Andrés Suárez: «¿De verdad un músico tiene que dejar su carrera porque no tiene 'likes'?»

Eran las ocho en punto de la tarde y los asistentes empezaron a dejar de hablar. La sala pasó de estar tenue a oscura. «Qué silencio», susurró él al aparecer en el escenario. Se sentó ante el piano de cola y comenzó la magia. 'Voy a volver a quererte' se intuía en los acordes. Esa fue la canción con la que Andrés Suárez arrancó su visita a Suena SUR, el ciclo de entrevistas y música en directo organizado por este periódico en colaboración con Fundación Unicaja. El cantautor gallego terminó su primera actuación y, entre el gran aplauso del público, se sentó con el periodista y redactor jefe de SUR Alberto Gómez para tener una charla distendida e inevitablemente interrumpida –de la mejor forma posible– por las canciones.

Había pedido empezar el acto cantando y tocando el piano. Y así fue. La conversación tomó rumbo con la primera pregunta del periodista: «¿Hasta cuándo el amor es incondicional?». «A veces el amor vuelve y a veces es horrible que lo haga, lo mejor es que no sea tóxico. Pero es que en las canciones, libros y cine es todo tan maravilloso… Por eso a los intensos nos dicen que nos gusta vivir ahí», respondió entre risas Andrés Suárez, que empezó con la música a los 17, cuando se mudó a Santiago de Compostela para empezar a tocar en el metro y en la calle y ahora es uno de los cantautores más aplaudidos por la crítica y el público. «No es que sea prepotencia, pero yo creí en mí y en mis canciones. Pensaba que merecía la pena que fuesen escuchadas. Y no es que tuviera suerte y triunfara, es que me lo trabajé», recalcó.

Dos copas de vino, dos vasos de agua, la guitarra a un lado, el piano atrás, un público expectante y una conversación que fluía. Hablando de la nueva realidad, el cantautor lamentaba que «ahora todo son macrofestivales y estadios de fútbol convertidos en concierto, parece que ahora la música no cabe en un espacio como este, como si la intimidad fuese algo que no beneficia los vínculos emocionales». Y lanzó varias preguntas en su reflexión: «¿Hay que hacer quince 'Bernabéus' para triunfar? ¿Pero qué se nos pasa por la cabeza? ¿De verdad un músico tiene que dejar su carrera porque no tiene 'likes'?». Esa última cuestión la hizo al hablar sobre la retirada de su compañera de profesión Carmen Boza, que hace unos días publicó que dejaba los escenarios «por la exigencia de estar permanentemente activa en plataformas sociales con fines promocionales».

«Es que hay una gran cantidad de músicos que llevan más de veinte años en esto, que salieron de sus casas y lo dejaron todo por sus canciones… Pero ahora estamos todos locos. Se está fichando en las discográficas según el número de seguidores que tenga y no por sus canciones. ¡Cómo va a dejar Carmen Boza la música, por el amor de Dios!», apuntó Andrés Suárez, que también ahondó en su lado más personal refiriéndose a la salud mental: «Yo hice cuatro discos con una depresión diagnosticada, estaba en un estado que no quiero volver, a punto de morir», confesó.

Recordó un comentario que le dejaron a él hace años: «Un tipo me dijo: 'A ver cuándo te divorcias y me haces un discazo'. Y me dio un ataque de risa. He tenido muchas canciones que he decidido tirar a la basura porque eran depresivas… Es verdad que es más difícil hacer reír que llorar. Preparando mi décimo disco de estudio, después de 25 años de carrera, no me da la gana hacer canciones para que la gente se divierta, ¿yo qué soy? ¿Animador social?».

«¿Cuándo aprendiste a gestionar los comentarios que decían de ti?», le preguntó en ese momento Alberto Gómez. «Cuando aprendí lo que era el autoestima. La crítica constructiva es maravillosa; cuando te dicen 'oye, este disco no suena bien' y tienes 41 años como yo ahora lo llevas bien, aunque es cierto que con 27 no pensaba igual», explicó el cantautor, que agradeció el apoyo de sus padres: «Siempre creyeron en mí. Por cierto, ¿puedo tocar la canción de ellos?». Y se levantó, cogió el pie de micro y su guitarra y emocionó con 'Teresa y Andrés', que terminó cantándola a viva voz al borde del escenario.

No pudo faltar en esta cita la mención a Javi de La Botica, «el hombre que se desvivió perdiendo salud y dinero por apostar por la música y los cantautores desde Málaga», describió Andrés Suárez a la vez que confesó: «Me da vergüenza llorar y no suelo hablar mucho de Javi porque Málaga le debe demasiado». El cantautor gallego fue «muy feliz en Málaga» y siempre le alegra la vuelta –incluso confesó que se atrevería a salir ayer de 'noche de martes universitario'–. «Cuando uno sale de los infiernos valora mucho más el presente», apuntó. Y terminó Suena SUR disfrutando del momento y ofreciendo un acústico en el que sus fans pidieron canciones y él hizo su magia.

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