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Alejandro Sanz tuvo su primera cita con un Marenostrum que llenó, algo que esta noche se repite en el escenario fuengiroleño. hugo cortés

Alejandro Sanz se deja el alma al aire en su esperado encuentro con Marenostrum

El primer lleno del fin de semana del cantante en Fuengirola conquista a un público entregado que hoy espera volver a repetir

cristina pinto

Sábado, 2 de julio 2022, 01:05

Aún no era viernes y Samuel, Alba, Marta y Victoria ya desplegaban sus tiendas de campaña para hacer noche y no tener duda de ser los primeros en la zona más cercana de la pista de Marenostrum. «Llevamos desde el año 90 siguiéndolo», contaba Marta ... Gonsi, que llegaba desde Barcelona al paseo marítimo de Fuengirola. Todo por ver y escuchar a Alejandro Sanz, que hace dos años se citaba en Marenostrum pero la pandemia se puso por delante para separar su encuentro con el escenario del Castillo Sohail. Pero por fin llegaba el momento para unir a las 17.000 personas que esperaban impacientes en el recinto de Marenostrum. «Mira que le veíamos desde que iba a Tívoli cuando eran gratis sus conciertos», desvelaba Victoria desde la cola a las seis de la tarde junto a su hija Alba, de 20 años, que seguía los pasos como fan de Alejandro Sanz. Al otro lado de la cola estaban Teresa Muñoz y las hermanas Alba y Marigracia Delgado, unas antequeranas que no paraban de abanicarse con el calor de la tarde fuengiroleña. Ellas también llevaban desde los 90 siguiéndolo, pero esta era la primera vez que iban a vivir la música del cantante en directo. «Mira que llevo desde los 13 años escuchándolo, pero esta es la primera vez que voy a verle... Estoy muy ilusionada», contaba Teresa Muñoz al borde de la playa mientras llegaba su turno para entrar.

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Eran las nueve de la noche cuando los incondicionales de Alejandro Sanz iban ubicándose en sus sitios para vivir el concierto. Los de la pista no querían gastar energía, se esperaban sentados en el césped de Marenostrum para luego levantarse una hora después y ya ir tomándose unas copas y un picoteo. La batería del público estaba cargada al 100% para no dejar de cantar en la parada malagueña de la gira 'Sanz en vivo', que se iniciaba ayer, pero que hoy también registrará un lleno en Marenostrum. Dos veces que saben a poco en Fuengirola.

Las cuatro pantallas del escenario reflejaban un mar en el que empezaba a bañarse el cuerpo desnudo de Alejandro Sanz. Habían pasado cinco minutos de la hora prevista para el concierto y todo estaba listo: una radiografía del arte dibujado en su torso antes de salir a cantar. Sus tatuajes salían uno a uno enfocados en las pantallas, 'flamenco' pone en su nuca junto a una flor. Y del color de una de ellas, rosa, salía Alejandro Sanz al escenario de Marenostrum acompañado de sus gafas de sol.

Falsa alarma

El cantante se sumergía en el agua de las imágenes y empezaba a navegar entre el lleno del Marenostrum. 'No es lo mismo' daba la bienvenida al concierto tan esperado. «¡Pero la voz no la vendemos!», gritaban los fans a la par de Sanz en el escenario. Un fallo en la pantalla a la derecha del escenario creaba la alerta entre el público, pero bastaron dos canciones para que todo volviese a estar en orden. No era momento para vender las miles de voces que quisieron arropar al artista.

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Él se apoderaba de su guitarra para dejar que Marenostrum le besara. La última parte del tema 'Deja que te bese', a solas con las cuerdas de su instrumento aliado para el estribillo. «La, la, la, rá», repetía una y otra vez el público meciendo sus brazos. Un movimiento que seguía acompañando en la siguiente: 'El alma al aire', que tenía proyectado el mar de fondo para dar la paz necesaria. Una paz que duraba poco cuando el cantante se dirigía al público. «¿Cómo están? ¿Todo bien? ¡Qué maravilla, un abrazo fuerte!», saludaba a la primera tanda de público fuengiroleño del fin de semana. «Una de las consecuencias del Covid es que me he empezado a vestir así…», comentaba el cantante sobre su llamativo vestuario. Pero a los fans les daba igual como fuese vestido. «¡Se ponga lo que se ponga está bien!», respondían algunas de sus fieles.

Sanz salió de rosa y con gafas de sol. Hugo Cortés

Se ganaba a los malagueños con una sola frase. «Ese paraíso que tenemos aquí mismo», dedicaba a Málaga antes de empezar con 'Looking for paradise'. De la fiesta de ese tema a lo romántico de 'Mi marciana', que estuvo acompañado de los flashes que inundaban Marenostrum. Como al llegar ese momentazo de 'Cuando nadie me ve', en el que muchos no pudieron contener las lágrimas durante toda la canción entre sonrisas y abrazos. Pero la emoción no se podía aguantar. Hasta que llegó 'Amiga mía', con la que terminaron de romper muchos fans.

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Las gafas de sol era algo que Alejandro Sanz no se quitó en gran parte concierto, hacía amagos de que sí, pero al final siempre se las dejaba. Acompañándole, además de su gran banda y las miles de personas de Marenostrum, Chucho Valdés subió al escenario junto a él. Ahí se quitó las gafas y las guardó en el bolsillo interior de su chaqueta rosa. El público respondía a ese gesto con un fuerte aplauso, estaban deseando verle los ojos al cantante y ya eran casi las doce de la noche.

El clímax estaba llegando a su punto ideal con los aires cubanos que trajo el cantante español junto a Valdés. Pocos eran los que ya no bailaban en Marenostrum. Pero Alejandro Sanz volvía a ponerse las gafas de sol. Nada, que el público de Fuengirola deslumbraba demasiado al artista. «Para qué me curaste cuando estaba herido…», entonaba para que ya nadie dejase de cantar su 'Corazón partío'. Si alguien tenía ese corazón roto este concierto intentó arreglarlo bien. Luego, un 'Viviendo deprisa' se pudo vivir lento en el escenario con un acústico que reunía a todos los músicos en el triángulo de escalera central de las tablas de Marenostrum.

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Silencio. Se escuchaba '¿Lo ves?' con un Alejandro Sanz que se quedó a solas con el piano y con el público, que veía la escena como si fuera magia con el decorado de cielo estrellado en las pantallas. Los planos enfocaban también sus manos tatuadas tocando el piano. Otro silencio. “Y míranos aquí diciendo adiós...”, terminaba de entonar el cantante. Pero no era el adiós a su primer concierto de la temporada en Fuengirola. Volvía a dar más con un '¿Y si fuera ella?' desgarrado y lleno de sentimiento.

Ahora sí que llegaba el último momento con la canción que se titula así mismo. Se quitó las gafas para despedirse de Marenostrum Fuengirola, aunque al público ya no le importaba eso, ya lo único que le interesaba era “otra, otra, otra”, tal y como gritaban al unísono todos. Y con aplausos, que tras unos minutos sin parar acabaron marcando el compás flamenco con el que Alejandro Sanz se arrancó a hacer algún que otro gesto de baile y taconeo. Pero en realidad estaba queriendo decir adiós. Aunque siempre es mejor decir 'hasta luego' que 'adiós' y en este caso fue así. En esta noche de sábado llega el segundo turno, horas después de esa primera cita con 'sold out', Alejandro Sanz vuelve para seguir dejándose el alma al aire en Marenostrum Fuengirola.

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