Miguel Poveda actuará tres noches en el Cervantes.

Miguel Poveda: «Hace un tiempo que dejé de justificarme»

El cantaor, que mañana abrirá un ciclo de tres noches en el Cervantes, reivindica su libertad musical y personal con más claridad que nunca

Regina Sotorrío

Miércoles, 11 de mayo 2016, 01:11

'Sonetos y poemas para la libertad' es el título de su último disco (con música de Pedro Guerra), pero quiere ser mucho más. Es una expresión de su forma de entender la música: lo mismo pone voz a versos del antequerano José Antonio Muñoz Rojas que se arranca después por una malagueña del Canario. «Y en una y otra está Miguel Poveda», asegura. Y es también un reflejo de su forma de vivir. Padre por gestación subrogada de un pequeño Ángel que le ha cambiado la vida, Poveda no esconde su orientación sexual, planta cara a quienes todavía hoy la atacan y reivindica el derecho de toda persona a formar una familia. De eso, de su música y de mucho más habla en esta entrevista, a escasas horas de subirse tres noches seguidas (desde mañana) a las tablas del Teatro Cervantes.

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¿El espíritu de libertad es el nexo de unión de todo el disco?

Es lo que une mi forma de ser y mi forma de moverme en la música, no solo en este trabajo. Desde la libertad me he movido siempre, con todos los riesgos que eso supone, pero con la satisfacción de hacer lo que te gusta, de defender lo que crees. Y en este caso creía en la música que Pedro Guerra le había hecho a sonetos de Quevedo, de Lope de Vega, Miguel Hernández o Borges.

Habrá quien se decante por el Poveda cantaor, otro por el Poveda de la copla y quizás alguno por el menos flamenco. ¿Se ha acostumbrado a no gustarle a todo el mundo?

Sí, claro. Soy consciente desde el minuto cero en que hago este tipo de cosas que no las hago para gustarle a un público en concreto. Lo hago por disfrute personal, porque creo en esos proyectos, y si la gente lo comparte conmigo, pues genial. Además, en estos conciertos pueden verme en todos los registros. Empiezo con los sonetos, pero siempre está el Poveda cantaor, eso no lo dejo nunca.

No sé si ya le cansa el justificar por qué canta un género u otro...

Hace un tiempo que he dejado de justificarme. Lo he hecho muchas veces y creo que ya no lo voy a hacer más. Explicaré, por supuesto, con todo el cariño el porqué he hecho un trabajo, eso es lógico, pero ya a estas alturas quien me conoce sabe lo que abarco y lo que va conmigo. A partir de ahí, tú me sigues o no.

De todas las canciones de este disco hay una que tiene un componente muy personal, la nana Soneto del Ángel deseado que dedica a su hijo. ¿Cómo nace ese tema?

Es un encargo que le hice a Pedro Guerra. Él quiso que estuviesen Sabina y Aute, pero yo le dije que él como autor de letras estaba a la altura. Quería que hubiera una letra de él, que no solo estuviese como músico. Él me puso entonces la condición de que yo le hiciera la música, y yo le di la temática: quería cantarle a un momento que para mí era mágico, que era ese deseo de ser padre.

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¿La llegada de Ángel hace algo más de un año le ha cambiado la vida?

Sí, por supuesto. ¡Para bien! Ya es una dedicación absoluta a otro ser humano de por vida, y estoy feliz. Yo ya me olvidé de mí por completo (ríe).

Aparte del ritmo de vida, algo inevitable, ¿qué es diferente ahora?

La perspectiva de las cosas, la importancia que yo le daba. He sido muy sensible a cualquier detalle, a un gesto que podían hacerme o a una mala palabra que me hayan dicho. Todo eso ha empezado a... iba a decir una palabra que suena mal pero es que es así... ha empezado a resbalarme muchísimo más. ¡Todo lo que tengo al lado es tan grande! Cuando me despierto por la mañana y veo a Ángel asomado a la cuna con la sonrisa, ya puede venir cualquiera a decirme lo que sea que me da igual el mundo.

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Da la sensación de que le ha dado la valentía que antes le faltaba. Ahora habla más claro que nunca de todo, desde su paternidad a su sexualidad.

No es cuestión de que antes no tuviera valentía. Antes no tenía conciencia de que era importante dar algunos pasos. Yo hacía mi vida, para mí lo que tenía que interesarle a la gente es lo que hago, la música. A medida que vas cogiendo más popularidad y vas creciendo como ser humano, vas tomando más conciencia de todo lo que hay que hacer todavía en el mundo. Y si de algo me ha servido mi profesión y el tener una cara conocida es para poder colaborar con causas que creo que son necesarias.

Por ejemplo, le ha plantado cara a través de una carta abierta al presidente de una peña flamenca que le insultó por no actuar allí (le llamó «pedazo de maricón»).

Pero no lo hice por mí. A mí no me duele que me diga eso. Vivo en una familia donde esas cuestiones están más que superadas,pero hay gente que aún tiene pánico a hablar con sus padres. Y si todavía hay personas que hacen ese comentario y que además tienen un cargo público, eso no ayuda en nada a esta sociedad.

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En el aniversario de Cervantes consiguió que el Congreso se callara para escucharle y le aplaudiera con unanimidad. Lo nunca visto...

(Ríe) En un lugar donde se respira siempre tanta tensión, desacuerdo, soberbia e incomprensión por parte de muchos de los que ahí se sientan, me pareció muy bonito que tuvieran el detalle de llevar a gente de la cultura a leer textos de Cervantes.

Se acerca otra campaña electoral, ¿qué le pediría a los políticos?

Les hubiera pedido que no hubieran hecho elecciones, que se hubieran entendido. Ese dinero es un gasto que creo que España no se puede permitir. Les pediría comprensión con el pueblo, que escucharan más al pueblo que a ellos mismos.

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Usted se tuvo que ir de España para ser padre por gestación subrogada. ¿No le parece que es un tema del que aquí se habla poco?

No interesa hablar de la gestación subrrogada porque a la gente más conservadora le aterra. Respetando las opiniones de todo el mundo, creo que primero uno tiene que conocer todo esto. Incluso a mí me han impactado algunas cuestiones de todo este viaje que emprendí. Y todo para bien. Todas esas mujeres, que son verdaderos ángeles, me han dado una lección impresionante en EE UU. Se debe hablar de este tema y debe haber debates. Y no solo por un homosexual, como soy yo, la mayoría de los casos son de parejas heterosexuales en los que la mujer no puede tener un bebé en su vientre. Si se hablara la gente tomaría conciencia de lo importante que es para muchos algo tan simple como es formar una familia, la cosa más básica y esencial del mundo.

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