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Leonard Cohen
Diez discos de 2016

Diez discos de 2016

Este ha sido un año marcado por un color: el negro. Así es la piel de los responsables de grandes lanzamientos, de Beyoncé a Frank Ocean, pero este año también ha sido negro por el color del luto

Txema Martín

Sábado, 24 de diciembre 2016, 03:06

Leonard Cohen, You want it darker

Este ha sido un año marcado por un color: el negro. Así es la piel de los responsables de grandes lanzamientos de este año, de Beyoncé a Frank Ocean, que han estado salpicados por las oleadas de racismo en Estados Unidos. Pero este año también ha sido negro por el color de un alma en luto por la desaparición de tres genios que han revolucionado la música: Prince, Bowie y Cohen. Este último, el gran poeta, se despidió de nosotros como un auténtico caballero y con el mejor disco en sus últimos 20 años de carrera. Las últimas canciones que grabó, casi inmovilizado por la enfermedad, son el último aliento de una vida dedicada a la belleza, pero sin dramatismos ni nostalgia. Un trabajo honrado y meticuloso, un auténtico regalo modulado por una voz que es puro brío y experiencia, y que ahora es inmortal.

James Blake, 'The colour in anything'

El británico ha vuelto a dar la campanada con otro precioso trabajo de música electrónica, un tercer disco que le afianza como el gran talento británico de la última década. Este año, Blake ha sido además el productor fetiche de muchas estrellas de la música y ha colaborado con el mainstream sin abandonar la intimidad del underground. Las bases son bellísimas y su voz está cada vez más afilada, con fraseos largos y repetitivos que rozan el cante flamenco sobre unas bases hechas con la meticulosidad de los genios.

Michael Kiwanuka, 'Love & Hate'

Después de un debut deslumbrante, aquel Home again de hace cuatro años, el británico ha vuelto a seducir a la crítica internacional y al gran público gracias en parte a contar con estrellas como Adele entre sus defensores- con un disco que conforma un suculento recorrido por las raíces de la música negra, encabezado por ese blues minero que repite soy un hombre negro en un mundo blanco, pero que también es un escalofriante y sincero homenaje a la soledad.

Rihanna, 'ANTI'

El mejor disco de Rihanna ha sido la definitiva revelación de una personalidad y una fuerza vocal que hasta ahora no habían sido evidenciados por culpa de una carrera esclavizada al hit. Además de su gran trallazo, Work, este disco contiene quizás la mejor canción del año, la vibrante balada soul Love on the brain, y como otros tantos temas como Needed me escondidos en una secuenciación extraña, un orden que no ayuda a entender este trabajo como la joya que verdaderamente es, pero que señala el camino de una nueva Rihanna que sin duda va a depararnos muchísimas alegrías en el futuro.

Sílvia Pérez Cruz, 'Domus'

La cantante y compositora de una música de fuertes raíces se hizo un Bjork protagonizando un musical y componiendo una banda sonora a medida de la película y de los dolorosos tiempos que vive este país. Todo un reto saldado con sobresaliente, que sólo decae cuando presta el espacio de su prodigiosa voz a los actores, pero que supone un ejercicio de buen gusto y de sabiduría.

David Bowie, 'Blackstar'

A cualquiera que disfrute con este arte llamado música habrá vivido este año el escalofrío de la pérdida irremplazable de un artista que nunca ha sido de este planeta. Su muerte está adherida a su gran trabajo final, una despedida que confirma que Bowie ha donado su vida al arte y al espectáculo, y que ha conseguido algo tan difícil como cambiar la vida de millones de personas en todo el mundo.

Nick Cave & The Bad Seeds, 'Skeleton tree'

La muerte accidental del hijo de Cave (que está en mí pero ya no vive) es el detonante de este poderosísimo réquiem, una obra maestra en la conjunción de música y letra, algo que sólo consiguen artistas que se comprometen con su arte hasta la muerte. Otro brutal disco negro para este año de luto.

Frank Ocean, 'Blonde'

Sin duda ha sido el lanzamiento más esperado del año. Se hizo de rogar durante años y por fin tenemos el resultado, por partida doble por el mixtape Endless que resolvió cuestiones contractuales. Este trabajo es personalísimo y conmovedor, habla de cuestiones muy íntimas con una capacidad arrolladora y Nikes es, sin duda, otra de las grandes canciones de 2016.

Kate Tempest, 'Let them eat chaos'

A medio camino entre una obra musical y una sesión de poesía, esta escritora británica ha lanzado un disco deslumbrante en la que las letras cargadas de rabia y que noquea a todas las estructuras. Los textos son brutales, pero las bases forman un acompañamiento perfecto a este poético puñetazo en la mesa.

Moderat, 'III'

Es de justicia reconocer no sólo este trabajo, sino la trilogía entera que confirma que no estamos hablando de un proyecto paralelo de sus integrantes, sino de una declaración de intenciones artísticas marcada por la épica y cargada de una belleza que sólo puede provenir del gran paraíso artificial que es la música electrónica.

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