Málaga sigue sin engancharse al circuito de los grandes conciertos internacionales

Si se echa un rápido vistazo a la agenda de conciertos internacionales en Andalucía, uno se encuentra con que Bryan Adams actuó el pasado enero en el Palacio de Deportes de Granada, que en mayo lo hará AC/DC en el Estadio Olímpico de La Cartuja en Sevilla (con Axl Rose, líder de Guns N Roses, como vocalista por la retirada de Brian Johnson), y que en julio serán las guitarras de Iron Maiden las que descarguen toda su potencia en ese recinto. Más allá de Andalucía, Madrid y Barcelona juegan en otra liga con una constelación de estrellas que incluye a Paul McCartney, Bruce Springsteen, Adele, Muse, The Cure, Coldplay, Rihanna, Beyoncé ¿Y en Málaga? De momento en la capital, nada (y en la provincia son contadas las excepciones).

La ciudad no consigue engancharse al circuito de los grandes conciertos internacionales pese a tener recintos como el Estadio de Atletismo con capacidad para más de 25.000 personas, una ubicación privilegiada con un aeropuerto internacional y una población que la coloca como la sexta de España por número habitantes. La visita de Elton John el año pasado parecía que venía revitalizar una escena por la que años atrás pasaron los Rolling Stones, Sting, George Michael, Paul Simon, Tom Jones, Génesis, Duran Duran... Pero no ha sido así.

Y tiene una explicación: «Al final vas donde tienes más colaboración y menos riesgos», explica Pino Sagliocco, presidente de Live Nation, promotora con una larga experiencia en el sector internacional. Live Nation y la veterana promotora granadina Musiserv socios en muchos de los conciertos que se hacen en Andalucía organizaron en junio del año pasado la actuación del caballero inglés en el Martín Carpena con un «coste cero» para el Ayuntamiento de Málaga. «Y no fue el éxito que todos esperaban», reconoce Sagliocco. El cantante cubrió algo más de la mitad del aforo y los números no salieron. A nivel de público, asegura, Sevilla y Granada «funcionan ahora mejor».

Pero eso no es lo único que les frena. «Para que en Málaga haya cosas del nivel de lo que hacemos en Granada, Sevilla o Córdoba tiene que haber interés institucional», apunta Pepe Rodríguez, responsable de Musiserv. Sagliocco comparte ese argumento: «Los artistas internacionales volverán el día que realmente las instituciones cambien en su conjunto empresarial y tengan ilusión por volver a poner a Málaga en el circuito». Subir a un escenario a una figura internacional conlleva un alto riesgo económico (entre pagar cachés, alquiler del espacio, servicios para el concierto), una inversión que no están dispuestos a afrontar sin un respaldo municipal y «no es solo cuestión de dinero», aclaran. «Un concierto puede salir bien, mal o regular, es la vida del promotor. Pero para crear hábito en el público hay que trabajar con cierta seguridad, con acuerdos amplios de dos, tres o cuatro años, y con pautas claras. Nos gusta ir a Málaga, pero para jugar la partida a un nivel más amplio es necesario un acuerdo global del Ayuntamiento», recalca Pepe Rodríguez.

En el Ayuntamiento son conscientes de esta situación y estudian cómo reactivar el sector. Al próximo consejo de administración de Málaga Deporte y Eventos, la empresa municipal que gestiona las grandes citas en la ciudad, se llevará una propuesta para aplicar descuentos en el alquiler de los espacios en función del volumen de negocio y del número de conciertos que se cierre con la promotora, según explicó el gerente de esta entidad, José del Río. Ahora un concierto tipo de dos horas en el Carpena costaría al promotor 8.525 euros si no hay que desmontar el parquet y 11.685 euros en caso contrario; la tarifa pública del Estadio de Atletismo «está por determinar» y un concierto tipo en el Auditorio saldría por 10.470 euros.

Del Río asegura, no obstante, que todavía están «haciendo gestiones» para cerrar alguna actuación internacional en Málaga en temporada baja, para convertirla en un aliciente turístico y lograr un retorno para la ciudad. De hecho, mantiene que el calendario para el verano está ya «saturado» de eventos de todo tipo porque Málaga es una «marca» atractiva para el promotor. El problema aquí son los tiempos: las figuras internacionales exigen mucha antelación en la firma de contratos, y a finales de abril aún no hay nada en la agenda.

Aunque ningún recinto en Málaga alcanza las 80.000 personas que puede acoger el Estadio Olímpico de La Cartuja, pocos muy pocos son también los artistas que consiguen movilizar a esa cantidad de público. El aforo no resulta tan determinante cuando el Palacio de Deportes de Granada, con unas mil personas menos de capacidad que el Martín Carpena (9.000 personas), ha recibido en el último año a Bob Dylan y Bryan Adams. Y hasta 11.946 entran en el Auditorio Municipal. En cualquier caso, el Estadio de Atletismo Ciudad de Málaga es la mayor sala de conciertos de la ciudad, con un aforo que ronda las 25.000 personas.

Era también el lugar idóneo para un gran festival de música que podría haber colocado a Málaga en primera línea de un sector que genera miles de euros a su alrededor. Mundo, Musiserv y Planet Events todavía tienen la espinita del 101 Sun Festival, que trajo a Málaga en 2014 a nombres como Franz Franz Ferdinand y Crystal Fighters. Un compromiso del alcalde con los vecinos, que protestaron por el ruido, enterró tras solo una edición aquel prometedor festival. Desde entonces, el Estadio de Atletismo solo puede usarse para conciertos puntuales, un solo día, y con la condición sine qua non de que el promotor asuma la reposición del césped o cuente con un seguro que cubra los daños de la instalación. «Málaga es un tema pendiente, tiene que haber un empuje claro», concluye Pepe Rodríguez.