Bebe cambia de piel en un regreso lleno de rock

En un trono de mimbre, con actitud de reina y los pies calzados con zapatillas deportivas fuertes contra el suelo. Sobre los hombros, una chaqueta americana. Junto a ella, en el escenario, cuatro músicos responsables de un sonido profundo y eléctrico. Bebe comenzó a cantar los temas de Cambio de piel, sentada, con las piernas cruzadas y la mirada desafiante. El teatro Cervantes presenció ayer la conversión de la artista, en un concierto completo y que no defraudó a los asistentes, a juzgar por los aplausos. La cantante valenciana mostró su talento y la energía que es capaz de reunir en un show diferente, lleno de arreglos musicales exclusivos para el directo y de juegos vocales con el público.

«Es un placer para mí tocar en este teatro tan precioso». Fue una de las múltiples muestras de afecto que Bebe regaló ayer a un Cervantes casi lleno, dato que ella misma destacó teniendo en cuenta que era Domingo de Ramos. Los asistentes agradecieron de buena gana los numerosos momentos que la cantante invirtió en acercarse a ellos y en manifestar su gratitud por la asistencia: «No me esperaba ver a tanta gente, ¡qué alegría!».

«Con cosas así, si quiere llover, que llueva». A través de este guiño Bebe destapó la energía del tema principal del último disco, Que llueva, un canto a la alegría y a las cosas buenas de la vida. «Si no arriesgas no ganas», reza la estrofa, y, siguiendo la filosofía de la canción, el respetable se lanzó a corear el estribillo una vez la banda había dado la nota final, obligando a los músicos a acompañar los cánticos en unos compases improvisados.

Bebe explicó que antes de ir a tocar al teatro ayer, tuvo tiempo para visitar la casa Ronald McDonald, sede de la fundación encargada de dar acogida a familias de niños que se tratan el cáncer en el Materno Infantil. Se emocionó al contar la historia de uno de esos pequeños con los que compartió la tarde. «Vamos a pasar un buen rato por ellos y para ellos». Introdujo así Tan lejos tan cerca, una de las canciones más emotivas de su último trabajo discográfico, en la que habla de «un día feliz». Con Bala perdida y chica precavida viajó hacia los ritmos y sonidos del rock más descarado y de carretera, desplegando toda la artillería del conjunto musical y visual, despegando al público de su butaca para acompañar a Bebe en su baile sobre el escenario. La cantante derrochó cercanía y simpatía con los espectadores, y dedicó unos minutos para charlar con Marta, una joven que asistió emocionada al recital de su «cantante favorita».

A pesar del cambio en el sonido, Bebe no renuncia a sus valores ni a los mensajes reivindicativos en sus canciones. Un sonoro y aplaudido «¡para todas nosotras!» fue la señal para que la banda comenzara a tocar La bicha, uno de sus últimos singles, lleno de gritos por la igualdad. Rozando el final del concierto, la introducción de Respirar, a piano y voz, arrancó algún que otro grito de emoción a los asistentes, que acompañaron con coros y palmas las palabras de ánimo de la canción más positiva de Cambio de piel. La fiesta continuó en los estribillos de Con mis manos, del disco Pafuera telarañas (2004).

El público recibió con la complicidad de quien espera un regalo los primeros y reconocibles acordes de Malo, canción que lanzó a Bebe a la fama, esta vez en una versión llena de guiños al rock and roll. Sus seguidores aplaudieron el golpe final, y acogieron con el mismo entusiasmo la calma tras la tempestad: «Esta es de mis favoritas», confesó antes de empezar a cantar Ella. «Hoy vas a descubrir que el mundo es solo para ti», fue el estribillo elegido como fin de fiesta, y como pasarela para abandonar el escenario para volver otra vez a cantar la última de verdad entre vítores y piropos de los asistentes.