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Regina Sotorrío
Jueves, 19 de febrero 2015, 00:52
Conoció la fama siendo un veinteañero. Por eso... «pensé que a los 30 ya podría jubilarme y dedicarme a vivir la vida». No contaba con que estar en el escenario le iba a gustar tanto. Y en él sigue con 52 años. Músico, actor, humorista y lo que le echen, Pablo Carbonell rescata su etapa punk con el regreso de Los Toreros Muertos, la banda de la movida madrileña que hizo de «la broma musical» un éxito. Irreverentes, provocadores, iconoclastas, gamberros, aquellos que gritaban Mi agüita amarilla se reúnen en el 30 aniversario de la formación en una gira que este sábado aparca en la Cochera Cabaret.
Ese título 30 años de éxitos de su primer disco tenía algo de premonitorio. Vuelven a los 30 años.
¡Quién lo iba a decir! (risas).
¿Se han cumplido las expectativas que tenía entonces?
Sí, han sido rebasadas incluso. Bueno... yo creía que me iba a jubilar con 30 años. Empecé con la banda a los 23 y pensé que a los 30 ya podría dedicarme a vivir la vida. No sabía que este trabajo iba a gustarme tanto como para seguir. Hay un tango por ahí que dice 20 años no son nada, y es que 30 años son menos.
Cuanto más años se cumplen, parece que el tiempo va más lento.
Puede ser que los años hagan un poco de mella en nosotros, pero en las canciones no pasa nada. Nuestras canciones siguen siendo juveniles y aspiran a atraer a los jovencitos y jovencitas de los años 80.
Bueno, jovencitos...
Esta feo que lo diga yo, pero un concierto de Los Toreros Muertos es un sitio muy bueno para ligar.
¿Qué pasa en esos conciertos?
Siempre te trastornan un poco y eso hace que te dejes llevar. Además, te ponen en forma, alegre, romántica...
¿Se atrevería ahora a escribir las canciones que hicieron famoso a Los Toreros Muertos?
Es más, he hecho cinco canciones nuevas para este reencuentro.
¿Y son también gamberras?
Más que gamberras son un poco iconoclastas. Son de todos los estilos musicales. Hemos hecho una canción country, una espiritual y también una canción del adiós, de despedida, como los boy scouts. Y como no teníamos ninguna canción indie, hemos hecho una canción india.
¿No se volverán indies a la vejez?
A la vejez nos vamos entendiendo. Incluso en las canciones que antes entendía como puro desvarío, ahora encuentro mucha profundidad. Eso no quiere decir que hayamos bajado los ritmos ni nada. Incluso ahora estamos mucho más decididos a reivindicar nuestro pasado punk.
Que quede claro de dónde vienen.
Sí. Después del punk vienen los payasos. Lo máximo a lo que puede aspirar el delirio musical es el circo. Y nosotros somos muy circenses. Reivindicamos un paso posterior al punk: el payaso. Hay pocos que hagan el payaso tanto como yo.
¿No tiene la sensación de que ahora nos escandalizamos más fácilmente que en los 80?
Los 80 fueron la celebración de la libertad de expresión. La gente no cuestionaba que alguien dijera una cosa que no le gustara, se ponían muy contentos de que se pudiera decir.
Y ahora tampoco se corta.
No, yo ahora no me corto nada.
La poca vergüenza no la han perdido entonces.
No, no. Antes podía tener poca vergüenza, ahora mismo ya no tengo ninguna.
Pues dicen que la gente se relaja con la edad.
Se relaja con la edad, pero el repertorio de Los Toreros Muertos no.
Cuando se unen para ensayar, ¿no sienten mucha nostalgia?
No. Cuando Guillermo se empeñó en hacer una selección de los temas para una reedición de lo mejor nuestro para un disco, yo pensé «¿para qué vamos a meternos ahí?» Y cuando las escuché dije, «¡joder, han soportado estupendamente el paso del tiempo!». Es más, la broma musical es ahora mucho más necesaria.
¿Por qué?
Sin señalar a nadie, pero hay muchas cosas que encuentro bastante aburridas. En algunos conciertos que hemos dado ya antes, la gente ha venido y nos ha dicho: «¡Se me había olvidado que a un concierto iba uno a divertirse!» (risas).
¿Les importaba más provocar, ser irreverentes, que tener un sonido perfecto?
A mí nunca me han gustado las pruebas de sonido, o que un guitarra se vuelva loco intentando encontrar determinado efecto. Me saca un poco de quicio.Me gusta más mover las sensaciones primarias. Pero menos mal que hay gente en la banda que se encarga de eso.
De todos modos, con la experiencia hasta sonarán mejor.
Se puede decir que ahora tocamos mejor y sonamos mejor. Incluso yo puedo decir que canto mejor. Antes me quedaba afónico después de cada concierto, eso ya no me pasa.
Tampoco el después de los conciertos será ahora lo que era...
Ahora en diez días tengo siete conciertos y el séptimo lo grabo. Me tengo que portar muy bien, tengo que ser muy bueno.
Hace meses decía que votaría a Podemos. ¿Sigue pensando igual?
No lo sé, hay algunas cosas que me han cabreado y lo tengo que analizar. Me voy a reservar mi opinión.
Ahora no hay ningún valor seguro. Salvo su grupo (El lema de la gira es «Invierta en un valor seguro. Nadie le dará más por su dinero»).
Después de la gira nos vamos a presentar a presidente del Gobierno. Como la gente está tan despistada últimamente igual ganamos algún voto.
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