Balada, rumba y mucho ritmo: la fórmula de David Bisbal conquista Málaga

«No hemos tenido todo el éxito que debería haber», se escuchó en la cola de la taquilla. El promotor atendía a un grupo de personas que preguntaban por la bajada de precios de las entradas a causa de los huecos libres. «Tenemos un aforo permitido de 2.000 personas y se han ocupado aproximadamente 1.700». Con menos gente de lo esperado, el concierto comenzó por todo lo alto.

La banda en el escenario, el público expectante por lo que venía. Los aplausos y gritos enloquecidos aparecen cuando todavía no se le podía ver desde todos los ángulos del auditorio. De repente, se crea un ambiente mágico y un grito con su energía característica resuena en el lugar: «¡Buenas noches mi Málaga!»

Como el eufórico momento en el que te reencuentras con los amigos de la universidad que tanto llevas sin ver, así de emocionante fue la acogida del Auditorio Municipal Cortijo de Torres a David Bisbal. El de Almería, que tuvo que cancelar este concierto hace unas semanas, se entregó durante toda la actuación haciendo vibrar con su música a los asistentes.

'Silencio' fue el que no hubo cuando el cantante arrancó su actuación con esta canción que ponía al público alborotado.

Las canciones del disco que lanzó en 2020 le quemaban en los bolsillos de tanto guardarlas. 'En tus planes', 'La necesidad' y 'Sabrás' fueron algunos de sus últimos temas que interpretó para los malagueños.

Tres saltos seguidos, unas vueltas y sus características patadas al aire le hicieron arrojar la chaqueta al suelo para liberarse de todo el peso de lo que le encorsetara para darlo todo en su: 'Que más da'.

«Escúchame una cosa, y la gente como canta, ¿qué?», celebraba a mitad de la noche. Las mascarillas ocultaban las bocas pero no las callaban. Bisbal incitaba a todos a divertirse tanto como él, pero respetando las normas para que dentro de poco pueda mirar a su público y poder decir: «Mira que sonrisa más bonita».

La música no suena, la banda se para y Bisbal también frena. El auditorio grita un verso: «Dame una razón para amar. Dame un atisbo de paz». Miles de voces al unísono se complementaban y sustituían al cantante. No se sabe bien si le danban un respiro en mitad de su espectáculo o le intentaban devolver todo lo que él les regala.

La poca brisa que corría acariciaba los famosos rizos rubios tan icónicos del cantante. Está quién anhela el peinado largo de sus tirabuzones, y también la época que representan, por eso Bisbal dedicó tiempo a sus inicios. Los seguidores del almeriense entonaban hasta la última palabra de 'Dígale' o 'Quién me iba a decir'.

Los focos se encienden para alumbrar al auditorio porque 'Camina y Ven' era de ellos. «¿Nos vamos de rumbilla o no?», preguntaba David Bisbal para presentar una actuación en la que estaban de estreno con 'Dos veces' y 'Vuelve, vuelve'. El público respondió sabiéndose la colaboración que hace con Fonsi y Danna Paola.

Su fuerza frenética, sus quejidos alentadores y el meneo de su cuerpo se contagiaron a un público que, a pesar de estar coartado por sus sillas, lanzaban sus manos al aire y movían sus caderas al son del compás.

El escenario se tornó oscuro y una luz blanca alumbraba al solo de piano que embrujaba con el humo del escenario. Así apareció la melodía más emotiva y mítica del cantante: 'Mi princesa'. Está consagrada como una de sus mayores piezas. Málaga la abrazó con mucho sentimiento. El auditorio se contoneaba al escuchar la canción de amor que marcó a una generación. Bisbal cerraba los ojos y ponía su mano derecha en el pecho, hacía giros en su entonación y ofrecía al público un chorro de voz inagotable.

Cuando se despidió con su 'Bulería' el público pidió otra más y Bisbal apareció con su tercer cambio de vestuario y acompañado de 'Si tu la quieres' y la esperada 'Ave María' que puso al auditorio en pie.

El ritmo, la rumba y la balada son algunos de los componentes de la fórmula secreta que mantienen en el éxito a David Bisbal. Fórmula con la que el almeriense conquistó Málaga en un miércoles de verano.