que fue todo un éxito allá por 2020. Los fuegos artificiales acabaron bailando «la canción de mierda» de Arde Bogotá, como ellos mismos y sus fans gritaron hasta más quedarse sin voz en la Paris15. Los músicos y sus seguidores se despidieron con la misma energía que tuvieron todo el concierto: saltos y sudor provocados por el incendio de la música.
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