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Carbonell presenta su libro-espectáculo este sábado.
Pablo Carbonell: «Mis amigos más próximos me han visto morir»

Pablo Carbonell: «Mis amigos más próximos me han visto morir»

Se ha jugado el pellejo, se ha drogado «bastante» y maneja la escena como nadie. El actor y cantante vuelca en un libro, que presenta en Málaga, su periplo vital y profesional

Regina Sotorrío

Jueves, 7 de abril 2016, 00:03

Pablo Carbonell se ha pasado buena parte de la vida intentando demostrar que es inmortal. Y de momento ni los accidentes que ha tenido (o se ha buscado), ni los venenos varios que ha probado, ni los años vividos en un Leaving Las Vegas constante han desmentido su teoría. Da la sensación de que Pablo Carbonell es, al menos, casi inmortal. «Me he jugado el pellejo muchas veces, mis amigos más próximos me han visto morir», confiesa el cantante, humorista y actor. Algunas de esas muertes y resurrecciones las relata en El mundo de la tarántula como la madre de un amigo se refirió al mundo de la farándula, una autobiografía donde Carbonell saca a la luz lo que otros esconderían bajo un «manto de vergüenza» para mostrarse tal y como es. «Y ahora llevo la cabeza un poco más alta», afirma claro y sincero. Este sábado lo presenta en la Cochera Cabaret, en un espectáculo en el que de la risa se pasa al nudo en la garganta.

Entre hoteles y trenes, el actor y cómico fue poniendo en papel capítulos de su vida «sin pensar que nadie lo fuera a leer». Por eso, reconoce que no puede evitar sentir cierto «pudor» cuando ve su libro expuesto en un escaparate. «Me he desnudado mucho dentro, creo que es casi un miembro mío, un trozo de mi carne», cuenta mientras viaja en uno de esos trenes que tanto frecuenta. En él ha volcado sus conocimientos sobre teatro y de la vida del cómico, pero no elude hablar de relaciones sexuales, de sus paranoias o de las drogas con la autoridad que da ser un tipo que «se ha drogado bastante». El resultado ha sido para él «esclarecedor»: «Me ha servido para descubrir un montón de cosas en mi relación con mis amigos, con mis novias, visualizar mis errores...».

Experiencia divina

Hijo de una educación rigurosa y católica en la que «el designio de Dios lo presidía todo», Pablo Carbonell cuenta una experiencia divina en la que Dios le hizo saber que tenía «la obligación de hacer algo importante». «Espero no haberlo hecho aún, porque ¿y si lo hago y después me muero?», se pregunta. Lo dice alguien que confiesa no creer en Dios, pero que se declara creyente. «Si un coche funciona con gasolina, yo funciono con trascendencia», apunta.

Para disgusto de sus padres, él se desvió pronto de la vida recta. «Ellos tenían el consuelo de Dios, mi consuelo eran los canutos», apunta. El líder de Los Toreros Muertos una banda que sí es inmortal, dice admite que ha «pecado mucho», pero nunca contra los demás, más bien contra uno mismo. Por eso cree que su experiencia contada en un libro puede llevar un mensaje positivo a la juventud que lo lea: «Sé tú mismo, cuidado con las drogas y cuidado con el alcohol», sentencia.

Él no lo tuvo. De lo que más se arrepiente en su vida es de no haberse hecho la prueba del sida cuando empezó a sospechar que tenía, le aterrorizaba descubrir que tenía esa «sentencia de muerte». Entró entonces en una espiral de autodestrucción que hace que lo de Nicolas Cage en Leaving Las Vegas a su lado sea «de aficionado». «Tiré tres o cuatro años de mi vida a la basura, tiré muchísimos momentos de felicidad, un montón de ratos de creatividad y no me maté porque estoy muy bien construido», asegura. De aquello y de todo lo demás, le salvó el amor.

El sábado revivirá a modo de terapia todo aquello en un espectáculo en el que no tiene que ponerse en la piel de ningún personaje. «Con 53 años disfrazarme para ser yo mismo, ya se me ha pasado. Ahora para ser yo mismo necesito desnudarme», concluye.

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