Alicia Tamariz, junto a su piano, en una imagen promocional. SUR

Alicia Tamariz hace magia con el jazz

La hija del ilusionista, profesora del CAMM en Málaga, fusiona el género de la improvisación con la música brasileña y la poesía en 'Aletheia'

Jueves, 5 de mayo 2022, 00:11

El jazz, la música brasileña y los sonidos tradicionales de Latinoamérica forman parte del primer disco de Alicia Tamariz, 'Aletheia', un trabajo íntimo y cargado de poesía en el que la pianista y profesora del Centro de Artes y Musica Moderna de Malaga (CAMM) reúne ... sus «impulsos naturales» y en el que compone e interpreta todos los temas. Su primer disco es el fruto del trabajo de toda una vida, aunque, tal y como explica, «la realización de este álbum en sí ha durado dos años, aunque la canción más antigua es la de mi hija, 'Sambaluna', que la escribí hace siete años, mientras la más joven, 'Desconcierto', es de la etapa del confinamiento».

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Hija del mago Juan Tamariz, Alicia reconoce la influencia que ha tenido su padre a la hora de transmitirle la pasión por el arte: «Cuando acompañaba a mi padre, hacía una introducción a su espectáculo, y a veces hacíamos un juego mágico-musical juntos. Él me muestra su manera de sentir el arte, y su profunda pasión», explica la autora de 'Aletheia'.

Alicia Tamariz se enamoró del piano a muy temprana edad, a los 8 años, y dio sus primeros pasos en el jazz de la mano de los profesores Javier Galiana y Juan Galiardo. «En realidad empecé a estudiar en serio muy tarde, a los 20 años. Pero desde pequeña, como a los 8, recibí unas clases en el colegio y mi relación con el instrumento era una especie de amor platónico. Sabía muy poquito, 'Para Elisa' y el principio de la 'Marcha Turca', pero le ponía toda la emocionalidad que podía cuando las tocaba», señala la artista. A los 14 años le regalaron una guitarra, y fue entonces cuando empezó a cantar. «Así que de pronto pensé si podría unirlo todo y poner música a mis letras. Y me enganché a eso», recuerda Tamariz, que con 18 años descubrió el jazz gracias a «un novio que tuve en Madrid, y esa fue la chispa para decidir aprender. Ver a los músicos tocar en vivo y la libertad que emanaban fue lo que me cautivó».

Formada en la Universidad Superior de Évora (Portugal), inició después un recorrido «personal y musical» por Sudamérica, lo que influyó definitivamente en su música, en la que también se dejan notar las armonías flamencas: «He viajado y vivido en Latinoamérica varios años, y sus músicas son tan ricas y cercanas que me he dejado influenciar, sobre todo a nivel rítmico. Las experiencias que he vivido allí han sido de mucha transformación interior. Y creo que eso también se refleja en mis canciones».

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En este sentido, afirma también que el lenguaje del jazz es en su opinión muy completo: «La forma de improvisar y el tratamiento de los temas suenan jazzísticos. Es el código que comparten todos los músicos del disco 'Aletheia'». Un trabajo discográfico en el que también hay alguna canción en portugués. «Es muy amable la musicalidad del idioma, y la manera de cantar cambia curiosamente», precisa.

Diez temas componen este trabajo, un repertorio que se basa «en melodías y letras sencillas y sinceras que nacen en momentos de intimidad, y a las que posteriormente hemos ido vistiendo de armonías más complejas, y de una instrumentación muy bella». «Con el oboe, la flauta, percusiones variadas, guitarra española, y un cuarteto de cuerdas en uno de los temas, 'La despedida', con un hermoso arreglo que hizo Javier Galiana, gran artista, pianista y amigo gaditano», añade.

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Detalle de la portada del disco 'Aletheia' de la cantante, pianista y compositora afincada en Málaga Alicia Tamariz, junto a dos imágenes promocionales de este trabajo. Sur

Para este trabajo, Alicia Tamariz se rodea de un elenco de músicos que han conformado un particular sexteto: «La formación fue creciendo naturalmente y concluyó con este sexteto de lujo. Una de las pocas, si no la única, oboísta de jazz en activo, Maripepa Contreras, original de Almuñécar y que vive hace varios años en Amsterdam. A la flauta, el malagueño Fernando Brox, brillante improvisador, compositor e integrante de innumerables proyectos. Carlos Cortés Bustamante, productor musical del disco, guitarrista, percusionista y compositor de flmenco-jazz. Dimitri Skidanov, un contrabajista de jazz increíble, de los de antigua escuela, que no puede sonar más auténtico. Y a la batería Andrés Litwin, músico maravilloso y súper versátil que aporta mucha calidad al disco».

Amante también de la escritura en clave poética «para expresar mis sentimientos», reconoce que en su trabajo le han influido músicos como el pianista Ahmad Yamal, «que tiene una delicadeza y una rotundidad al mismo tiempo que me alucina». Además, destaca que «los discos de Miles Davis de los años 50-60, con Wynton Kelly sobre todo, han sido el pan de cada día durante varios años. De pianistas actuales, Marco Mezquida me parece un músico maravilloso y una persona entrañable. Y de aquí mismo, de Málaga, Jose Carra siento que tiene una fuerza y creatividad para componer y para improvisar muy especial».

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La escena local

Como profesora del CAMM, reconoce que este centro le ha dado la posibilidad de «conocer de cerca y tocar con maestros, de los que al recibir sus buenas críticas y consejos me han dado fuerzas para seguir creando». En este sentido, destaca la gran cantidad de músicos de calidad que hay en Málaga, especialmente en el ámbito de la improvisación, lo que junto al Festival de Jazz y el Seminario Internacional que se celebran cada año le dan mucha actividad a la escena local. Sin embargo, reconoce que si hubiera «más salas bien equipadas y más apoyo económico, saldrían a la luz muchos más músicos y más creaciones». De hecho, Tamariz alaba el talento de músicos como Tete Leal, Enrique Oliver, Juanma Nieto, Nacho Loring «y mis más cercanos amigos» Quim Ramos, Pablo Guzmán, Blanca Barranco, Camilo Motta y Carlos Cortés.

Este mes de mayo, la artista participará en el ciclo de mujeres 'Musas' en la provincia de Cádiz, y luego viajará a Zaragoza y Sevilla para presentar su música. Además, explica que ya tiene compuestas nuevas canciones para un próximo trabajo: «Ideas y ganas no me faltan. Como decía Bill Evans, el estilo, por suerte o por desgracia, se va desarrollando por sí mismo. Y parece que hay una faceta más 'cantautórica' que quiere expresarse, a la par de temas instrumentales más jazzísticos».

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