Regina Sotorrío
Martes, 18 de noviembre 2014, 00:44
Por Pablo López aparecen más de 50 millones de referencias en una búsqueda rápida de Google (en 0,21 segundos, especifica el navegador). Él sabía que llamándose así le costaría más destacar, pero siempre tuvo la «romántica esperanza» de que a los artistas los hacen las canciones. Y acertó. Con lo que no contaba es que con ese nombre también le costaría más que a otros entrar en Estados Unidos.Dos horas estuvo el músico malagueño Pablo López retenido el pasado domingo en el aeropuerto JFK de Nueva York, donde tenía que tomar un vuelo a Las Vegas que finalmente perdió para asistir a la gala de los Latin Grammy. «Me tuvieron sentado en un cuarto sin poder usar el móvil ni hablar con nadie, hasta que comprobaron que no era sospechoso de nada», explicó ayer por teléfono minutos antes de subir al avión que, ahora sí, le llevaba a Las Vegas. Nadie dijo que el camino a los Grammy fuera fácil... en todos los sentidos.
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Pablo López viaja a la capital del entretenimiento «con muchas ganas» de vivir la «gran fiesta» de la música latina este jueves, 20 de noviembre. Allí competirá con otros nueve cantantes y músicos por el título de Mejor Nuevo Artista y, además, actuará delante de las miles de personas que acuden a uno de los eventos musicales más prestigiosos del año. «Espero disfrutar y estar a la altura», resaltó el malagueño, que en 2013 lanzó su exitoso álbum debut Once historias y un piano.
Coincidirá en Las Vegas con otro malagueño, otro Pablo al que tampoco como contó recientemente le pusieron fácil cruzar la frontera de EE UU en una ocasión. Alborán participará en el homenaje que los Grammy Latinos rinden a Joan Manuel Serrat (Persona del Año 2014) en la víspera de la gran gala. Además, comparte nominación a Grabación del Año con Jesse & Joy por el tema Dónde está el amor.
Tras el incidente en el aeropuerto, Pablo López aterrizó en Las Vegas a tiempo para el concierto Terra Live Music que hoy ofrecerá junto a Luis Fonsi y Juan Magan como previa a los Grammy. Superado ya el «estrés y la preocupación» por no llegar, reconoce que como escribió en las redes sociales «de la oscuridad siempre aparece una luz, ¡y vaya luz!». Pablo López tuvo que pasar la noche en un hotel de Times Square mientras esperaba el siguiente vuelo, y allí grabó un pequeño vídeo rodeado de rascacielos y luces de neón que colgó en las redes sociales. Es su primer viaje al otro lado del charco, su primera parada en Manhattan. Y las primeras veces, ya se sabe, nunca se olvidan.
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